Los ganadores y los perdedores de la política exterior de Trump

Los ganadores y los perdedores de la política exterior de Trump

Se reducirá la inmigración, se construirán muros (quizá con valla incluida), se investigará exhaustivamente a los inmigrantes, se prohibirá la entrada a personas de determinados países y los juramentos de lealtad y las barreras religiosas seguirán siendo objeto de debate.

JOE RAEDLE VIA GETTY IMAGES

Las elecciones tienen consecuencias y, como siempre, la carrera presidencial estadounidense afectará mucho, especialmente más allá de las fronteras del país norteamericano. Al emprender el camino hacia una nueva política exterior, es interesante pensar en los asuntos importantes que pueden surgir en los próximos cuatro años. ¿Quiénes son los ganadores y perdedores de las elecciones?

GANADORES

1. El presidente ruso, Vladimir Putin

Trump y Putin continúan intercambiando elogios, agradables llamadas telefónicas y comentarios sobre la necesidad de un comienzo de cero para su relación. Putin quiere deshacerse desesperadamente de las sanciones que se le impusieron tras la invasión rusa de Ucrania, apoyar al cruel dictador sirio Bashar al-Assad y desconectar a Estados Unidos de Europa, especialmente en lo relativo a la seguridad en general y a la OTAN en particular. En comparación con las posibilidades que tenía de cumplir todos estos objetivos sin la administración Trump, Rusia ha salido claramente beneficiada en el ámbito de la política exterior.

2. Israel

Los israelíes recibirán con los brazos abiertos la reimplantación de las sanciones a Irán por parte de Estados Unidos. Incluso aunque los europeos no estén de acuerdo con la renovación de las sanciones (algo que parece probable), los israelíes darán el visto bueno a una política que deshaga el acuerdo nuclear de Irán, ya que lo consideran deficiente. También esperarán que la Casa Blanca les escuche con más atención que los últimos ocho años (por culpa de la tensa relación que había entre Obama y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu).

3. Los aliados suníes de Estados Unidos, especialmente Turquía y Egipto

La nueva administración ha dejado claro que no le preocupa en exceso la violación de los derechos humanos y que está dispuesta a trabajar de forma directa con los "líderes fuertes", como el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el de Egipto, Abdel-Fattah el-Sisi. Además, pretenden que los controles de tecnología militar sean menos estrictos y apoyan a Arabia Saudí y los Estados del Golfo, que se opusieron al acuerdo nuclear de Irán.

4. China

A pesar de que durante toda la campaña se haya exigido la presencia de obstáculos arancelarios para China, Pekín puede salir beneficiada de la administración Trump. El mayor beneficio para China es la indiferencia de la nueva administración ante la intención de Obama de "enfocar hacia Asia" y ante la perspectiva de defender a sus aliados en la región (al menos sin pago). Esta estructura de defensa de "pagar por participar" será más que bienvenida en Pekín mientras que el presidente chino, Xi Jinping, sigue mangoneando a los países más débiles de la zona del mar de la China Meridional y chocando con Japón. No es de extrañar que el presidente japonés, Shinzo Abe, tenga prisa por reunirse con el futuro presidente en la Torre Trump de Nueva York.

Trump ha dejado claro que no le preocupa en exceso la violación de los derechos humanos y que está dispuesto a trabajar de forma directa con los "líderes fuertes".

PERDEDORES

1. La idea fundamental del comercio libre internacional

Es la que más ha perdido. La administración Trump ha sido más coherente con este tema que con ningún otro del ámbito de la política exterior o económica. A lo largo de su campaña, lo que se ha repetido hasta la saciedad es que Estados Unidos había salido perjudicado en los acuerdos de libre comercio: desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) hasta el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés). El nuevo equipo ha dejado muy claro que derogará o renegociará los acuerdos que, según su criterio, estén enviando puestos de trabajo al extranjero, y el presidente electo, Donald Trump, ha sido especialmente crítico con el TLCAN y el TPP. Este último parece haber muerto ya, a menos que el presidente Obama pueda hacer algo antes de que el Congreso lo suspenda a finales de año.

2. El sistema de alianzas de seguridad que Estados Unidos construyó concienzudamente después de la Segunda Guerra Mundial

A pesar de las pequeñas reservas ante las posturas marcadamente negativas que se han adoptado durante la campaña contra la OTAN que fueron difundidas recientemente por el presidente Obama (un mensajero poco tranquilizador, la verdad), la retórica en general sigue siendo bastante negativa. La tesis central es que los aliados deberían estar preparados para pagar los servicios prestados en términos de defensa (tanto en Asia como en Europa) y contribuir de manera equitativa a la defensa mutua. Aunque la presión para que todos los miembros de la OTAN contribuyan con la cantidad acordada por la organización del 2% de su PIB a la defensa (y que muchas naciones no cumplen) es bastante habitual, hay quienes piensan que estos países se están aprovechando y estas acusaciones han levantado tensiones en Europa y en Asia.

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Netanyahu escucha a Obama durante una reunión en la Casa Blanca. 9 de noviembre de 2015.

3. Los inmigrantes

Se reducirá la inmigración, se construirán muros (quizá con valla incluida), se investigará exhaustivamente a los inmigrantes, se prohibirá la entrada a personas de determinados países y los juramentos de lealtad y las barreras religiosas seguirán siendo objeto de debate. Como almirante que soy, he visitado más de cien embajadas estadounidenses por todo el mundo y siempre he visto a los locales buscando la manera de conseguir un visado para nuestro país. Con la nueva administración, las fronteras serán aún más altas.

4. El acuerdo nuclear iraní

El acuerdo, negociado por el secretario de Estado John Kerry y respaldado únicamente por el poder ejecutivo, es causa de mofa para el equipo de la nueva administración a lo largo de todo el espectro de los posibles agentes gubernamentales futuros. Durante la campaña, Trump solía comentar su deseo de derogarlo y de reimponer las sanciones. Cosa que causaría una gran preocupación, por supuesto, en Irán y también en Europa, dado que a muchas empresas europeas les ha faltado tiempo para hacer negocios con Teherán tras el levantamiento de las sanciones.

Haciendo balance, Estados Unidos pondrá menos empeño en comprometerse a nivel mundial (especialmente en defensa, seguridad y comercio) y se centrará mucho más en las políticas de "Estados Unidos primero" que Trump describe constantemente. Esto creará un vacío en el mundo, y la naturaleza aborrece el vacío (aunque los presidentes Putin y Xi lo vean como una acogedora oportunidad). Los nombres mencionados para papeles clave en política exterior aportaran una gran variedad de puntos de vista y de experiencias a la conversación, por lo tanto, es posible que los expertos en política exterior -que no serán la prioridad de la administración Trump- cambien. Pero la lista de ganadores y perdedores, y los temas generales descritos a lo largo del artículo, seguirán siendo los mismos.

Este post fue publicado originalmente en 'The WorldPost' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés y Lara Eleno.

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