La diferencia entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico

La diferencia entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico

Son dos problemas distintos aunque muchas veces se usen como sinónimos.

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Si tienes tendencia a sufrir ansiedad, leer las noticias puede ser suficiente para hacerte sentir una enorme ansiedad durante un rato (o incluso durante el resto del día). En otras ocasiones, estos sentimientos negativos pueden aparecer sin motivo ni aviso previo.

Algunas personas hablan de 'ataques de ansiedad' para referirse a periodos de ansiedad intensa; otras, en cambio, hablan de 'ataques de pánico'. Sin embargo, son dos problemas distintos. A continuación, dos expertas explican la diferencia entre ambos, así como las formas de abordarlos.

La ansiedad puede significar algo distinto en cada paciente

"Un ataque de pánico es un término clínico, mientras que un ataque de ansiedad no lo es", puntualiza Alice Boyes, autora de The Healthy Mind Toolkit. "Tener un ataque de ansiedad puede significar cosas muy diferentes según cada persona".

Christina Boisseau, profesora asociada del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste (Chicago, Estados Unidos) señala que el término 'ataque de ansiedad' suele hacer referencia a una experiencia más concreta, a menudo desencadenada por algo que depende de cada individuo.

"Cuando la gente dice que está sufriendo un ataque de ansiedad, suele ser un uso coloquial, pero normalmente se refiere a que está sufriendo ansiedad por algo que está sucediendo, ya sea de la escuela, del trabajo o de una relación. Existe un desencadenante identificable. Cuando una persona está con ansiedad o preocupada, puede sufrir síntomas físicos como taquicardias y presión en el pecho", expone Boisseau.

Los ataques de pánico surgen de la nada

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Así como la ansiedad suele surgir por las expectativas o como reacción a un suceso, Boisseau sostiene que los ataques de pánico aparecen sin motivo aparente.

"Los ataques de pánico son ráfagas repentinas de intenso temor o incomodidad que aparecen de la mano de otros síntomas que pueden resultar preocupantes: taquicardia, mareos, acaloramiento y sensación de falta de aire. Los síntomas suelen alcanzar picos muy intensos en muy poco tiempo y desaparecer poco después", aclara.

Boyes añade que algunas personas pueden llegar a sufrir ataques de pánico nocturnos por los que se despiertan de un sueño profundo con una sensación de pánico sin motivo alguno. Pese a que los ataques de pánico remiten por lo general mucho más rápido que los ataques de ansiedad, el organismo tarda un tiempo en deshacerse de las sustancias químicas y la adrenalina que provoca un ataque de pánico.

"Tardas un tiempo en volver a sentirte tú mismo", resume Boyes.

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (más conocido como DSM-5), escrito por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, es el manual que se utiliza en Estados Unidos para diagnosticar los problemas de salud mental. Según su última edición, un ataque de pánico se caracteriza por provocar cuatro o más de estos síntomas:

  • Palpitaciones o latidos fuertes
  • Sudores
  • Músculos temblorosos
  • Falta de aire o sensación de asfixia
  • Sensación de atragantamiento
  • Dolor o molestias en el pecho
  • Náuseas o malestar abdominal
  • Mareos o sensación de aturdimiento e inconsciencia
  • Desrealización (sensación de que el mundo exterior no es real) o despersonalización (sensación de no ser tú)
  • Miedo de perder el control o de volverte loco (literalmente, como si temieras perder la cabeza)
  • Miedo a morir
  • Entumecimiento y hormigueo
  • Escalofríos o acaloramiento

Si sufres ataques de pánico de forma regular, es posible que tengas un trastorno de pánico

Boisseau indica que la mayoría de la gente sufre algún ataque de pánico en un momento u otro de su vida, pero solo el 2% o el 3% de la gente desarrolla un trastorno de pánico.

"El trastorno de pánico es básicamente miedo a pasar miedo. Quienes tienen trastornos de pánico tienen miedo de los propios síntomas físicos del pánico. Temen que haya algo mal en ellos, como si fueran a morir o a 'volverse locos'. Básicamente les preocupan las implicaciones de tener un ataque de pánico", explica Boisseau.

"Un trastorno de pánico se caracteriza por el miedo a tener ataques de pánico", corrobora Boyes. Este miedo de estar pendiente de un ataque de pánico hace que quienes lo sufren eviten determinados lugares (como aviones o recintos cerrados con mucha gente) o situaciones (como conducir) en los que ya han tenido ataques de pánico anteriormente, con el fin de evitar que les vuelva a suceder.

"Se dicen a sí mismos: 'Voy a sufrir un ataque de pánico porque ya he sufrido uno ahí'. Sin embargo, esa evasión hace que su situación empeore a largo plazo", advierte Boisseau.

Cómo gestionar los ataques de ansiedad y de pánico

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Independientemente de si te han diagnosticado ataques de pánico (o trastornos) o ataques de ansiedad y episodios de intenso estrés, las estrategias de superación son similares, según Boisseau.

"Desde la perspectiva del tratamiento, no es fundamental discernir entre pánico o ansiedad", comenta.

Tanto Boisseau como Boyes sostienen que llevar a cabo terapia cognitivo-conductual (TCC) dirigida por un experto en salud mental es un método tremendamente efectivo de tratar a una persona que sufre ataques de ansiedad o de pánico. La TCC busca abordar los problemas que el paciente ha estado evitando por su ansiedad, con el objetivo de reducir a lo largo del tiempo la ansiedad que le provocan esas situaciones. Boisseau añade que, en algunos casos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como Prozac o Zoloft pueden servir de ayuda en el tratamiento.

Los hábitos de vida y las técnicas para aprender a vivir el presente también son útiles cuando sufres un ataque de pánico o un episodio de gran ansiedad.

"El modo más sencillo de abordar estos sentimientos de ansiedad es respirar despacio", recomienda Boyes, que recalca que es importante practicar esta técnica antes de tener el ataque para saber cómo actuar. "Concéntrate al espirar. Haz como si estuvieras hinchando un globo y suelta todo el aire antes de volver a inspirar con normalidad. Repite esto durante varios minutos cuando tengas ataques de ansiedad o de pánico para ayudarte a revertir la situación".

Independientemente del camino que escojas en cuanto a terapia o tratamiento, debes ser consciente de que los ataques de ansiedad y de pánico se pueden tratar, asegura Boisseau.

"La gente que sufre ansiedad y pánico puede lograr grandes mejorías en su vida", concluye.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.