Guerra carga con dureza contra el "desatino" de crear un relator: "Mantener la dignidad de una nación es una prioridad"

Guerra carga con dureza contra el "desatino" de crear un relator: "Mantener la dignidad de una nación es una prioridad"

"Nunca, nunca necesitamos un relator".

EFEEFE

El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra ha calificado este miércoles de "desatino" la propuesta de crear la figura de un relator para mediar con el Gobierno catalán, ha opinado que tal propuesta equivale equiparar a España con países como Yemen o Burkina Faso y ha apelado "a mantener la dignidad de una nación".

Ha presentado en el Congreso su libro La España en la que creo, que ha escrito "en defensa de la Constitución" en un momento en el que cree que, frente a la "panoplia de zapadores" de la Carta Magna, los firmes partidarios de la libertad, la democracia y el progreso "se encuentran amilanados, asustados e incapaces" de defenderla.

"Nunca, nunca necesitamos un relator", ha sostenido y ha reiterado que aprobar unos presupuestos generales para el Estado "es vital" para un país, pero "mantener la dignidad" de una nación "es una prioridad".

Guerra ha criticado que se justifique o defienda la figura de un relator argumentando que es "solo una persona que tome nota de lo que se dice" en una reunión ya dicha encomienda, ha ironizado, puede realizarla "una grabadora" o "un funcionario".

Asimismo, se ha referido a las 21 condiciones que entregó el presidente de Cataluña, Quim Torra, al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en diciembre como "el último esperpento", así como "un obsceno chantaje" con el que quienes quieren imponer la autodeterminación piden "inmunidad", y por tanto, no aplicar la Constitución para cometer "fechorías".

A renglón seguido, Guerra ha considerado que "esa abominable lista de cosas" que pide Torra "no merece más que la burla".

Además, ve un "circo trágico" que Torra incluso haya pedido en dicho documento que el Gobierno "frene el deterioro" de la imagen de España en el mundo con la crisis catalana, cuando el mismo se ha dedicado a "incendiar la democracia", una cuestión, ha añadido, que "escapa" de la política para entrar en el terreno del "psicoanálisis".

Por este motivo, ha apelado a la responsabilidad de los partidos "constitucionales y demócratas" frente a modos de actuar de partidos populistas y nacionalistas que recuerdan a los años 30 con el la finalidad de que reaccionen "antes de que fuera demasiado tarde".

Ha citado Guerra la crisis, la corrupción o la precariedad laboral, entre las cuestiones que originado que en los últimos muchos ciudadanos se hayan sentido "atraídos" con propuestas "simplistas y demagógicas" con las que creen que encontrarán "una solución a sus problemas".

Sobre las posiciones críticas con la Constitución, ha afirmado que los partidos "tienen derecho a expresarlas", pero que no por ello "llevan razón" y ha mantenido que la reforma más urgente de la Carta Magna es la de "impedir la inmersión lingüística" en Cataluña, cuestión que ve como el "pilar absoluto de la estrategia soberanista".

Durante su intervención, el exvicepresidente del Gobierno ha realizado una enardecida defensa, no tanto del propio texto, sino de los valores de la Carta Magna -democracia, igualdad, solidaridad o convivencia, ha enumerado- frente a partidos de extrema derecha o populistas y ha instado, además, a los partidos de izquierda "a desprenderse del síndrome del franquismo".

Ante de la intervención de Guerra, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha ensalzado la aportación del libro de Guerra "en tiempos cargados de aproximaciones apriorísticas" y "gestos líquidos" que "pronto" se convertirán en lo "gaseoso".

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