Todas las absurdeces que cuentan los villancicos en las que no habías reparado

Todas las absurdeces que cuentan los villancicos en las que no habías reparado

La Navidad sin ellos está incompleta: pero mira cómo beben los peces en el río... Fun, fun, fun.

Getty

La Navidad está llena de buenos propósitos y a veces de grandes despropósitos. Unos con una tradición menos ancestral —como regalos del amigo invisible que uno nunca querría recibir, árboles de navidad que producen dolor con solo mirarlos o belenes que incluyen figuras sin ninguna coherencia— y los otros son ya cultura popular, como las letras de los villancicos. Las tenemos tan asimiladas que no nos permiten ser conscientes de las absurdeces que estamos cantando (aunque lo cierto es que sin ellos la Navidad está incompleta).

Todo es una sucesión de palabras y onomatopeyas extrañas intercaladas con frases complicadas de analizar. Aunque la gran ventaja es que, si no sabemos cómo sigue la letra, basta con repetir ciertas muletillas fáciles de recordar: fum, fum, fum; chiquirriquitín; ande, ande, ande; rom pom pom pom, rom pom pom pom; o pero mira cómo beben los peces en el río. Nada que el sonido de una zambomba no pueda disimular.

Si lo pensamos detenidamente, todo esto hace un poco menos surrealista que Leticia Sabater se una a la fiebre navideña con su propio temazo, para competir con el clásico de Mariah Carey.

  Raphael y su 'ropo pom pom'.YouTube

Ahora olvida El Polvorrón y el All I want for Christmas is you, y volvamos a lo clásico. ¿Alguna vez has reflexionado sobre el mensaje de los villancicos que cantamos? Narran las grandes fiestas que se montaron en el portal de Belén para celebrar el nacimiento de Jesús. Las de Ava Gardner en Madrid se quedaban muy cortas, según lo que cuentan. Pero lo hacen de una manera muy peculiar. Las letras (oficiales) de los villancicos son a la canción popular lo que las de Mecano a la música pop. Tan extrañas como pegadizas:

Campana sobre campana

¿Cuál es el menú más apropiado para una mujer que acaba de dar a luz? Incomprensiblemente, el pastorcillo que acababa de recoger a su rebaño pensó, con la mejor de sus intenciones, que un buen requesón, manteca y vino... Nada como el alcohol de una buena fiesta para una madre que da el pecho. Y al final se montaron un banquete en el portal de Belén en el que los únicos que disfrutaron fueron los invitados: la letra acaba contando que "el Niño va a padecer" en "una Cruz a esta hora". Ellos sí que saben dar la bienvenida a alguien a la familia... El que se asomó a la ventana debió flipar con las vistas del jolgorio.

Campana sobre campana, y sobre campana una, asómate a la ventana, verás el Niño en la cuna.

Belén, campanas de Belén, que los Ángeles tocan qué nueva me traéis? Recogido tu rebaño

a dónde vas pastorcillo? Voy a llevar al portal requesón, manteca y vino. Belén, campanas de Belén,

que los Ángeles tocan qué nuevas me traéis? Campana sobre campana, y sobre campana dos, asómate a

esa ventana, porque ha nacido Dios. Belén, campanas de Belén, que los Ángeles tocan qué nuevas me

traéis? Campana sobre campana, y sobre campana tres, en una Cruz a esta hora, el Niño va a padecer.

Los peces en el río

Se supone que su vida era completamente austera, pero la virgen se peinaba entre cortina y cortina sus cabellos de oro con un peine de plata fina. La primera y última judía rubia de la historia llegó tarde a su propia fiesta, porque mientras ella se peinaba en el portal de Belén se agotaba hasta agua de los floreros: los peces bebían y bebían en el río para celebrar el nacimiento de su hijo. Tenían que estar ya 'aguarachados'. Cualquier excusa era buena para que ellos se montaran un sarao, independientemente de si la anfitriona estaba o no presente. María tendió en el romero con un poquito de jabón el no se sabe qué, y ellos volvieron a beber. Como en cualquier casa española en Nochebuena. Además, este villancico tiene algún mensaje subliminal que no acabamos de entender: ¿Qué quiere decir que a la Virgen se le picaron las manos? Desde luego, nada bueno.

