La ilusión... de encontrar el mejor 'look' para estas fiestas

La ilusión... de encontrar el mejor 'look' para estas fiestas

En Navidad no hay normas a la hora de vestir y solo tienes que pensar en cuánto vas a brillar

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El nivel de autoexigencia para el look de cualquier fiesta navideña es directamente proporcional al de la boda de tu mejor amigo. Sin embargo, la Navidad justifica atuendos que en cualquier otra ocasión serían inaceptables.

Nos podemos tomar licencias que solo tienen cabida en Nochebuena o Nochevieja, como poco. Hay gente que opta por deslumbrar más que el bombo de la lotería y otros que escogen un negro que brille tanto como un cuervo bañado en purpurina.

Sin embargo, aunque el abanico se abra hasta ofrecernos un mar de posibilidades, la elección del vestuario y los complementos sigue siendo tan complicada como siempre. Aunque la exposición de prendas en cualquier tienda nos deje ciegos, lo intentamos —porque como se dice popularmente 'hay ropa que cambia mucho puesta'— y salimos de los probadores con la cara destellante gracias al brilli brilli.

Elegir el mejor look para estas fiestas se convierte en una odisea tan complicada como ilusionante:

Quienes lo dejan para dos semanas antes: los valientes

Así es, dos semanas se quedan muy cortas en estos casos. Hay que tener en cuenta que todos vamos buscando lo mismo: el negro o el brillo. Normalmente encontrar una prenda que nos guste nos ocupa dos horas de nuestro tiempo —si pertenecemos a ese grupo de gente práctica que no necesita verlo todo para acabar escogiendo la prenda que le gustó en un principio—, pero en estas fechas esos 120 minutos son insuficientes.

Tu historial de Internet te delata

Cada vez que entras en Internet, el buscador te delata. Te saltan constantemente anuncios de tiendas de ropa online que has consultado durante mucho tiempo. Y aun así, todavía no tienes claro el look al completo. A pesar de ello, no pierdes la ilusión de encontrar uno que te entusiasme para estas fiestas, porque vayas como vayas la intención es salirte de la norma y explotar un look de noche.

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La tradición: preguntar a tu círculo cómo van a vestir

Raro es que no llevéis un atuendo parecido, pero coincidir con el look de otro familiar o amigo está tan prohibido y es tan vergonzoso como en cualquier otra fiesta. Imagina ese exceso de brillo multiplicado por dos sentado a la mesa y dejando ciego al resto de comensales. Puede convertirse en algo muy gracioso para los demás... pero no para vosotros dos.

La única norma, el tacón

Es la única noche del año en la que hay que seguir una norma sobre el tacón, cueste lo que cueste. Si los encuentras espectaculares y cómodos a la vez, eres una afortunada. Si no, mentalízate: son sólo unas horas, que no te amargue las fiestas. Siempre tendrás tiempo de descalzarte o cambiarlos a lo largo de la noche. A ciertas horas, nadie se dará cuenta.

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Esta vez los brillos están justificados

En Navidad todo brilla: las luces, las guirnaldas, hasta las burbujas del champán. Y parece que todos queremos ser parte del atrezzo. Sólo ahora nos lo podemos permitir sin que alguien nos mire raro. No hay excesos (y si los hay, esta vez no importa). Brilla tanto como quieras. En plata, en dorado... Todo está justificado si lo combinas con cierta sensatez, es decir, olvida mezclar verde y rojo, por ejemplo. Recuerda que eres un comensal, no el árbol de la fiesta. Para eso existe el raciocinio.

Desmelénate con la corbata

En estas fechas verás corbatas que no vas a volver a ver durante los 11 meses restantes del año. Hay quien explota su lado más infantil y su espíritu navideño para lucir con ilusión renos, abetos o muñecos de nieve. Otros te cuelan algún Pikachu. Cualquier dibujo o pasión oculta es buena para llevarla al cuello y sacar pecho.

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El máximo exponente del arte navideño: el maquillaje

Ni centros de mesa, ni decoraciones navideñas ni el mejor de los árboles. El máximo exponente del arte en estas fechas es el maquillaje. Meterle brillo sin cegar a quien te habla mirándote a los ojos no es tarea fácil, por eso muchos optan por renunciar a la purpurina (aunque al final de la noche llevarás pequeños brillos sobre la cara sin entender por qué). En cualquiera de los casos, es una tarea que exige cierta delicadeza.

¿Traje o esmoquin?

Como si quieres vestirte de pingüino. Si te hace ilusión, ¿en qué otro momento podrás hacerlo? Total, luego habrá quien acabe la noche (o incluso la empiece) con una diadema con cuernos de reno. Olvida el protocolo, las fiestas navideñas están hechas para disfrutarlas en todos sus ámbitos. Gózalas a tu manera Vayas como vayas, impresionarás más que el resto del año. Eso sí: recuerda que todo quedará inmortalizado en las fotos.

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