Christchurch: la teoría de la conspiración que obsesionaba al terrorista

Christchurch: la teoría de la conspiración que obsesionaba al terrorista

Entre los motivos del autor del atentado de Nueva Zelanda estaba la derrota de Marine Le Pen en Francia.

AP/Twitter

El atentado islamófobo contra dos mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, ha provocado al menos 49 muertos y varias decenas de heridos este viernes 15 de marzo. Si bien se desconoce todavía el número de los autores y su identidad, varios medios hablan ya de Brenton Tarrant, un australiano de 28 años que se grabó mientras abatía a numerosas personas en una de las mezquitas.

En sus cuentas de Twitter y Facebook —que ya han sido suprimidas— expresaba su adherencia a la teoría de la conspiración del "gran reemplazo" [The Great Replacement], denunciada habitualmente por numerosos especialistas e historiadores.

Las pistas que el hombre dejó en redes sociales le muestran como un individuo inmerso en la ideología de extrema derecha. En la plataforma Scribd, el usuario había publicado un manifiesto titulado "gran reemplazo", teoría conspiranoica e islamófoba muy extendida entre los medios de extrema derecha de todo el mundo, e incluso en partidos políticos bien establecidos.

El ese texto, desarrolla tesis que justifican su acción, y señala varios elementos importantes que le llevaron a cometer la masacre; entre ellos, la "balcanización de los Estados Unidos" y las elecciones presidenciales francesas de 2017.

Tarrant confiesa que le "desesperó" la derrota de Marine Le Pen —quien, según él, habría podido actuar contra la inmigración— frente a Emmanuel Macron. "La posibilidad de una victoria de la candidata cuasi-nacionalista era, al menos para mí, una señal de que quizás todavía era posible una solución política", escribe. Pero con la victoria de Macron, su "confianza en una solución democrática desapareció".

El hombre explica también que durante un viaje a Francia pudo tomar conciencia de la situación. En este documento afirma que observó "la invasión de Francia por parte de los no blancos", y que eso le convenció definitivamente de que el "gran reemplazo" estaba en marcha.

El terrorista evoca una vez más "la invasión de Francia, el pesimismo de los franceses, la pérdida de cultura e identidad y la farsa de las soluciones políticas propuestas", así como los soldados franceses muertos en combate durante la Segunda Guerra Mundial para luchar contra el invasor (alemán), "muertos en vano", ya que hoy se permite que "otros invasores nos conquisten", "sin rechistar".

Lo describe él mismo. Para el joven, "la gota que colmó el vaso" fue ver el estado de los municipios franceses. "En cada ciudad francesa, en cada pueblo, los invasores estaban ahí", "los franceses eran a menudo la minoría", asegura en su mensaje, al tiempo que habla de franceses "solos, sin hijos o de una edad avanzada", mientras que los migrantes eran "jóvenes, llenos de energía y con grandes familias y muchos hijos". "Vi suficiente", concluye.

Estas palabras encajan con la teoría de la conspiración del "gran reemplazo", según la cual existe un proceso de sustitución de la población francesa y europea por una población no europea, especialmente africana y magrebí. Un cambio de población que implicaría un cambio de civilización y que estaría apoyado por la élite política, intelectual y mediática europea, por ideología o por interés económico. Según varios especialistas consultados por Le Monde, esta teoría no es más que una "ficción" y una "farsa siniestra".

Esta idea fue apoyada principalmente por Jean-Marie Le Pen en 2014: "Los Negros y los Árabes van a reemplazar a los franceses 'de pura cepa'; quieren socavar la 'civilización' francesa; basta con abrir los ojos para darse cuenta, pero las élites niegan esta realidad". Al escritor Michel Houellebecq también le echaron en cara una supuesta defensa de esta teoría en su libro Sumisión (2015), pero Houellebecq se defendió de toda "provocación" o "sátira" en su política-ficción, en la que el líder de un partido musulmán toma el poder en Francia.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano