El día más triste de Totalán

El día más triste de Totalán

La localidad malagueña, de luto tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Julen.

Los padres de Julen.REUTERS

A las 1:25 horas de la madrugada de este sábado la realidad arrancó de cuajo cualquier remota esperanza en Totalán (Málaga) tras casi dos semanas de angustia absoluta. Dos mineros y un guardia civil del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña encontraban el cuerpo sin vida de Julen, el niño de dos años que trece días antes había caído a un pozo de más de cien metros de profundidad.

Su "caída libre", como la ha definido este sábado el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, fue de 71 metros. En esa cota, Julen "se topó con tierra". Esa fue la conclusión que sacaron los rescatadores al ver la posición del cuerpo del pequeño, que estaba cubierto de tierra.

Su muerte fue casi instantánea, según se ha podido conocer de los datos preliminares de la autopsia que se le ha realizado a primera hora de la mañana en el Instituto de Medicina Legal de Málaga.

Julen cayó de pie, según este informe, y su cuerpo presentaba diversos traumatismos. Entre ellos, uno en la cabeza, probablemente generado por las piedras que se precipitaron sobre él tras su caída, durante la que se produjo diversas erosiones.

Tras la autopsia, el cuerpo de Julen ha sido trasladado al tanatorio, donde sus padres y el resto de familiares lo esperaban desde la madrugada, cuando se supo del hallazgo del cadáver.

El pequeño será enterrado este domingo, en la intimidad, en el cementerio que hay en la barriada malagueña de El Palo, muy cerca de donde vivía.

13 días de angustia y contratiempos

Hasta aquí el final de una historia que se inició hace dos semanas, cuando Julen, que había ido con sus padres a la finca de unos familiares, se precipitó por accidente por un tubo de 25 centímetros de diámetro y más de 100 de profundidad.

Nadie pudo hacer nada para sacar al niño, cuya búsqueda ha mantenido en vilo a toda España en los últimos trece días y que ha generado, además, todo un debate nacional sobre la cobertura periodística de este tipo de sucesos.

Al día siguiente de la caída del pequeño, una cámara de los rescatadores introducida por el tubo localizó una bolsa de chucherías y un vaso de plástico. Pero también un tapón a 71 metro de profundidad formado por tierra dura bajo el cual se creía que estaba Julen, de cuyo cuerpo no había ni rastro.

Se intentó succionar ese tapón de tierra, pero era tan dura que fue imposible, por lo que los expertos buscaron soluciones alternativas. Finalmente, se decidió realizar un túnel lateral de 80 metros que se conectará al túnel donde se creía que estaba el pequeño por una galería horizontal de cuatro metros, que sería excavada por un equipo de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa (Asturias).

Pero la dureza de los materiales de la montaña retrasó las labores de rescate de Julen, especialmente para perforar el túnel vertical. Finalmente, tras varios días excavando, se logró introducir la cápsula metálica en la que se introdujeron los mineros para realizar la galería horizontal.

El trabajo de estos seis hombres se inició el jueves 24, once días después de la caída del pequeño, y concluyó en la madrugada del sábado 26, cuando accedieron al lugar donde quedó, inerte, el niño.

Trece días después, en la jornada más triste para Totalán, terminó el rescate de Julen y empezó un nuevo duelo para sus padres.

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