Por qué siempre gobierna el PSOE en Andalucía

Por qué siempre gobierna el PSOE en Andalucía

Es la única comunidad que no ha cambiado de color político.

AndalucíaEFE

En el paseo de Roma, a orillas del Guadalquivir, se levanta el sevillano Palacio de San Telmo. Impresiona a todos los que pasan por su puerta, con su estilo de barroco andaluz (con todo lo que eso conlleva). Una fachada churrigueresca, salpicada por atlantes, doce mujeres como alegoría de las ciencias y la náutica, el santo que da nombre al conjunto y los patronos de la ciudad, San Fernando y San Hermenegildo.

Este palacio es símbolo de poder desde su nacimiento en 1682 como colegio-seminario de la Universidad de Mareantes. Luego sería Colegio Naval Militar y sede de la Universidad Literaria. Y a mediados del siglo XIX pasaría a ser la residencia de los duques de Montpensier -los jardines son el actual Parque de María Luisa-. Y hoy tiene allí su despacho Susana Díaz como presidenta de la Junta. Poderío del sur.

Ningún político que no sea socialista ha pisado este palacio como presidente. El omnipresente PSOE-A ha gobernado la Junta desde las primeras elecciones autonómicas. Es la única comunidad española que nunca ha cambiado de color político. En Europa solo le gana la Baviera alemana, con hegemonía de la CSU durante décadas y que acaba de pegarse un buena caída electoral.

El PSOE, de nuevo favorito

Los socialistas se enfrentan a una de sus pruebas más difíciles el próximo 2 de diciembre, cuando se celebrarán los comicios adelantados por Díaz tras la ruptura del pacto de investidura por parte de Ciudadanos. Han ganado en todas las convocatorias electorales, a excepción de 2012 (pero logró José Antonio Griñán conservar la Junta haciendo un pacto de Gobierno con Izquierda Unida).

¿Y qué pasará en las siguientes elecciones? La última encuesta oficial del EGOPA -el CIS andaluz- situaba el pasado mes de febrero al PSOE como ganador otra vez, con un 34,1% (algo más de un punto por debajo de las anteriores elecciones). Ciudadanos daría el sorpasso al PP y sería la segunda fuerza (actualmente es la cuarta en el Parlamento) y llegaría al 19,8%. Los populares sufrirían un desastre quedándose terceros con algo más del 18%. Y Podemos bajaría al cuarto puesto situándose con un 10.5% (no se tuvo en cuenta entonces la alianza firmada hace unas semanas con IU para ir bajo la marca Ahora Andalucía).

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Todos los partidos, menos el PSOE, critican la supuesta anomalía de que siempre gobierne el PSOE en una comunidad a la cabeza en los rankings de desempleo y pobreza, a la cola en la renta per cápita y que se ve afectada por escándalos de corrupción como los ERE los cursos de formación y el pago de prostíbulos con tarjetas de Faffe.

A pesar de eso los socialistas siguen a la cabeza en las encuestas y la mayoría de andaluces -según recoge el Egopa- piensan que en las elecciones ganarán otra vez. Todo esto se debe a un cóctel demográfico, sociológico, político, identitario y económico al que nadie ha conseguido vencer todavía -se quedó rozándolo Javier Arenas (PP) hace seis años-.

"Una composición demográfica favorable a la izquierda"

¿Y por qué sigue gobernando? El politólogo Pablo Simón responde así: "Gana porque les votan, es por donde hay que empezar". Apunta a una serie de factores: "Por composición sociodemográfica es un entorno más favorable para los partidos de izquierdas, como ocurre en la España meridional". Especialmente, apunta a las ciudades de tamaño medio, con mayor tasa de desempleo y más desigualdad. "Esto es clave", ahonda.

Pero añade otro de los elementos más importantes: el PSOE andaluz ha sabido construir un "relato" a lo largo de estas décadas para relacionar la "identidad de andalucismo" con el socialismo. "De ahí la idea de Susana Díaz de generar un acento andaluz a estas elecciones, lo que le ayuda porque se entiende que el PSOE es el campeón de los intereses regionales". Pero ya todo eso no es tan suficiente, aprecia Simón, porque se ha visto desde las últimas elecciones un "cambio en la composición sociodemográfica en el PSOE andaluz al ganar más espacio en las ciudades pequeñas y medias y perdió las élites tradicionales urbanas".

"La derecha abandonó Andalucía"

Manuel Hijano del Río, profesor de la Universidad de Málaga e investigador especializado en la historia de la educación en Andalucía, explica que los argumentos tienen que ir "más allá del PER y las subvenciones". "En una comunidad con ocho millones de votantes no pueden estar todos subvencionados. Es un enorme puzle, es más grande que algunos países europeos", dibuja.

Explica en este punto que hay que tener en cuenta que "por tradición histórica, desigualdad y situación social y económica" todavía en Andalucía "existe la dicotomía entre izquierda y derecha": "Está muy a flor de piel". En algunas capas de la sociedad se va diluyendo, pero en otras todavía es muy fuerte, señala.

