Indignado. Atraco a mano armada

Indignado. Atraco a mano armada

Hay una nueva atracción en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas en Madrid. Unos agentes virtuales que están de pie al lado de unas mostradores digitales para conseguir tu tarjeta de embarque y facturar tus maletas para vuelos en Iberia.

¿Son de verdad?

¿Agentes virtuales para qué?

A lo mejor para llamar la atención. Hay una nueva atracción en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas en Madrid. Unos agentes virtuales que están de pie al lado de unos mostradores digitales para conseguir tu tarjeta de embarque y facturar tus maletas para vuelos en Iberia, hablando sin parar fijando su mirada en los pasajeros que pasan por enfrente con una postura inmóvil y todo muy rojo. Una cosa que es verdad, es que hay más gente fotografiándoles que escuchándoles o tomándoles en serio... Ahora si ese es el sentido, entonces "Olé y Olé", pero si el objetivo es que más gente vaya a facturar con ellos, ¡esa mañana no era su día! Iberia ha anunciado que son los primeros en todo el mundo en lanzar este sistema de agentes virtuales, adelantándose incluso a los asiáticos, pero qué pasa con todos los puestos de trabajo que se pueden estar perdiendo por culpa de los agentes virtuales. Aquí en España estamos en un momento laboral muy penoso con mucho desempleo. ¿Los puestos de trabajo de investigadores y técnicos responsables de desarollar estas nuevas tecnologías van a compensar por los trabajos perdidos de los agentes reales a quienes a veces todavía se les pueden hacer preguntas? Si esto contribuyera a evitar enfrentamientos desagradables y bordes contestaciones, entonces soy fan.

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Nada menos que cinco minutos antes de conocer a Pilar y Paco, los nombres que les he dado a mis nuevos amigos virtuales, tuve un mal encuentro con un agente real en un mostrador también de Iberia. ¿Qué pasó con "el cliente siempre lleva razón" y hay que tratarle con respeto y una sonrisa por lo menos? El señor agente literalmente me quitó la tarjeta de puntos de mis manos, una cosa que solo creía que pasaba en los cajeros automáticos cuando te comen las tarjetas, con la diferencia que aquí en vez de comerme la tarjeta la cortó con unas tijeras y la tiró a la basura. Todo fue porque le pedí poner mi próximo vuelo en mi cuenta de puntos de Iberia Plus (el próximo vuelo que iba a tomar a Tenerife por trabajo, invitada por Blueroom y Turismo Tenerife al norte de la isla y las fiestas de la Orotava, para hacer reportajes y fotos para mi colección artística) cuando muy tajante me miró y me dijo: "Su tarjeta está caducada y me la tengo que quedar".

¿Cómo?

Desde cuando un agente, especialmente NO secreto, te quita una tarjeta de puntos porque está caducada y directamente la aparta de tu vista. El número todavía es válido, y lo único que necesitaba es el número de la cuenta para poder acreditar los puntos, qué más da si la tarjeta está caducada: no vale para otra cosa. Ahora ni sé mi número de cuenta, y al pedirle también que si por favor por lo menos me pudiera apuntar el número, me dijo que NO!

Entonces aquí están cara a cara, uno sonriente sin opción porque está programado, el otro enseñando los dientes y con un tic en su labio superior, como en un western. ¿Quién va a disparar primero, quién será el último hombre en pie?