Pablo Rivero: "Esta es la gran temporada de Ricardo Gómez en cuanto a madurez interpretativa"

Pablo Rivero: "Esta es la gran temporada de Ricardo Gómez en cuanto a madurez interpretativa"

El actor que da vida a Toni Alcántara en 'Cuéntame cómo pasó' desvela algunas de las claves de estos últimos episodios.

RTVE/Masiá

El final de la 19ª temporada de Cuéntame cómo pasó (TVE) está a la vuelta de la esquina. Y esta vez, más que nunca, marcará un antes y un después en la serie de la familia Alcántara.

Ya no volveremos a ver a Carlos buscándose a sí mismo. Tampoco veremos a Karina intentando reconducirlo. Desde que Ricardo Gómez y Elena Rivera anunciaron que dejaban la producción, la serie ha revolucionado mucho más las noches de los jueves. Cada semana, una de las escenas de Cuéntame consigue convertirse en tendencia en las redes sociales, especialmente si está protagonizada por Carlitos.

El declive que está sufriendo su personaje en la ficción y la intensidad de cada trama y secuencia está calando en los seguidores, que se preguntan cómo lograrán los guionistas desenredar la historia para despedir a los dos personajes.

El HuffPost ha entrevistado a Pablo Rivero, o lo que es lo mismo, a Toni Alcántara, que ha protagonizado una intensa y comentada pelea con Carlos Alcántara. El actor —al que los guionistas han aprendido "a ver" y que saca pecho por Toni, un personaje mucho más "humano" y que "ha situado la época el 90% de las veces"—, desvela algunas de las claves de este desenlace que está siendo una montaña rusa de emociones.

Ahora que ya quedan apenas dos capítulos para que Ricardo Gómez se despida de la serie. ¿Cómo estás viendo a tu compañero en esta temporada?

Ricardo es muy trabajador, insistente, tenaz, responsable... Siempre lo ha sido, desde pequeño. Es muy listo y eso, en un adulto, se traduce en empeño. Tiene claro lo que quiere conseguir y tiene mucho amor por el trabajo.

Ricardo Gómez se ha dado el gustazo de llegar al límite de su trama y de sus posibilidades.

¿Dirías que esta es su gran temporada?

A nivel de madurez interpretativa sí. Ha sido su despedida y le han hecho un regalo con una trama en la que él ha sido muy participe. Ha sido muy exigente consigo mismo también y quería trabajar muchas cosas, y se ha dado el gustazo de llegar al límite de su trama y de sus posibilidades y no se quería ir sin dejar de hacer cosas, tengo esa sensación. Como que se va tranquilo habiendo hecho un buen trabajo. Su mejor temporada no sé, porque también depende —si me pongo en la piel del espectador— de la gente a la que no le gusta ver a Carlos así, a la que le gustaba más cuando era pequeño, pero a nivel de madurez sí.

¿Te sorprendió conocer el declive que iba a sufrir su personaje?

Sí y no. En la serie, al principio, de una manera indirecta todos nos implicamos mucho. De repente, tener que abarcar esas escenas desagradables, las discusiones de los dos hermanos... A mí que nunca me afectan las cosas y esto lo veía y no me gustaba nada hacerlo, no me apetecía nada al pensar que las últimas secuencias que grabábamos Ricardo y yo eran esas. No lo disfrutaba, me disgustaba. Con el tiempo me ha pasado lo contrario, la gente ha respondido con comentarios muy buenos. Siempre que se aborda una trama así, como cuando se hizo con Inés y la heroína, es para retratar una época. Había que contarlo. No me agrada, es crudo.

¿Te ha costado pasar de esa trama en la que los dos personajes están tan unidos a esa otra en la que eres el un hermano decepcionado?

La serie se enriquece mucho cuando hay relación entre los miembros de una familia, y cuando afecta a unos y otros. Las secuencias son duras y a nivel actoral se agradecen mucho. Se agradece dejar de idolatrar a los Alcántara, saber que uno puede tener envidia, lo que son las familias. Más allá de que me haya tocado, lo he disfrutado y son regalos que nos hacen los guionistas.

Y Elena Rivera se despide sufriendo...

Bueno, quedan capítulos, a ver cómo se despide. A los dos los quiero un montón. Elena es luz, es muy especial, es sencilla. Es todo lo que debería ser una actriz: tiene muy claro el trabajo, nunca pone ningún problema, siempre está bien en la secuencia, se ocupa de todos, es generosa, nunca está reclamando atención. Además, es mi amiga. Como hablo con ellos mucho en lo personal, tengo la sensación de que no se van del todo.

Hay vida en 'Cuéntame' más allá de Carlitos.

¿Hay vida en Cuéntame después de Carlitos?

Sí, sí. Y tanto. Vienen de momento diez capítulos bastante potentes. Los guionistas hacen un trabajo excepcional, siempre se reinventan y siempre dan en la tecla. Hay muchos cambios de estructura, novedades, voz en off y esas cosas, intrigas sobre qué va a pasar y cómo lo van a hacer, pero es un acierto y creo que a la gente le va a gustar.

Entonces, Cuéntame no es Carlitos.

Cuéntame no es ninguno en concreto. Es una familia a lo largo de la historia de España. Sobre todo son las relaciones personales y las idas y venidas y todo lo que les ocurre a través también de lo que ocurre culturalmente y socialmente en un país. Ese contexto les marca y es lo que hay que contar, la vida de esa gente en momentos de la historia. En el caso de Carlos, claro, es la voz en off y es la esencia, pero luego, por desgracia, ninguno de los actores somos imprescindibles. Yo creo que hay vida más allá de un solo personaje, sí.

Independientemente de que todos seáis prescindibles, todos sois también protagonistas. ¿Crees que ahora Toni podrá tener más protagonismo?

No sé, va por capítulos, siempre ha sido así. De repente hay temporadas en las que uno lleva más el peso y de repente hay otras en las que lo lleva otro. Como Inés cuando se iba a Londres, o Toni con Marta Altamira, en Tánger, con el GAL, Carlitos en la cárcel, con la droga, Imanol con los infartos, con la ruina económica... se reparte bastante. No creo que si uno falta otro tenga más protagonismo. La serie es coral y se va centrando en cada uno y al final de la temporada uno suele tener más el peso. Toni va a estar muy presente, tendrá protagonismo, pero no va a coger el de Carlos.

Toni Alcántara es el que sitúa la época el 90% de las veces.

¿Pero dirías que es de justicia reconocer que el personaje de Toni ha llevado el peso político de la serie?

Sí. Tengo un trabajazo. Es muy guay. Toni Alcántara, aparte de las idas y venidas, es el que el 90% de las veces sitúa la época. Además siendo periodista... la temporada que viene hay muchos eventos que marcaron la época y voy a ir a cubrirlos. Hacer una serie de época y ser el testigo de ello, como en la Revolución de los Claveles, estar presente en eso es una gozada.

Muchos espectadores dicen que Cuéntame ha perdido la esencia del principio.

Estoy de acuerdo. Es muy distinto el Cuéntame de ahora del de hace años. Es algo buscado, han pasado 18 años y a nivel técnico y cinematográfico la ficción ha cambiado mucho y Cuéntame se tiene que ir amoldando, lo dicen los guionistas y el creador. El mérito de Cuéntame es que se ha ido adaptando a los tiempos, la esencia está en la familia, el vínculo y las relaciones las trabajamos mucho más en profundidad ahora que antes. Eso puede asustar a muchos. Hay un público más mayor que era muy fiel que se ha ido porque prefiere telerrealidad, no quiere problemas, y en cambio todo el público más juvenil, de la treintena, que está más acostumbrado a ver ficción, se ha renganchado. Ha habido un cambio. Es un poco menos naif que al principio y es más oscura, es muy dura y esta temporada lo está demostrando, ahora es mucho más cinematográfico. Los últimos capítulos han sido el mejor ejemplo, parecía una película francesa muchas veces.

¿Con qué parte te quedas tú? ¿Con la que explotaba el humor en las primeras temporadas o con esta?

Como actor prefiero profundizar y tener más matices: descubrimos de repente que el personaje es más machista, es infiel. Es como bajar a los infiernos a los personajes y demostrar que nada es blanco ni negro. Ahora, como espectador, un poco intermedio. No me gusta perder lo costumbrista. Al principio, cuando íbamos al pueblo o a Benidorm había algo como mágico. Aunque si la serie fuera sólo eso sería muy plana. Creo que logramos el punto intermedio. Ahora vemos tal intensidad porque es el final de la temporada, la segunda parte. Muchas veces cuando la vemos digo "madre mía, la gente va a huir", pero responde y el espectador al que le gusta le encanta. Se agradece cuando nos metemos a fondo en un tema. Tratar la cocaína en los noventa, el diálogo de Mercedes y Karina... y el mensaje que se manda a la gente joven es muy bueno.

El mérito de estos episodios es el clímax que ha conseguido.

Todo el mundo ha comentado y ha destacado alguna escena esta temporada. ¿Cuál destacas tú?

Una secuencia del pasado capítulo. El mérito de estos episodios es el clímax que se ha conseguido. La que más me gusta es ese momento en el que Inés entra en el hospital a cámara lenta, con la gabardina haciendo ondas, y va de espaldas y se encuentra con Antonio, Merche y Toni que le dicen que Carlos está bien. Pero Antonio dice que sabe que iba drogado. Es una escena muy de verdad, emocionante y está rodada con magia.

¿A Toni le ha dado vida Deborah?

