Mantente fiel a tu visión

Mantente fiel a tu visión

Los 88 Peldaños del Éxito

Emprender es resistir a las tentaciones. Es ponerse en marcha en una ruta plagada de sirenas y de ninfas que solo buscan distraerte. Te miran y te seducen con la única intención de conseguir que pongas tan solo un pie fuera de tu ruta, y en cuanto lo haces, ellas se encargan de que al pie le siga el resto del cuerpo.

«Nos gusta mucho tu producto. Consideramos que 8Belts es un método único en el mundo y queremos asociarnos contigo. No con la idea de vender cientos de Rutas (cursos), sino cientos de miles. Tan sólo tienes que descafeinar tu producto, reducir al máximo los costes [y por tanto la calidad] y así venderlo masivamente.»

Ésa era la conversación (monólogo en realidad) entre David (yo) y Goliat, una empresa internacional con «capacidad para elevarte o hundirte» según sus propias palabras.

«Te recomendamos que no nos des un No por respuesta, porque eso no nos gusta.»

Traducir la intención de lo segundo era sencillo, ya que era una amenaza en toda regla. Lo que me proponían con lo primero era retirar aquello que hacía que 8Belts fuese único, usar la reputación que nos habíamos ganado a pulso durante mucho tiempo, y utilizarla para quemar el producto masivamente durante un par de años para obtener el mayor beneficio posible.

La tentación duró poco.

A pesar de que esa gran empresa hubiera dejado sobre la mesa muy discretamente su particular amenaza sobre su capacidad no solo de elevar a una empresa pequeña como la nuestra, sino también de hundirla, haber aceptado esa propuesta hubiera supuesto ofrecer un producto que ya no podía prometer hablar chino en ocho meses o recuperar el dinero en caso de no cumplirse, por lo que de facto se eliminaba aquello que nos hacía únicos. Eso era algo que yo no iba a permitir. A ningún precio.

Mantenerte fiel a tu idea significa perder dinero por honrar una visión y perder en el corto plazo para ganar en el largo, que es aquél en el que el éxito reside.

El nivel de competitividad en el siglo XXI ha crecido con tal celeridad que el éxito ya no se consigue siendo uno más de un campo grande, sino el mejor de un campo pequeño.

Las ninfas y las sirenas son en realidad camaleones que aparecen con todo tipo de disfraces. A veces ni ellas mismas se dan cuenta de que lo son y ni siquiera tienen intenciones de serlo. Seducen no sólo a los emprendedores, sino a todos, ya que todos emprendemos de una forma u otra.

Cuando has decidido que vas a luchar por ser artista y tu familia te intenta disuadir de tu objetivo con el pretexto de que esa carrera no tiene salida, o cuando un amigo te dice que no dejes tu puesto de funcionario, el cual odias, para iniciar una carrera en la música, lo cual te apasiona, se trata de personas que te quieren y que desean lo mejor para ti, pero en ese momento juegan el papel de ninfas seductoras que buscan alejarte de tu objetivo. Y ni siquiera lo saben.

Cuando a un empresario le piden que además de su actual línea de negocio de exportación de vinos exporte productos tan dispares como gas natural, ordenadores, pañales o diamantes, es bueno que sepa que está ante ninfas seductoras y que el éxito suele hallarse más en el compromiso con la visión inicial que en la dispersión. Sí están permitidos los cambios de visión, pero deben ser pocos y muy estudiados.

El nivel de competitividad en el siglo XXI ha crecido con tal celeridad que el éxito ya no se consigue siendo uno más de un campo grande, sino el mejor de un campo pequeño, esto es, especializándose y manteniéndose fiel a esa especialización.

Desde el lanzamiento de 8Belts me han formulado propuestas en firme para añadir una línea de negocio de organización de viajes a Asia, ser una consultora de negocios en China, exportar aceitunas al extranjero, montar restaurantes en Hong Kong, enseñar música en menos de ocho meses, y hasta enseñar hebreo, polaco y húngaro.

#88peldaños

La perfección requiere foco.

@ANXO

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