La semana en cinco recomendaciones lingüísticas

La semana en cinco recomendaciones lingüísticas

Un reputado lingüista sostuvo que en las cartas que dirigía a su madre siempre comenzaba con «Querida Mamá:», con la eme en mayúscula, pues su madre para él era muy importante. Complejo, sin duda, esto de las mayúsculas.

Un reputado lingüista sostuvo en un entorno académico que en las cartas que dirigía a su madre siempre comenzaba con «Querida Mamá:», con la eme en mayúscula, y que por nada del mundo lo haría de otra forma, pues su madre para él era muy importante.

Esta anécdota nos sirve para ver que el uso de la mayúscula, más allá de los casos en los que claramente forma parte de un nombre propio o de la palabra con la que se inicia una frase, se mueve en un plano subjetivo, interpretativo, en el que el hablante le otorga una función expresiva, aunque las normas ortográficas indiquen otra cosa.

Es algo que sucede muy habitualmente con los nombres de algunos cargos y ocupaciones, como si el uso de la mayúscula les confiriese una mayor importancia.

Sustantivos como rey, príncipe, presidente, secretario general, ministro o director suelen verse escritos con iniciales mayúsculas, algo que no ocurre con otros como jardinero, conserje o estudiante. Es lo que José Martínez de Sousa llama mayúscula de respecto, reverencial o genuflexiva. Tal y como indican las normas ortográficas, todos los nombres de cargos, ocupaciones y tratamientos se escriben con minúscula, vayan o no acompañados del nombre de la persona que los ocupa.

Un campo semántico en el que el uso de la mayúscula también suele estar ligado a concepciones extralingüísticas es el de la religión, pero hay que recordar que el uso de esta marca no otorga carácter sacro a una palabra. Sin embargo, en otras ocasiones resulta realmente difícil saber cuándo se debe usar la minúscula o cuándo la mayúscula, pues son casos que admiten lecturas ambiguas, y la elección de una u otra está sujeta a aquello que quiera expresar el emisor del mensaje.

Un ejemplo de ello es la recomendación que hemos publicado en la Fundación del Español Urgente con claves para redactar noticias sobre el Ramadán. ¿O debería ser ramadán? Vamos a intentar explicarlo.

En el calendario musulmán hay 12 meses, y el nombre de uno de esos meses es ramadán, que es el mes en el que el islam prescribe el ayuno obligatorio para los creyentes. Al igual que en el calendario gregoriano, el nombre de este mes se escribe con minúscula: «Según la tradición islámica, otras revelaciones tuvieron lugar el mes de ramadán».

Además, el nombre de ese mes se usa en español con el significado de 'ayuno', y funciona como un sustituto en frases como «El presidente del Yemen incumplió el ramadán al beber un vaso de agua en público». En estos casos se escribe también con inicial minúscula.

Sin embargo, tal y como señala la Ortografía académica, cuando hace referencia concretamente al período religioso se escribe con inicial mayúscula, como, por ejemplo: «El Ramadán puede dejar cerca de 20 millones de euros en los comercios locales».

Complejo, sin duda, esto de las mayúsculas.

 

Ilustración: @MoxParadox

Esta semana la geometría también ha tenido un sitio en nuestras recomendaciones, concretamente en la del jueves. Observamos que, cada vez más frecuentemente, en las noticias sobre incendios se emplean incorrectamente las hectáreas para referirse a la longitud de un perímetro: «El incendio, con un perímetro de 1200 hectáreas, sigue sin estar controlado», «El perímetro del incendio supera las 2000 hectáreas».

Dado que la superficie es una magnitud que expresa la extensión de un cuerpo en dos dimensiones, longitud y anchura, y que el perímetro es el contorno de una superficie y se expresa en unidades lineales, en los ejemplos citados lo adecuado hubiera sido escribir: «El incendio, con una superficie de 1200 hectáreas, sigue sin estar controlado», «La superficie del incendio supera las 2000 hectáreas».

El miércoles nos centramos en un problema de concordancia en la construcción dado seguido de un sustantivo, como en «Dado el precio del producto...». En estos casos el participio ha de concordar en género y número con el sustantivo.

Así, en lugar de «Inquieta la situación de los profesionales de la justicia, dado la delicada coyuntura económica por la que atraviesa el país», lo adecuado hubiera sido «Inquieta la situación de los profesionales de la justicia, dada la delicada coyuntura económica por la que atraviesa el país».

En otras ocasiones cometemos errores por añadir elementos que no son necesarios, como sucede con los verbos elegir, nombrar, denominar, declarar y otros de parecido sentido, con los que resulta inapropiado utilizar como para introducir el complemento: «Fue nombrado presidente», no «nombrado como presidente».

Y llegamos al final de este recorrido con la primera nota de la semana, en la que recordamos que el término pack, 'conjunto de artículos iguales o similares que se agrupan, especialmente para reparto o venta', es un anglicismo evitable, según el Diccionario panhispánico de dudas; en su lugar pueden emplearse las palabras paquete, envase, lote o combo, según el contexto.

Por último, como todas las semanas, la recomendación en vídeo de la semana: «se enteró de que», no «se enteró que».