El chavismo intenta defender "sus calles" para hacer frente a la convocatoria opositora

El chavismo intenta defender "sus calles" para hacer frente a la convocatoria opositora

Esta vez no hubo protestas masivas en favor del presidente Maduro, como sucedió en años posteriores.

Aunque la consigna de las movilizaciones en respaldo al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es "las calles son del chavismo", esta vez no se compaginó con la escena de este miércoles, pues los simpatizantes del oficialismo no salieron masivamente como sí sucedía hace unos años.

El chavismo gobernante convocó a sus seguidores "en defensa de la paz y la democracia" en puntos del oeste, centro y este de la capital venezolana y es en las zonas aledañas a ellos donde se observan personas. Los asistentes variaban entre los que decían apoyar al presidente, empleados públicos que preferían no ofrecer declaraciones y los que esperaban recibir comida por su asistencia.

En una avenida del centro de Caracas, Alejandro García, trabajador del Centro Nacional del Disco, un ente público, aseguró a Efe que lo que mueve este tipo de movilizaciones "son los ideales" de que "juntos podemos salir adelante" que, a su juicio, "representa el presidente Maduro.

García, de 33 años, ataviado con ropa que lo identifica como empleado público y una gorra con la cara del Ché Guevara, cree que "la plataforma internacional" que no reconoce a Maduro "está liderada "por un país en particular (Estados Unidos)" que busca quedarse "con el territorio y recursos de Venezuela".

Alejado de la zona de congregación, un camión repartía "combos" con un sandwich, un jugo, una fruta y tres golosinas a los marchistas que hacían una larga fila a la que se incorporaba incluso gente que no hacía parte de la movilización.

Uno de ellos, que no quiso identificarse, dijo a Efe que no le importaba la marcha, pero afirmó: "No he comido desde anoche y voy a tratar de aprovechar si me dan algo".

La preocupación por la acuciante crisis económica también estaba presente en la Plaza O'leary, a pocos metros de la sede del Ejecutivo y donde se espera que Maduro se dirija a los manifestantes.

Una vendedora informal Iris Rizales de 44 años, ofrecía camisetas, gorras, pitos y cornetas y aseguró a Efe no haber vendido ningún producto desde el inicio de la concentración. "La gente dice que está muy caro, aunque tengo precios viejos porque todo sube a diario, tampoco hay efectivo", lamentó.

Aunque exhibió simpatía por Maduro, Rizales dijo que, de poder decirle algo al presidente del Parlamento, Juan Guaidó, sería "que sepa luchar, que no haga lo mismo que han hecho todos", sostuvo.

Desde El Calvario, una icónica plaza de la capital, algunos miembros de la milicia bolivariana, organización de la Fuerza Armada integrada por civiles armados, gritaban "si se prende un peo (problema) con Maduro me resteo" consigna que es considerada muestra de la "lealtad absoluta" que el chavismo asegura tener. Sin embargo, el "resteo" (apoyo irrestricto) no parecía calar en el resto de personas.

Los empleados de los distintos entes públicos no se mezclaban entre sí y permanecían sentados, sin que la música y consignas lograran animarlos.

A la espera de movilización

Efe pudo constatar en un recorrido la poca afluencia de personas en las calles que contrasta con los grupos trabajadores públicos agrupados en espera de ser movilizados hacia las concentraciones y los efectivos de las fuerzas de seguridad apostados en los accesos al centro de la ciudad.

Cientos de miembros de la Guardia Nacional (policía militarizada) permanecían apostados en Chacaíto, zona del este de Caracas en la que se reuniría parte del chavismo, a pocos metros de Chacao, donde llegaría la movilización convocada por la oposición.

Por las calles aledañas ya se movilizaban grupos de opositores, lo que hacía más evidente la escasa convocatoria de los afectos de Maduro, quienes les gritaban: "pueblo escucha, únete a la lucha".

Maduro llamó ayer a los ciudadanos a manifestarse pacíficamente sin dejar de advertir que el gobierno de Estados Unidos y algunos sectores de la oposición venezolana quieren que se desate el caos y la violencia en medio de estas protestas.

Entretanto, buena parte de la comunidad internacional manifiesta su respaldo al Legislativo, controlado por la oposición, y pide que se restablezca la democracia en Venezuela.