La virgen se está peinando entre cortina y cortina. Sus cabellos son de oro, el peine de plata fina

Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido

Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La virgen está lavando y

tendiendo en el romero. Los angelitos cantando y el romero floreciendo. Pero mira como beben los peces

en el río. Pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber. Los peces en el

río por ver al Dios nacer. La virgen está lavando con un poquito jabón. Se le picaron las manos, manos de

mi corazón. Pero mira como beben los peces en el río. Pero mira como beben por ver al Dios nacido.

Beben y beben y vuelven a beber. Los peces en el río por ver al Dios nacer.

Arre borriquito

Cuentan las malas lenguas que en portal de Belén no todo era hospitalidad y mucho menos generosidad. "En la puerta de mi casa voy a poner un petardo, pa' reírme del que venga, a pedir el aguinaldo", dice la canción. Y a pesar de ello, el protagonista le echa morro y se autoinvita a la fiesta de María y José esperando que ella, convaleciente, le sirva a la mesa: "Arre borriquito que llegamos tarde [...] Que el que quiera comer pan que no venga a mi cena, en el portal de Belén, la Virgen es panadera". ¿En qué momento de la vida la Virgen decidió ser panadera sin que nadie se enterara? Teníamos asimilado que San José era carpintero, pero el oficio de María lo desconocíamos. Sea como fuere, la fiesta acabó alargándose más que una boda gitana: "Vamos a Belén, que mañana es fiesta y al otro también".

En la puerta de mi casa voy a poner un petardo, "pa" reírme del que venga, a pedir el aguinaldo.

Pues si voy a dar a todo, el que pide en nochebuena, yo si que voy a tener, que pedir de puerta en

puerta. Arre borriquito, arre burro arre, anda más deprisa que llegamos tarde. Arre borriquito vamos a

Belén, que mañana es fiesta y al otro también. Que el que quiera comer pan que no venga a mi cena

en el portal de Belén la Virgen es panadera.

25 de diciembre

No hay mucho que decir sobre 25 de diciembre, más allá de que puede que el autor sea el mismo que el del La, la, la de Massiel. Con memorizar un fum, fum, fum basta para llevarse un buen pellizco del aguinaldo. Todo esfuerzo. Además, los pastorcillos hicieron gala de su gran habilidad para cuidar y calmar a cualquier recién nacido, y en lugar de caer en la rutina cambiaron las nanas por el sonido de las panderetas y las castañuelas. Después de eso, lo de que el niño apareciera en el suelo no pudo ser casualidad.

25 de Diciembre, fun, fun, fun . 25 de Diciembre, fun, fun, fun . Un niñito muy bonito, ha nacido en un

portal, con su carita de rosa parece una flor hermosa. Fun, fun, fun. Un niñito muy bonito ha nacido en

un portal. Con su carita de rosa parece una flor hermosa. Fun, fun, fun. Venid venid pastorcillos fun, fun,

fun. Venid venid pastorcillos fun, fun, fun. Venid formar panderetas. Y castañuelas al portal. A adorar al

rey del cielo. Que ha aparecido en el suelo. Fun, fun, fun. Venid formar panderetas. Y castañuelas al

portal. A adorar al rey del cielo. Que ha aparecido en el suelo. Fun, fun, fun.

La Marimorena

A estas alturas de la vida todavía no tenemos claro al 100% si la Marimorena es María Morena o la Virgen Morena, pero sabemos que esta mujer las armaba más gordas que Paquirrín en sus mejores tiempos. Y se apuntaba a un bombardeo. De hecho, en las fiestas en el portal de Belén empalmaba las estrellas con el sol, y éste con la luna. Se veía venir: "Dame la bota, María, que me voy a emborrachar".

