Esto le pedí a los Reyes Magos para evitar más daño a la universidad

Esto le pedí a los Reyes Magos para evitar más daño a la universidad

Me diréis, Reyes Magos, que si una persona entre muchas se comporta de forma inapropiada no hay más que apartarla de su cargo. Ahí es donde viene mi petición: las autoridades que deberían haberlo hecho no terminan de decidirse a actuar y están dejando al resto de los profesores y a los alumnos indefensos frente a los desmanes de este mal llamado profesor.

5c8ab4f72300007f01238c5b

Foto: ISTOCK

Queridos Reyes Magos:

Como profesora de universidad e investigadora creo que mi trabajo es el más bonito del mundo, por lo que solo deseo poder seguir ejerciéndolo durante muchos años. A pesar de ello, os pido ayuda porque para hacerlo necesito de la colaboración de otras personas, entre otros, profesores y alumnos. Los alumnos, los buenos alumnos, nunca faltan, pero últimamente ha surgido un problema por parte de uno de mis compañeros profesores que ha mancillado el noble oficio de investigar y dar clases robando el trabajo de sus compañeros.

Me diréis que si una persona entre muchas se comporta de forma inapropiada no hay más que apartarla de su cargo. Ahí es donde viene mi petición: las autoridades que deberían haberlo hecho no terminan de decidirse a actuar y están dejando al resto de los profesores y a los alumnos indefensos frente a los desmanes de este mal llamado profesor.

Ya me he dirigido a dos de las instituciones que, a mi entender, tienen responsabilidades en este caso. La primera, la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora, CNEAI, de la cual formo (o formaba) parte como miembro del comité evaluador de Química.

Correo electrónico 20 diciembre 2016

El motivo por el que me dirijo a usted es por la implicación indirecta de la CNEAI en este caso. Para mí no es coherente seguir siendo miembro de una comisión que está desestimando solicitudes realizadas por profesores que, aunque no hayan superado el listón de exigencia, han realizado su trabajo de forma honrada, mientras que un señor del cual ya hace diez años había evidencias de plagio, ha sido evaluado positivamente por esta institución que le ha concedido al menos dos sexenios.

Espero su respuesta con la esperanza de que me permitirá seguir trabajando en la CNEAI como lo he hecho hasta ahora, evaluando el ingente trabajo de investigación que mis colegas químicos realizan cada día en sus laboratorios de toda España.

Desde esta institución se me contestó a vuelta de correo, cosa que agradezco, diciéndome que estaban informados del tema y que les preocupaba tanto como a mí, pero que la CNEAI, como agencia técnica, no tenía capacidad para actuar en este caso. Para terminar, se me recordaba que mi compromiso con la CNEAI terminaba en unos días, lo que solucionaba mis escrúpulos si me veía en situación de desestimar las solicitudes de profesores que basaban su currículum en su propio trabajo.

La otra institución a la que me dirigí fue al rector de la Universidad de Sevilla, en la que trabajo desde hace más de treinta años.

Correo electrónico del 20 de diciembre de 2016

Por las informaciones aparecidas en la prensa deduzco que los órganos competentes, incluyendo la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) a la que perteneces, han optado por callar y dejar pasar la tormenta, salvo la medida, insuficiente dada la gravedad del caso, de forzar el cese de esta persona en una vocalía. No debe de ser fácil actuar desde el órgano que tiene la autoridad directa sobre una persona que está actuando fuera de toda lógica, pero el silencio por parte de las autoridades y organismos responsables directa o indirectamente del mantenimiento en su puesto de esta persona, ha causado y está causando un enorme daño al conjunto de la universidad española porque nos hace a todos cómplices de este desafuero.

Yo no puedo seguir leyendo sin inmutarme los comentarios en las redes que dicen que "así es la universidad española". Pero el caso es que, de hecho, mientras no se aparte a este rector de su cargo, él sigue siendo una de las caras representativas  de la Universidad Española. 

Espero tu respuesta con la esperanza de que me permitirá seguir enorgulleciéndome de ser miembro de una institución como la universidad española, sin tener que recurrir de nuevo a la prensa que es el medio que ha permitido que este escándalo no haya sido enterrado.

Mi rector no me ha respondido hasta el momento.

Dado que ustedes tienen poderes mágicos, confío en que puedan hacerle entender a las autoridades competentes que cuando se acepta un cargo de responsabilidad, a veces hay que tomar decisiones que, aunque puedan resultar duras para una persona, son imprescindibles para el buen funcionamiento de una institución fundamental en la sociedad española, como es la universidad pública.

Por ello este año pondré mis zapatos en el balcón con más ilusión que nunca.

Adela Muñoz Páez

Catedrática de Química Inorgánica

Universidad de Sevilla

PD: Aunque no hayan tenido ocasión de escribirles una carta, hay muchos otros profesores que piensan como yo, entre otros, los profesores de las universidades de Sevilla y Santiago de Compostela, autores de los dos artículos que fueron publicados el día 3 de enero de 2017 (aquí y aquí).

Si hubiera otros profesores que quisieran sumarse a la petición recogida en esta carta a los Reyes Magos, pueden hacerlo en esta misiva dirigida al ministro de Educación del Gobierno de España, a la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid y al presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas