Juzgan a los Franco para que devuelvan las estatuas de Abraham e Isaac de la Catedral de Santiago

Juzgan a los Franco para que devuelvan las estatuas de Abraham e Isaac de la Catedral de Santiago

El expolio de las dos figuras por parte se remonta al 30 de agosto de 1961, cuando Franco y su esposa paseaban por los pasillos del Palacio de Xelmírez, en Santiago.

El Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid celebrará este viernes, día 1 de febrero, el juicio contra la familia Franco por la titularidad de las estatuas de Abraham e Isaac del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago, que reclama en Ayuntamiento compostelano en un proceso que dura ya más de un año.

El inicio del juicio fue fijado por este mismo tribunal el pasado 19 de noviembre, después de que no se alcanzase ningún acuerdo entre las partes en la audiencia previa celebrada en Madrid. En aquella jornada, la juez Nieves Medrano admitió un informe pericial propuesto por el abogado del Ayuntamiento en el que un catedrático de arte expone que las estatuas fueron adquiridas por el Consistorio en 1948.

El abogado de la parte demandada, por su parte, trató en esa sesión de combatir la prueba afirmando que la misma no era pertinente, según confirmaron a Europa Press fuentes jurídicas. Al inicio del proceso, la familia Franco mantenía que las obras fueron adquiridas por un familiar en un anticuario. Sin embargo, su abogado sostuvo entonces que la propiedad es de la familia a raíz del paso del tiempo.

Las estatuas de los profetas Abraham e Isaac, pertenecientes originalmente a la fachada del Pórtico de la Gloria, fueron adquiridas por el ayuntamiento en 1948 bajo la premisa de que permaneciesen siempre en poder público.

Sin embargo, por un proceso del que no consta ninguna documentación, las dos piezas patrimoniales, en vías de ser declaradas BIC, pasaron a manos de la familia Franco en los años 60.

Expolio

El expolio de las dos figuras por parte de los Franco se remonta al 30 de agosto de 1961, cuando Francisco Franco y su esposa Carmen Polo paseaban por los pasillos del Palacio de Xelmírez, en Santiago de Compostela, entre los mejores exponentes del arte románico —tal y como se cuenta en este artículo de El Confidencial—.

Las figuras de Isaac y Abraham, obra cumbre del maestro Mateo y propiedad de la ciudad, llamaron la atención del matrimonio y el ayuntamiento de la ciudad procedió entonces a regalárselas en un proceso del que no se guarda registro alguno.

Desde entonces, los Franco han contemplado en privado las figuras en la conocida como casa Cornide.

En septiembre de 2017, el consistorio compostelano inició un proceso para reclamar su devolución, que ha llegado a sede judicial.

Tercera vista

Esta será la tercera vez que este caso que enfrente al Ayuntamiento de Santiago con la familia Franco llegue a los tribunales. En concreto, el pasado 13 de octubre, el tribunal madrileño fijó la audiencia previa inicial del caso, una sesión que tuvo que aplazarse a raíz de las alegaciones presentadas por los descendientes del dictador, que aseguraron que todavía no "habían heredado el patrimonio" de su madre, Carmen Franco, fallecida en diciembre de 2017, unos meses después de arrancar el proceso.

La vista fue entonces trasladada a noviembre de 2018 para analizar las alegaciones. Finalmente, se celebró, pero no hubo acuerdo, por lo que el juzgado convocó para este 1 de febrero el inicio del juicio.

La demanda presentada por el Ayuntamiento de Santiago hace referencia a dos esculturas que representan a los profetas Abraham e Isaac, originalmente pertenecientes a la fachada situada ante el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago y que fueron retiradas durante las obras del siglo XVI.

Ambas piezas fueron incluidas en 2017 en una exposición dedicada al Maestro Mateo como pertenecientes a una "colección particular". Fue en este momento cuando el Ayuntamiento de Santiago detectó que la documentación en su poder atribuía al patrimonio público la propiedad e inició las gestiones para reclamar la devolución de las piezas.

En primer lugar, el Ayuntamiento de Santiago comenzó a principios de mes de septiembre del pasado año la reclamación de estas figuras directamente a los Franco. Sin embargo, tras no obtener contestación de la familia, el gobierno local decidió el 24 de noviembre de 2017 interponer una demanda judicial contra Carmen Franco para exigir la devolución de estas piezas, que fue admitida a trámite en diciembre. De forma paralela, la Xunta inició el procedimiento para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) estas piezas.

Prohibición de venta o cesión

La demanda de Santiago se vio respaldada, poco después del inicio de las acciones, con la localización en el archivo de la Universidad de Santiago del expediente de adquisición de las piezas, así como de la propia escritura notarial, haciendo constar todas las características de las estatuas, de la titularidad municipal.

Según estos documentos, tras su retirada de la Catedral, las esculturas pasaron a manos del Conde de Ximonde en el siglo XVIII, un noble que las vendió al Ayuntamiento de Santiago por 60.000 pesetas en 1948. En el documento de venta existe una reserva "para evitar que desaparezcan del ayuntamiento" --con una multa en caso de que así sea-- y se preserve su propiedad "pública, de los vecinos de Santiago", sin posibilidad de venta o cesión.

Pese a ello, las dos esculturas pasaron en algún momento a manos de la familia Franco hace más de medio siglo, aunque no se ha localizado ningún documento de cesión. En un principio estuvieron en el polémico Pazo de Meirás y, posteriormente, fueron depositadas en Casa Cornide, hasta que se tuvo noticias de ellas en la exposición del Maestro Mateo.

Los Franco lo niegan

La demanda municipal se presentó en su día contra Carmen Franco Polo que, precisamente, falleció en diciembre de 2017, lo que obligó a reorientar la querella hacia sus herederos.

En el escrito que los demandados presentaron en el juzgado, y al que tuvo acceso Europa Press, los siete nietos de Francisco Franco y Carmen Polo --hijos de Carmen Franco Polo y herederos del dictador-- alegan que las estatuas fueron "adquiridas" por el "matrimonio" a un "particular, a través de un anticuario" y afirman que el Ayuntamiento de Santiago no ha acreditado que las llegase a tener en su posesión.

Los herederos de Franco negaban así el "rocambolesco e increíble relato" del Ayuntamiento de Santiago, según el cual, dicen los nietos del dictador, "Carmen Polo se encaprichó de las esculturas en los actos de la ofrenda al Apóstol del año 1954 y que el señor alcalde, y como si de una caja de bombones se tratase, 'complace' a la esposa del jefe del Estado 'regalándole' las figuras". Concretamente, el Consistorio relata el "interés muy insistente" de Carmen Polo al alcalde, "sugiriéndole de forma inequívoca su deseo de poseerlas". No obstante, durante la vista previa, el letrado de los Franco basó su posesión en el tiempo que hace que obran en su poder, según pudo saber Europa Press.

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