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Además,comenta que la derecha "desde que Aznar consiguió la segunda mayoría absoluta en el 2000 abandona Andalucía". Tanto en la selección de candidatos como "incluso con los discursos que emiten líderes del PP fuera de la comunidad". Este caso lo hemos visto estos días con las palabras de la exministra de Agricultura Isabel García Tejerina: "En Andalucía te dicen que lo que sabe un niño de diez años es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León"

Esto lo aprovecha el PSOE y al PP le "genera mala imagen", añade este profesor, que también advierte de que otro "argumento" es que el Gobierno de la Junta tiene en Canal Sur "un medio muy potente" y favorece los intereses del Ejecutivo autonómico. A lo que se une que el PSOE-A es una auténtica "máquina electoral, que funciona y tiene una gran experiencia". Asimismo, el partido está "muy metido en la sociedad civil" a través de organizaciones vecinales, de voluntariado, etc.

Los electores andaluces, de centro-izquierda

¿Y cómo son los electores andaluces? El EGOPA nos hace una buena radiografía: el desempleo es el principal problema en la comunidad (citado por el 80% de la población), seguido de la sanidad, la corrupción, la educación, la política y la marcha de la economía.

Además, a los andaluces les interesa muchísimo la política, a pesar de algunos tópicos de que siempre votan lo mismo. E incluso, según señala el EGOPA el interés por la política andaluza (el 54,8% de los preguntados) es superior al relacionado con la política española (52,6%). Pero el sentimiento mayoritario es negativo hacia los dirigentes.

En cuanto a ideología, los andaluces se sitúan en un 4,78, es decir, en el centro-izquierda. Ahora mismo el partido que despierta más simpatía es Ciudadanos (29,6%), seguido del PSOE (22,4%) PP (14%), Izquierda Unida (9,2%) y Podemos (6,3%), en este orden. En todo caso, el 76,3% de los andaluces cree que el PSOE ganaría las elecciones andaluzas.

"El clientelismo, el mito de la calidad de vida"

Manuel Arias Maldonado, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, ahonda en una conversación sobre las razones para que el PSOE siga gobernando. Y relata: "Siempre se suele hablar de clientelismo, como los ERE, que posiblemente esté presente en todas las comunidades, pero en una Andalucía más pobre pues quizá se note más". "Y hay otro más implícito, por el deseo de muchos andaluces de mantener un empleo público, que no sea de funcionario. Hay muchas empresas públicas. Me he encontrado a gente que te dice 'mira que si llega otro partido y cierra Turismo Andaluz, entonces mi mujer no tiene trabajo'. Tiene sus derivadas, por ejemplo, quien tiene una revista de turismo y vive de subvenciones de la Junta".

Para este profesor también hay otro factor: el "mito de la calidad de vida" en Andalucía que "está muy arraigado". Apunta al discurso oficial de la Junta: "cómo hemos avanzado, tenemos ambulatorios, instalaciones deportivas". "Esto crea un estado mental para que diga la gente que está bien y una parte de Andalucía tiene la sensación de que no haya nada que cambiar", asevera.

Y también dice que en el resultado también influyen algunas cosas que ha hecho bien la Junta "como que en Andalucía no se produce la despoblación, por ejemplo, de Castilla". "Hay muchos pueblos de tamaño medio y grande que aguantan bien, hay conservación del territorio, las carreteras se han hecho, no es una autonomía fallida, lo que explica la satisfacción de una parte", precisa.

Este profesor asimismo apunta a la labor de la oposición, aunque no es una "tarea fácil". Cree que fue un error que Javier Arenas se retirara porque era muy conocido. "No parece que hayan acertado con el sustituto (Juanma Moreno), aunque también tiene un desgaste de la marca PP de la que no es responsable", agrega. "Tampoco Juan Marín (Ciudadanos) es carismático, pero puede jugar con la marca"" añade. Su reflexión incluye: "Hay un problema de reclutamiento. ¿Qué político joven, brillante y carismático quiere dedicar cuatro años de su vida para ser el líder de la oposición? No es demasiado apetecible".

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"Un debate de ideas escaso"

Esta "falta de apetito de muchos andaluces por el cambio se conjuga con la dificultad de alternativa o relato atractivo. ¿Qué va a hacer el PP? ¿Menos empresas públicas, cerrar Canal Sur?", añade, a la vez que subraya: "El debate de ideas es más bien escaso".

Otra de las armas políticas del PSOE a lo largo de las campañas en Andalucía es la de asociar al PP con los señoritos de cortijo, con los ricos. Un discurso que cala mucho en Andalucía, con un mayor índice de pobreza y que sufrió también un duro trato durante el franquismo, a pesar de que se explotaran los tópicos.

Según este profesor, pervive la imagen en zonas rurales y pueblos posiblemente de que haya continuidad familiar y de dinastías que ahora están en el PP: "no digo señoritos, pero sí de personas conservadoras". "La memoria colectiva andaluza tiene también influencia", apostilla.

No hay que olvidar también que cada vez se producen brechas de voto en las elecciones andaluzas: oriental/occidental, costa/interior y generacional. En la costa, por ejemplo gana el PP desde hace una década, y Ciudadanos está entrando con fuerza.

En las pasadas elecciones andaluzas, los populares sólo lograron imponerse en una de las ocho provincias, en Almería (36,9% de los votos), y sus mejores porcentajes después se dieron en Granada (30,02%), Jaén (29,08%) y Málaga (28,34%), todas ellas de la Andalucía. Ahí se puede apreciar esa brecha territorial.

Ahora solo falta que los andaluces vuelvan a hablar el 2 de diciembre.