Sí, bastante, ya me la daba Cristina Alcázar (Juana). He tenido mucha suerte con las parejas. Estuve en las pruebas y había algo en Paloma... Ha vivido en EEUU y tiene una vis cómica como de actriz americana. Deborah podría haber sido muy antipática y yo ya defendía en las lecturas de guión "ojo con el personaje porque va a caer fatal". Y luego la ves a ella y le da humor. Nos llevamos muy bien, tenemos mucha complicidad y se nota. Es un personaje tan feminista, práctico, tajante, y le da un toque muy bueno. Creo que está escrito, pero que Paloma le da mucho.

Hablando de esa complicidad, ¿quién le ha dado más vida a quién? ¿Deborah a Toni o Paloma Bloyd a Pablo Rivero?

Las dos partes. Yo necesito llevarme bien con la gente con la que trabajo. No significa que tengamos que ser los mejores amigos, que tengamos que hacer pandilla, pero necesito reírme, compartir penas y preocupaciones y estar en el mismo barco remando cuando hay algo en las secuencias que no está bien. En las de cama o de humor necesito estar riendo. Con Paloma hemos conseguido eso, yo creo que soy buen compañero y ayudo a la gente que entra nueva. Paloma es lista y se ha dejado ayudar y ha trabajado, y ella me ha ayudado a mí. Hemos conseguido una buena sintonía.

Ahora eres el que pone el toque de humor en muchos capítulos, y al mismo tiempo tienes tramas muy intensas con Carlos.

Con el tiempo han aprendido a vernos. Los buenos guionistas escriben para los actores que tienen y hay que saber aprovecharlo. Ha habido temporadas pasadas que escribían un poco a la contra, y de repente meterme sólo en política no llega, porque no le pueden dar tanta vida. Han conseguido humanizar al personaje, a veces llegando un poco al extremo. Con el ataque psicosomático en el telediario, la adicción al sexo... Esa batalla del personaje que es un poco Woody Allen y que yo he agradecido mucho, creo que tiene más que ver conmigo que el Toni tan idealizado. Ese equilibrio con ese toque de humor, a veces torpe y a veces también machista —algo que hay que contar—. Meternos en esos jardines le da color al personaje y es más divertido.

Ese parecido físico que te une con Ana Duato, ¿fue buscado en casting?

Es un piropazo. Esta cada día más guapa. Además, lo mejor que nos puede pasar es que se nos pegue parte de lo que es ella como persona, que creo que sí que nos ha pasado. Yo estaba haciendo otra serie en Antena 3, llamaron a mi representante y le dijeron que no me cortara el pelo porque estaban buscando hijos para Imanol Arias y Ana Duato y yo me lo corté porque pasó un mes y pico. Y me llamaron para la prueba. Iba super disfrazado de los setenta porque por esa época vestía muy setentero y me encontré con muchos actores que hoy son muy reconocidos, uno medio surfero... La mayoría eran morenos. No se tenía que parecer el chico a Ana Duato. Quedamos dos Tonis, dos Carlos y dos Inés. Las dos Inés se parecían bastante entre ellas y el otro Toni era muy parecido a Imanol. Curiosamente, Irene Visedo se parece bastante a Imanol y yo a Ana, y Ricardo es una mezcla.

¿Quiénes eran esos actores tan conocidos con los que coincidiste?

No puedo decir nombres. Les ha ido muy bien, no creo que ninguno ahora pueda estar diciendo "ay, qué pena que no me cogieron en Cuéntame". Han trabajado bastante.

Lo de explotar tu faceta de escritor no es por eso que dices de que nadie es imprescindible en Cuéntame, ¿no?

No, que va. Yo me hice prescindible para escribir. Desde pequeño me gustaba el cine, la interpretación y contar historias. Cuando me fui tenía firmado con la editorial un pedazo de entrega del libro y un proyecto en teatro y coincidió con una época intensa de Toni, en la que el personaje se quedó muy arriba. Luego coincidió que tuve una hernia por estar sentado escribiendo 12 horas al día y no pude actuar en el teatro. La mitad del libro la escribí en la cama. Me ofrecieron volver a la serie y regresé con mucha ilusión para estar en todos los capítulos. He estudiado Comunicación Audiovisual y llevaba con la historia del libro —No volveré a tener miedo— desde 2008. Ahora estoy con el segundo.

¿Qué personaje te gusta más de la serie?

El más idílico es Herminia, aunque me gustaba mucho también Valentina. Herminia es eje fundamental y María Galina es insustituible, es un personaje que se ha mantenido muy fiel, el resto ha ido cambiando y evolucionando, pero el de la abuela se ha mantenido muy fiel.

¿Qué veremos en la próxima temporada?

Va a haber sorpresas en cuanto a estructura, pero sigue la línea de los últimos capítulos. Habrá muchas emociones bastante potentes y Toni va a atravesar una crisis profesional y cambios que van a estar muy bien. Además tendremos acontecimientos históricos que van a estar muy bien y que él va a poder cubrir como periodista. Con Deborah tendremos sorpresas. Viene emocionante.