Siete lecciones de Marie Kondo para ordenar tu casa (y tu vida)

Siete lecciones de Marie Kondo para ordenar tu casa (y tu vida)

La serie del momento en Netflix propone una perspectiva poco habitual para dar una vuelta a tu estilo de vida.

Marie Kondo, en una imagen del documental.ABC News Videos

Si eres amante de Netflix, sabrás que la serie del momento es ¡A ordenar con Marie Kondo!. Detrás de las risitas y los murmullos de la anfitriona Marie Kondo, asoman algunas lecciones verdaderamente valiosas que pueden traer felicidad a tu vida.

No por casualidad, Kondo es autora del bestseller La magia del orden, creadora del Método KonMari y experta en ordenar.

El cambio es duro y aterrador. Pero todo lo que vale la pena cuesta, así que es mejor que lo hagas con una actitud positiva.

Kondo no se deja intimidar por esos montones de trastos que provocarían un ataque de ansiedad a la mayoría de la gente. De hecho, se la ve visiblemente eufórica ante pilas de periódicos y habitaciones llenas de adornos navideños, y esa energía es contagiosa.

Al final de cada episodio, los participantes que empezaron el programa abrumados se sienten igualmente entusiasmados con la organización de su hogar.

Está claro que solo son cosas, pero dejar que el desorden se apodere de tu hogar también puede tener consecuencias que se filtran en tus relaciones. Dependiendo de cómo lo manejes, esas consecuencias pueden ser negativas o positivas.

En la familia del primer episodio (los Friend), el padre admite que el estrés por el desorden a veces saca lo peor de sí mismo ante su familia. Y darse cuenta de ello le resulta desgarrador.

Frank y Matt, del episodio 5, sienten que su basura les impide madurar individualmente y como pareja. Por otro lado, Wendy y Ron Akiyama (del episodio 2), que con el nido vacío habían pasado a un matrimonio rutinario, reconectan y fortalecen su relación al trabajar juntos para organizar su hogar.

A la hora de clasificar tus pertenencias, lo normal es evaluar si ese elemento es práctico, útil o valioso. Pero uno de los principales trucos del método KonMari consiste en preguntarse primero si un artículo te hace feliz.

¿Y eso? En lugar de preocuparte de si podrías volver a ponerte esos vaqueros o de si ese montón de cables eléctricos puede llegar a ser útil algún día, más bien pregúntate: ¿esto me alegra? Si no, quítalo de tu vida.

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Poner en orden implica deshacerse de muchas cosas que no necesitas, y Kondo también tiene un proceso para eso: darle las gracias a cada elemento antes de ponerlo en el montón del 'no' (de los desechados).

El concepto puede parecer un poco extraño (aunque no tan extraño como saludar a cada casa), pero la clave del proceso de Kondo es apreciar todo lo que tienes. "La gratitud es muy importante", afirma. Aunque poseer demasiadas cosas puede volverse estresante, Kondo nos recuerda que no debemos dar nuestra prosperidad por sentado.

Muchos gurús de la organización dirán que la basura es basura, y que no vale la pena conservar objetos por razones sentimentales. No obstante, Kondo no emite ningún juicio sobre lo que los participantes deciden conservar.

De hecho, dedica un paso entero a ordenar los artículos sentimentales, rompiendo incluso las reglas en el episodio 4 al permitir que Margie clasifique las pertenencias de su difunto esposo antes de lo programado. Kondo demuestra que está perfectamente bien aferrarse a estas cosas, pero de una manera que te haga feliz, claro.

El primer paso en el método KonMari es coger toda la ropa que tienes y hacer un gran montón para clasificarla. "Solo al crear ese montón verás cuánta ropa tienes en realidad. Y te sorprenderá", explica Kondo en el episodio 2.

Desde la enorme montaña de ropa de Wendy hasta la colección de 150 deportivas de Mario, la serie resalta la asombrosa cantidad de ropa que posee la mayoría de la gente, y que debería hacernos pensar dos veces y plantearnos comprar una moda más sostenible.

El proceso desalentador de organizar una casa desordenada tiene un impacto transformador en la vida de los participantes. Las relaciones se fortalecen, las viejas heridas se curan y las casas se convierten en hogares.

No todos van a ver los mismos resultados profundos. De hecho, es posible terminar solo con un cajón para calcetines (digno de Pinterest) después de seguir el método de KonMari, y no pasa nada. A veces la felicidad viene de probar algo diferente.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido adaptado en el 'HuffPost' México.