Consejos para lidiar con la ausencia de un ser querido en Navidad

Consejos para lidiar con la ausencia de un ser querido en Navidad

El fallecimiento de un familiar o persona cercana puede convertir las fiestas en un calvario, pero hay estrategias para gestionar el duelo.

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La tristeza, y no la ilusión, es la emoción que cubre la Navidad de muchas personas, a quienes la llegada de estas fechas con sus tradiciones y reuniones familiares remueve por la ausencia de algún ser querido. El dolor se acentúa si el fallecimiento de ese familiar o persona cercana ha tenido lugar recientemente y son las primeras fiestas que hay que afrontar sin su presencia.

"No hay una fórmula mágica para hacerlo, depende de cada familia", señala a El HuffPostMónica Pereira, de Haztúa Psicología Positiva. Su primer consejo es que si la familia solía reunirse en estas fechas, que siga haciéndolo. "Es una forma de que todos sientan que echan de menos a la persona y aprovechen para homenajearla", apunta la experta.

A priori puede costar pensar en una manera de realizar ese tributo pero Pereira sugiere hacerlo a través de algunos gestos sencillos.

Tres estrategias para tener presente al fallecido

"Algo que resulta muy gratificante es recordar momentos bonitos con el ser querido. Por ejemplo, que cada uno escriba una anécdota que viviera con él y la cuelgue en el árbol. Después se pueden leer todas durante la cena o en el momento de los regalos", señala como una posible estrategia para canalizar los sentimientos.

Otra opción que propone es "aprovechar la ocasión para hacer la comida que más le gustaba al ser querido. Servir la cena que a él le gustaría, su postre favorito o su turrón preferido. Es una forma de tenerlo presente".

"Las personas más espirituales pueden recurrir a poner una vela en el centro de la mesa que represente al ser querido", añade. "De esta manera, sabiendo que no está físicamente, es una manera de que sí esté en la celebración". Lo que se busca con este tipo de gestos es ayudar a la familia a cambiar el tipo de relación que se tiene con el fallecido, "aceptar que físicamente ya no está, que el recuerdo es lo que nos queda y que hay que continuar".

¿Y si se siente el deseo de aislarse?

La psicóloga también admite que es "absolutamente lícito" querer aislarse y pasar estas fiestas en soledad: "El dolor cada uno lo vive como puede, no como quiere". En ese caso, recomienda respetar ese deseo, especialmente si hace muy poco del fallecimiento, porque aún se está en proceso de duelo. "Dar un espacio a la persona pero no desaparecer", resume.

El dolor cada uno lo vive como puede, no como quiere"

Así, por ejemplo, si alguien no quiere juntarse con el resto de la familia en Nochebuena, "se puede intentar quedar para un desayuno. Lo importante es que vea que hay gente ahí".

Qué hacer ante los niños

En el caso de que en la reunión familiar haya niños pequeños, Pereira no es partidaria de poner buena cara y hacer como que no pasa nada, porque suelen darse cuenta y percibir que algo ocurre.

"Si no les explicamos nada y nos ven tristes piensan que es por algo que ellos han hecho y eso hace que les duela más", opina. "Se les puede decir que estamos tristes pero que vamos a celebrar con ellos que se han portado bien todo el año y que lo vamos a hacer sin olvidar a ese ser querido".

Sin embargo, tampoco aconseja "contarlo todo". Lo apropiado sería dosificar la información según la edad y la madurez de cada niño.

Culpabilidad por celebrar

También puede ocurrir que en un momento dado nos demos cuenta de que nos lo estamos pasando bien en la celebración y ahí aparezca la culpa. La psicóloga da la clave para desmontar ese sentimiento negativo: "Si yo me muriera me gustaría que mi gente continuara viviendo y disfrutando. Se puede preguntar a la persona '¿Cómo crees que le gustaría al fallecido que pasaras estas fiestas?' Cualquiera respondería que quiere lo mejor para los suyos".

Que me divierta en un momento dado no hace que quiera menos a esa persona"

"Que me divierta en un momento dado no hace que quiera menos a esa persona", recalca Pereira. La experta también insiste en entender el duelo como un proceso similar a una montaña rusa, en el que se producen "subidas y bajadas" que hay que aceptar como normales y "lo que se llaman reacciones de aniversario: en momentos especiales como la Navidad o los cumpleaños se vive un repunte del dolor".

Cómo reaccionar ante el llanto de los demás

Seguramente no seamos la única persona afectada en la mesa, sino que algún otro familiar también se sienta apenado e incluso rompa a llorar. Ese momento puede resultar delicado, por lo que la psicóloga aconseja respetarlo y dejarle espacio. "Se le puede proponer si quiere decir en alto cómo se siente, que es algo que suele venir bien, pero a veces no a todo el mundo", añade.

Desde su punto de vista, no es bueno hacer bromas para destensar el momento, ya que la persona lo puede sentir como una falta de respeto: "Es mejor dar unos minutos y probablemente la persona se recomponga".