Los fracasos de Anxo

Los fracasos de Anxo

Los 88 Peldaños del Éxito

«¿Y si fracaso?»

¿Esa es una pregunta que te preocupa? Pues agárrate que aquí viene la sorpresa.

Lo peligroso no es que tengas muchos fracasos, sino que no tengas ninguno.

¿Por qué?

Porque tener muchos fracasos es tener muchos aciertos. El que acertó mucho es porque probó mil opciones diferentes, de las cuales normalmente la inmensa mayoría no dieron fruto.

¿Conclusión?

#LaInteligenciadelÉxito

Si quieres acertar mucho, falla mucho.

@Anxo

Quizás una de las cosas más bonitas de haber publicado Los 88 Peldaños del Éxito son los miles de correos electrónicos que he recibido y sigo recibiendo de personas de todo el mundo que me escriben explicándome cómo el libro les ha revolucionado su vida. Yo agradezco cada uno de sus mensajes y considero que si mi historia les ha inspirado, mi vida tiene un poco más de sentido a raíz de ello. Si las cosas que he hecho en mi vida sirven para inspirar a otros, yo seré el primer agradecido por ello, ya que mi sueño es que

ninguno de mis éxitos sirva para elevarme a mí más que para inspirar a otros.

Pero me gustaría que nadie se quede con la idea de que mi vida es un cúmulo de éxitos y sólo éxitos, ya que esa perspectiva no sería correcta. En mi camino hasta el presente ha habido mil fracasos y yo quiero compartirlos por dos motivos. El primero es para que nadie me coloque en un pedestal que no me corresponde. El segundo es para que cuando tú tengas que atravesar los tuyos, tengas en mente también los míos y reconozcas que

los fracasos no son impedimento para el éxito, sino el camino hacia él.

La gente sabe que he obtenido cinco titulaciones universitarias, pero seguramente desconoce que he sido rechazado cuatro veces en varias universidades de prestigio: George Mason University, George Washington University, American University y Johns Hopkins University. Cada vez que denegaron mi solicitud de admisión sufrí el dolor del rechazo, y lo que es peor, durante un tiempo sentí que era un incompetente y mis capacidades insuficientes.

Muchos están al tanto de un premio que recibí en Estados Unidos por mis aptitudes en matemáticas y que gracias a ellas conseguí construir el algoritmo sobre el que se asienta toda la estructura de 8Belts, pero pocos conocen un episodio que durante varios días me tuvo deprimido y con el deseo de abandonar mis estudios cuando con catorce años suspendí esa asignatura y mi profesor me dijo que estudiara otra cosa.

Con veinticinco años organicé con un socio fiestas entre estudiantes Erasmus y españoles, y aunque muchas fueron un éxito, a una asistieron tan sólo tres personas y yo me sentí tan sonrojado por el fracaso que la convertí en la última.

Con quince años, antes de irme a vivir a Estados Unidos, no sólo estaba federado en el Fisterra Club de Fútbol, sino que había sido el máximo goleador del equipo. En Estados Unidos me ofrecieron una beca para practicar ese deporte una vez ingresé en la universidad, pero una y otra vez mis sueños se vieron truncados, ya que mientras en España destacaba, allí era tan sólo uno más, y quedarse a medio camino de tus aspiraciones, duele.

Y a nivel empresarial, he tomado decenas de decisiones que han costado numerosos disgustos y mucho dinero a mi empresa 8Belts, y aunque me encantaría no volver a fracasar nunca con los pasos que doy como CEO (consejero delegado) de la empresa, sé que por mucho que lo intente, ese tipo de errores los seguiré cometiendo, pues

hacer es errar y no fallar es no hacer.

Si echo la vista atrás, realmente mi lista de fracasos no tiene fin. Yo no creo en esas vidas de color de rosa en las que todo es perfecto y en las que nunca hay reveses. En la mía sí los hay y está plagada, no de rosas, sino de grises, azules, amarillos, rojos y negros, pero precisamente por eso es real y es bonita.

Lejos de avergonzarme de mis fracasos, reconozco que una parte de lo que hoy soy y de lo que he aprendido es exclusivamente gracias a ellos. Si te va a preocupar algo, que no sean tanto los fracasos como la ausencia de ellos. Ellos son el punto de crecimiento de tu inteligencia del éxito.

Donde no hay fracasos es porque antes no hubo osadía, y donde no hay osadía, no puede haber victorias.

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