La guerra de Obama contra los denunciantes

La guerra de Obama contra los denunciantes

La libertad de la prensa es imprescindible para la democracia; se olvida fácilmente porque la prensa es casi tan odiada como los políticos. Si queremos mantener democracias sanas y en manos de los ciudadanos, hay que entender que la prensa es una piedra angular y su derecho de proteger a sus fuentes es básica.

Obama está rodeado de escándalos y los que van para largo son los que más indignan a los republicanos. Entre ellos, el asunto del IRS (Hacienda en EEUU) les viene muy bien porque el escándalo alimenta la desconfianza en el Gobierno que ya existe entre sus bases. Lo de Benghazi sirve como un ataque preventivo contra una posible candidatura de Hillary Clinton en 2016. Los dos son temas importantes que representan graves errores del Gobierno y merecen debate. En contraste, está el caso de la incautación de los registros de llamadas de periodistas de la agencia de noticias Associated Press (AP), pero eso no ha indignado a los republicanos.

El senador Mitch McConnell, el líder de la minoría republicana en el Senado, repitió nada menos que cinco veces en el programa Meet the Press el domingo 19 de mayo que los filtraciones de seguridad nacional son serias y que hay que investigarlas. El presentador David Gregory le presionó para que diese una respuesta más detallada pero no quiso decir nada más ni comentar sobre la importancia de la libertad de la prensa. El mensaje inconveniente: están de acuerdo con el Gobierno de Obama y su política de tolerancia cero a toda costa contra los denunciantes.

Primero, es importante entender por qué el departamento de Justicia incautó los registros de al menos 20 líneas telefónicas de periodistas de AP. Entre el cronometraje y los objetivos, parece que la investigación está relacionada con su cobertura sobre la CIA y la interrupción de un complot terrorista desarrollado en Yemen para bombardear un avión hace un año, aunque AP supo de la investigación este mes. AP obtuvo esa información a través de una filtración y el Departamento de Justicia quería saber quién estuvo detrás de esa filtración.

Esto no es sorprendente para quienes han estado siguiendo el tema del Gobierno abierto y los derechos de la prensa desde la investidura de Obama en enero de 2009. Las filtraciones son fundamentales para la obtención de noticias, sin embargo, el Gobierno de Obama ha sido implacable en su búsqueda y persecución de las filtradores. El Acta Federal de Espionaje que entró en vigor en 1917 fue utilizado tres veces hasta 2009. El Gobierno de Obama la ha utilizado seis veces. Algunos de ellos ya están encarcelados como Bradley Manning, de quien se ha abusado tanto que una investigación de la ONU denunció el trato que ha recibido como "cruel e inhumano".

La libertad de la prensa es imprescindible para la democracia; es un cliché pero también la verdad, y se olvida fácilmente porque la prensa es casi tan odiada como los políticos. Si queremos mantener nuestras democracias sanas y en manos de los ciudadanos, hay que entender que la prensa es una piedra angular y su derecho de proteger a sus fuentes es básica. El Gobierno de Obama está silenciando más a los denunciantes con cada persecución y sin ellos, solamente sabremos lo que el Gobierno quiera que sepamos.

"Todos los gobiernos mienten" advirtió el periodista Robert Scheer en el programa Left, Right and Center de NPR el viernes pasado. Es importante recordar eso, especialmente cuando están gobernando los políticos a los que votaste. El Gobierno de Obama no ha sido tan abierto como prometió. De hecho, ha sido un Gobierno de secretos y ataques contra la prensa.

Esto no es solamente indignante para mí y mis compatriotas, sino para el resto del mundo. Si el Gobierno de EEUU funciona así, no es exactamente el modelo de democracia y de prensa libre que pretende ser. En el asunto de la libertad de prensa, el verdadero Gobierno de Obama no tiene nada que ver con lo que el mundo imaginaba. Los gobiernos de EEUU siempre exportan su imagen en el mundo y quizás Obama aun más. No hace falta ser ciudadano estadounidense para mandar un email a la Casa Blanca y expresar tu opinión. Reporteros sin Fronteras Sección Española tiene una lista de recomendaciones para un posible proyecto de ley sobre protección de las fuentes y en su página puedes leer más sobre sus acciones aquí en España.