Una mujer en la cima del poder económico... y no es Angela Merkel

Una mujer en la cima del poder económico... y no es Angela Merkel

Janet Yellen es la gran candidata a ocupar el sillón que va a dejar Ben Bernanke al frente de Reserva Federal de los Estados Unidos, uno de los centros de poder de la economía mundial. Sería la primera mujer en ese cargo y tiene todo para llegar. La decisión está en manos de Obama.

FRANCK ROBICHON/EFE

Janet Yellen es la gran candidata a ocupar el sillón que va a dejar Ben Bernanke al frente de Reserva Federal de los Estados Unidos, uno de los centros de poder de la economía mundial. Sería la primera mujer en ese cargo y tiene todo para llegar. La decisión está en manos de Barack Obama.

Janet Louise Yellen tiene el perfil que le gusta al presidente de los EEUU para el puesto económico más importante de su Gobierno y uno de los más poderosos del planeta: el mando de la Fed, que en los hechos funciona como el gran banco central del mundo. Experiencia, gestión, compromiso político -Yellen es una ferviente demócrata-, reconocimiento y respeto de sus pares y una obsesión por bajar el desempleo, el gran objetivo interno de Obama para su segundo mandato.

Yellen nació el 13 de agosto de 1946 en una familia de clase media universitaria de Brooklyn, Nueva York. Se recibió con honores en todas sus etapas educativas hasta obtener el doctorado en Economía en la Universidad de Yale, una de las más prestigiosas del país en esta materia. Dedicó sus primeros años a la docencia en Berkeley y Harvard. Y de la mano de Bill Clinton llegó a la función pública: integró su gabinete de asesores económicos entre 1997 y 1999.

Luego, fue nombrada presidenta de la Reserva Federal de San Francisco y desde 2010 ocupa el segundo lugar detrás de Ben Bernanke, a quien respetó y respaldó en el manejo de la crisis financiera de 2008 y 2009, cuando el Gobierno estadounidense salió al rescate de cientos de bancos y aseguradoras para evitar una depresión mundial como la de 1929.

A Yellen también le llegó el reconocimiento de sus colegas. Recibió el Premio Adam Smith de la prestigiosa Asociación Norteamericana de Economistas y en septiembre de 2012 la agencia de noticias de Bloomberg la ubicó entre las 50 personalidades más influyentes de los mercados financieros.

Cuando Barack Obama le ofreció a Larry Summers que fuera el sucesor de Bernanke una vez que éste deje su cargo el 31 de enero de 2014, un grupo de legisladores pidió por escrito que la reemplazante sea Yellen. Summers no es del todo bien visto por parte del Capitolio ya que como exsecretario del Tesoro de Clinton estuvo muy vinculado con el mercado financiero que creció e hizo negocios sin control en los años previos a la crisis de 2008.

Summers rechazó el ofrecimiento de Obama y ahí se abrió la puerta para la actual número dos de la Fed. "Janet Yellen, espero, va a ser una gran presidenta de la Fed", se adelantó la senadora demócrata por Massachussets, Elizabeth Warren.

Yellen y Obama comparten la misma obsesión: bajar el desempleo de los EEUU. La tasa de 7,3% todavía es preocupante y como buena keynesiana, es una defensora de las políticas activas por parte del Estado para generar puestos de trabajo. Junto con su marido, George Akerlof -economista, ganador del Premio Nobel-, escribieron varios informes y publicaciones destacando el alto costo que paga una economía al arrastrar un elevado nivel de desempleo durante un período prolongado, como es la situación actual de los EEUU. Con la inflación bajo control y un crecimiento moderado, se espera una gestión monetaria más proactiva para los últimos años de la gestión Obama.

Wall Street desconfía. La noticia de la posible nominación de Larry Summers había generado el alza de los mercados a causa de la esperanza de muchos banqueros y operadores de recuperar los años dorados de desregulación y política monetaria menos rígida. Yellen escribió varios artículos a favor de crear la llamada "tasa Tobin" a las operaciones financieras que crearía un fondo de garantía ante futuras crisis y evitaría recurrir a fondos públicos para salvar los errores de los banqueros.

Yellen, con 67 años de edad, una trayectoria impecable y el pelo blanco color tiza, espera ahora convencer a Obama para quedarse con el cargo clave para la economía del planeta. Su nombre no es aceptado por unanimidad por los asesores presidenciales pero sí es respetada. Será clave lo que digan también los miembros de la comisión de Finanzas del Senado, que deben aprobar la nominación presidencial.

Obama tiene tiempo hasta fin de año. Primero Bernanke, amado por el mundo financiero por cómo pilotó la crisis de 2008/2009, debe dejar su puesto. El presidente ya dijo a los medios que Bernanke se había quedado en su cargo "más tiempo del esperado". Habrá que ver si Obama se anima a romper con una tradición inmaculada de 14 hombres al mando de la Fed.

Este artículo también se podrá leer en el blog del autor La revancha de Keynes