En un camino de cien millas, la más importante siempre es la primera

En un camino de cien millas, la más importante siempre es la primera

El vértigo nos entra cuando pensamos no en una sola milla, sino en lo que consideramos, erróneamente, un número altísimo de millas interminable e insuperable. Eso es lo que amenaza la motivación inicial, llegando a poder eliminarla. La solución a este problema está en esforzarnos por tener una visión de túnel, láser, que te permita ver solo la primera milla e ignorar deliberadamente todas las demás.

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Es más, la primera no solo es la más importante, sino que es más importante incluso que las otras noventa y nueve juntas. ¿Por qué? Porque arrancar es difícil. Proseguir es fácil. Y solo la primera milla es la milla del arranque. El resto ya solo son de continuación.

Si lo que acabo de afirmar es cierto, entonces tal vez deberíamos replantearnos nuestra forma de afrontar el éxito, tanto en tareas transcendentales como en los retos más nimios. Permíteme elevar el protagonismo de la frase anterior y reflexionar sobre ella. ¿La primera milla es más importante que todas las otras noventa y nueve juntas? Entonces, la conclusión es clara. En lo que respecta a la acción, cuando estemos a punto de ponernos en marcha...

La clave para arrancar está en ignorar el resto del camino y centrarnos tan solo en el paso uno.

Fíjate que no he indicado que la clave esté en centrarnos en el paso uno. Lo que he escrito es: centrarnos en el paso uno y además ignorar el resto del camino.

Esta última afirmación consta de dos partes, y de las dos, la más importante es la segunda. Incluso cuando sí tenemos la motivación necesaria para ponernos en marcha, esa motivación debe ser protegida de un terrible enemigo. Ese enemigo se llama vértigo. El vértigo procede de contemplar el camino entero en lugar de tan solo lo que nos concierne ahora, que es el primer paso. El vértigo nos entra cuando pensamos no en una sola milla, sino en lo que consideramos, erróneamente, un número altísimo de millas interminable e insuperable. Eso es lo que amenaza la motivación inicial, llegando a poder eliminarla. La solución a este problema está en esforzarnos por tener una visión de túnel, láser, que te permita ver solo la primera milla e ignorar deliberadamente todas las demás.

Da igual si el camino es de cien millas o de mil. Ignora todas las millas y céntrate exclusivamente en una. La mágica. La primera.

No pienses: «jardín». Piensa: «flor».

#88peldaños

En un camino de cien millas la más importante siempre es la primera.

@ANXO