Los Reyes Magos tampoco debían estar muy lúcidos. Les costó seguir a la estrella. Salieron de Oriente para adorar al Dios Niño —que nació el 25 de diciembre— y llegaron el 6 de enero. Cuando ya estaba todo el pescado vendido y las existencias del banquete agotadas.

Con la Marimorena hasta el "bueno de San José" se desmadraba en Nochebuena y acabó sin calzones... aunque por culpa de los ratones (dice). Y la noche acabó como toda fiesta que se precie, aunque en lugar de churros se hicieron unas gachas para las muchachas que había entre los cuatrocientos de la cuadrilla.

Ande, ande, ande La Marimorena, Ande, ande que es la Nochebuena. En el portal de Belén hay estrellas,

sol y luna [...] Ande, ande, ande La Marimorena, Ande, ande que es la Nochebuena. De Oriente salen tres

Reyes para adorar al Dios Niño, una estrella les guiaba para seguir el camino. Ande, ande, ande La

Marimorena, Ande, ande que es la Nochebuena. A esta puerta hemos llegado cuatrocientos en cuadrilla

si quieres que nos sentemos saca cuatrocientas sillas. En el portal de Belén han entrado los ratones

y al bueno de San José le han roido los calzones. Ande, ande, ande La Marimorena, Ande, ande que es la

Nochebuena. En el Portal de Belén hay un hombre haciendo gachas con la cuchara en la mano

repartiendo a las muchachas.

El Tamborilero

Este villancico merece mención sólo por asegurar que un "ronco acento" es "un canto de amor" —algo que no se decía desde que Tina Turner petó en las listas de ventas—, rom pom pom pom, rom pom pom pom.

Dime niño

Casi 2019 años bombardeándonos con la información de que el Niño es hijo de María y del Espíritu Santo, y todavía sigue el villancico popular preguntando "dime Niño de quién eres". Y lo más grave, sin aprenderse el nombre ("y si te llamas Jesús"). Esta es la primera pista de que quien visita al niño lo hace únicamente por cumplir, y luego no tiene problema en reconocerlo abiertamente: "Y nosotros nos iremos, tururú, y no volveremos más". Venga, ahí te quedas. Tururú.

Dime Niño de quien eres todo vestidito de blanco. Soy de la Virgen María y del Espíritu Santo.

Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra y viva el Niño de Dios que nació en la Nochebuena.

La Nochebuena se viene, tururú, la Nochebuena se va. Y nosotros nos iremos, tururú.

Hacia Belén va una burra

Está más que demostrado que María tenía que estar en todo: que si se agotaba el chocolate, que si le robaban los pañales, que si a San José le roían los calzones... "María, María, ven acá corriendo" es una constante en este villancico en el que todavía no sabemos quién se remendaba, a qué se refería con eso y por qué lo hacía, pero le cogió afición. El 'RIN RIN' era solo para despistar.

Y ojo con cantar que "los gitanillos han entrado [en el portal] y al niño que está en la cuna los pañales le han robado", porque Rober Bodegas tuvo que pedir perdón por mucho menos.

Hacia Belén va una burra rin,rin, yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo,

yo me lo quité. Cargada de chocolate. Lleva su chocolatera, rin,rin, yo me remendaba, yo me

remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité. Su molinillo y su anafre. María, María, ven acá

corriendo, que el chocolatillo se lo están comiendo. En el Portal de Belén, rin, rin. Yo me remendaba,

yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité. Han entrado los ratones. Y al bueno de San

José, rin,rin, yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité. ¡Le han

roído los calzones! María,María, ven acá corriendo, que los calzoncillos, los están royendo.

Gitanillos han entrado, y al Niño que está en la cuna rin,rin, yo me remendaba, yo me remendé,

yo me eché un remiendo, yo me lo quité. Los pañales le han robado. María, María, ven acá volando

que los pañalillos, los están llevando.

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