Las respuestas a las dudas más frecuentes sobre el vino
Pero a la hora de elegir, solo debes guiarte por tu gusto.
Elegir el vino adecuado, se proyecta para muchos como una difícil tarea. ¿Tinto o blanco? ¿Tradicional o innovador? ¿Rioja o Jumilla? ¿Cava o fino? Aunque, lo mejor, como siempre, es dejarse llevar por los propios gustos y un poco de sentido común.
¿Queréis tener unos conocimientos básicos?, pues podéis curiosear en la extensa bodega de la que disponen los Hipermercados Alcampo, donde se exponen vinos de todas las denominaciones de origen a muy buen precio puesto que estamos en plena Feria del Vino de Alcampo, que se celebra del 10 al 25 de octubre y con la puntuación de la Guía Peñín para que sirva como garantía de calidad.
Os ayudamos con nuestras elecciones y con cada explicación recomendamos un vino de la bodega Alcampo que viene a confirmar lo explicado.
1. ¿Qué es mejor, un vino joven o un reserva?
Existe la creencia de que es mejor un reserva... y si es gran reserva, ¡pues mejor que mejor! Pero no, esto no siempre es así.
¿La diferencia entre ellos? Los jóvenes, también conocidos como vinos del año, se embotellan directamente tras el proceso de fermentación de la uva. Los crianza y los reserva, por su parte, se dejan envejecer en barricas de roble, aumentando su vida. Los reserva son los que permanecen por un periodo más largo en estos recipientes de madera: desde un mínimo de un año hasta décadas (los hay que se han conservado durante un siglo y que seguían siendo aptos para el consumo).
Si bien los vinos más longevos aportan aromas más ricos y caldos con cuerpos más estructurados, es perfectamente posible disfrutar de un joven, que por lo general es más económico y suelen ser más suaves y desprenden agradables notas frutales.
2. ¿El cava es un vino?
Todos hemos brindado alguna vez con él: para celebrar la llegada del año, por las buenas noticias recibidas, por los novios en las bodas...
Y sí, el cava es un vino, un tipo de vino espumoso con denominación de origen que procede de Cataluña, concretamente de la comarca del Penedés, y que se elabora siguiendo un método tradicional.
El proceso es muy similar al del champán francés, que consiste en llevar a cabo una segunda fermentación del vino directamente en la botella, lo que permite que adquiera burbujas de forma natural. Su particularidad: para producirlo se emplean algunas variedades de uva autóctonas muy concretas.
3. ¿Es verdad que el pescado solo marida bien con vino blanco?
Otra de las leyendas que todos hemos escuchado alrededor del vino.
Se tiende a pensar que el sabor suave del pescado se pierde si se marida con un tinto, con un gusto más fuerte que el blanco, pero todo depende del tipo de vino y del tipo de pescado.
Especies como el salmón o el atún, de alto contenido en grasa, son adecuados para ser consumidos en compañía de estos, especialmente si son jóvenes. Del mismo modo que es posible disfrutar de algunas carnes con un vino blanco.
No es mala idea animarse y experimentar nuevas sensaciones.
4. ¿Cómo se hace el vino rosado?
No, no hay una variedad de uva rosada ni es una mezcla de blanco y tinto.
Para obtener un vino así existen dos métodos: en el primero, una vez extraído el jugo de la uva, se deja en contacto con la piel de los frutos durante un corto periodo de tiempo. El segundo se conoce como "sangrado" y consiste en dejar que la fuerza de la gravedad extraiga el mosto, quedando los hollejos en la parte superior del depósito.
Es un tipo de vino muy versátil y marida bien con diversos platos. A pesar de que siempre ha estado por detrás del tinto y el blanco, cada vez tiene más adeptos.
5. ¿Son los tintos de Rioja y Ribera los mejores?
Sin duda, Rioja y Ribera de Duero son las dos denominaciones de origen más populares y consumidas de España. Pero no son las únicas, ya que existen otras no tan conocidas que tienen muy buenos vinos —y más baratos—: Jumilla, Valdepeñas, Penedés, Extrenadura, Toro, Valencia...
Cada denominación de origen es singular y tiene su propio carácter, por lo que no sería justo afirmar que Rioja y Ribera de Duero son los mejores.
La bodega de Alcampo te invita a romper con esto y a degustar vinos elaborados por toda España.
6. ¿En qué copa debo servir el vino?
¡No, nunca hay que servirlo en vaso! Porque a la hora de disfrutar de un vino el recipiente también es importante. Se recomienda el empleo de la copa porque reúne una serie de características que permiten acentuar la viveza de los aromas de vino.
Lo ideal, tanto para tintos como blancos y Jerez —sí, también Jerez—, es que la copa tenga un fondo redondeado y amplio para que el vino respire y tenga aire en el que desprender toda la esencia de su fragancia.
En el caso de los espumosos, es mejor una copa alargada, de tipo aflautado, para conservar las burbujas durante más tiempo y no perder su refrescante efervescencia. Deshecha esas que tenían nuestras abuelas y que, según dicen, su forma se atribuye al pecho de María Antonieta.
7. ¿Todos los vinos mejoran con el tiempo?
¡No! Cuidado con guardar ese vino tan bueno que te han regalado para una ocasión especial.
Además de que no todos los vinos reúnen las cualidades necesarias para envejecer, hacerlo también requiere condiciones de humedad y temperatura que casi nunca podemos reproducir en casa.
Los tintos son los vinos más añejables debido a que contienen taninos, componentes que desprenden los hollejos (la piel de la uvas) junto a los que fermentan. Los vinos blancos, por su parte, no son igual de aptos para envejecer debido a que carecen de ellos.
8. ¿Un vino barato puede ser bueno?
¡Pues claro que sí! No hay una equivalencia directa entre la bondad de un vino y su precio, y muchos vinos económicos cumplen sobradamente con lo que hasta los paladares más exigentes esperan —y si no lo crees, mira el surtido de vinos de Alcampo—.
El coste de un vino viene determinado por numerosos factores: la denominación de origen, si es vino joven o envejecido, la localización de los viñedos, la fama de la bodega, las técnicas de producción y los costes de distribución. No cabe desdeñar un vino por barato sin darle una oportunidad, y hay que respetar los vinos emblemáticos que se han ganado con mérito y tesón su reputación.
9. ¿Aroma o sabor? ¿Qué es lo más importante?
¡Pues las dos cosas! Si nos centramos en el sabor solo, renunciamos a una gran parte de la experiencia multisensorial que ofrece el vino.
Los olores que desprende el caldo predisponen a su disfrute, potenciando a su vez el sabor, de modo que es indispensable para para disfrutar al 100% de una buena copa de vino de cualquier variedad.