El Tercer Parámetro en otros países: la redefinición del éxito se globaliza

El Tercer Parámetro en otros países: la redefinición del éxito se globaliza

El Tercer Parámetro y la redefinición del éxito no van a sustituir a la obligación de rendir cuentas y el cambio a gran escala que los ciudadanos europeos y norteamericanos merecen. Pero unos líderes que estén más en sintonía con su propia sabiduría serán más capaces de tomar mejores decisiones.

Saludos desde Londres. No, no he venido a regalarle un pijamita al bebé real, aunque sí me he ofrecido a quedarme un rato con George para que Kate pueda dormir unas cuantas horas seguidas. Estoy aquí para la primera conferencia de mujeres de The Huffington Post UK, titulada "El Tercer Parámetro: la redefinición del éxito más allá del dinero y el poder", que se va a celebrar este martes. El propósito de la reunión, organizada por el HuffPost UK, es hablar sobre una definición de éxito que sea más sostenible e incluya el bienestar, la sabiduría y nuestra capacidad de examinarnos a nosotros mismos y de dar a los demás.

Esta es la primera edición internacional de nuestra conferencia sobre el Tercer Parámetro; el acto inaugural se celebró en Nueva York en junio. (El blog escrito durante aquella reunión está todavía disponible aquí, algunas de las mejores citas y conclusiones pueden verse aquí, y la primera vez que hablé en público sobre el Tercer Parámetro fue en mi discurso en la ceremonia de graduación de Smith College.)

El motivo de estas reuniones es que cada vez está más claro que el modelo actual, en el que éxito equivale a exceso de trabajo, falta de sueño, no ver nunca a la familia, estar pendiente del correo electrónico las 24 horas del día y un agotamiento total, no es bueno. No es bueno para las mujeres. No es bueno para los hombres. No es bueno para las empresas, para las sociedades ni para el planeta.

Y al mismo tiempo que este sistema está descomponiéndose, se está extendiendo la conciencia -cada vez más confirmada de forma irrevocable por los datos científicos- de los inmensos beneficios que representa el uso de instrumentos como la atención (mindfulness) y la meditación para reducir el estrés y mejorar nuestra salud y nuestro bienestar.

Por tanto, este es el momento ideal para comenzar a redefinir el éxito, una redefinición que sea más acorde con lo que de verdad nos hace felices. Y por eso vamos a celebrar más actos como el de hoy, para que la gente pueda conectar, aprender unos de otros, intercambiar ideas, empezar a inculcar hábitos más saludables y reestructurar nuestra forma de vivir el día a día.

¿Por qué decimos que es una conferencia de mujeres cuando es evidente que redefinir el éxito nos va a beneficiar a todos? Porque la definición actual -en la que el trabajo y el agotamiento físico y mental son motivos de orgullo, casi símbolos de virilidad- la crearon sobre todo los hombres. Y porque las mujeres siguen estando marginadas en muchos sectores profesionales y, por consiguiente, tienen menos interés en conservar el statu quo. Y, dado que incluso las mujeres triunfadoras siguen teniendo más probabilidades de ser las que además se encargan de organizar la vida doméstica, es razonable pensar que las mujeres se sentirán inspiradas para aportar una idea más integral de lo que constituye el éxito.

Pero, como dijimos en la conferencia de Nueva York, queremos dar la bienvenida a todos los que deseen sumarse a la conversación. Es una conferencia de mujeres, con la participación de muchos hombres estupendos. Los oradores de las mesas redondas de hoy son:

Philippa Brown, directora ejecutiva de Omnicom Media Group; Roisin Donnelly, directora de márketing de P&G; Megha Mittal, presidenta y directora general de Escada; James Muthana, fundador de YogaAt.com; Rich Pierson, cofundador de Headspace; Cilla Snowball, directora ejecutiva de AMV BBDO; y Mark Williams, catedrático de psicología clínica y director del Oxford Mindfulness Centre en la Universidad de Oxford. Ustedes pueden intervenir también aquí.

¿Por qué hemos decidido trasladar la conversación al ámbito internacional? Porque, aunque la defectuosa definición de éxito actual se creó, sin duda, en gran parte en Estados Unidos, es innegable que hoy constituye un fenómeno mundial. En una reunión que mantuvimos hace unos días con los directores de todas las ediciones internacionales del HuffPost, oímos historias sobre cómo se está manifestando esta pobre visión del éxito en cada uno de los países representados y sobre cómo están tratando de recuperar el equilibrio en sus vidas.

Para saber cómo nos encontramos hoy, recordemos la famosa frase de Winston Churchill de que Estados Unidos y el Reino Unido eran "dos naciones separadas por un idioma común". Hoy podríamos añadir: y por un problema común de estrés y agotamiento mental. En contra del estereotipo de que, en situaciones de presión, los británicos reaccionan con un escepticismo devastador, una actitud digna o una invitación a tomar el té y olvidarse de lo que sea, lo cierto es que el estrés causa los mismos estragos en Gran Bretaña que en cualqueir otro país. He aquí unos cuantos ejemplos:

En realidad, esta epidemia de depresión es un fenómeno mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 350 millones de personas en todo el mundo padecen depresión. En Estados Unidos, las recetas de antidepresivos han aumentado un 400% desde 1988. En el Reino Unido, un 495% desde 1991. En Europa, entre 1995 y 2009, el consumo de antidepresivos creció casi un 20% anual.

En Alemania, sede de nuestra próxima edición internacional, que se lanzará en octubre, el estrés y el agotamiento físico y mental también están teniendo un gran efecto. Más del 40% de los trabajadores alemanes dicen que su trabajo se ha vuelto más estresante en los dos últimos años. En 2011, Alemania perdió 59 millones de jornadas de trabajo como consecuencia de problemas psicológicos, un incremento de más del 80% en 15 años.

La ministra alemana de Trabajo, Ursula von der Leyen, calcula que el agotamiento total está costando al país hasta 10.000 millones de euros al año. "No hay nada más caro que hacer que un buen trabajador tenga que jubilarse a los cuarenta y tantos años porque ya no puede más", ha dicho. "Y estos casos ya no son una excepción. Son una tendencia que debemos tratar de resolver".

Los franceses, como es natural, adoptan una postura filosófica ante el problema. En un artículo aparecido en Le Huffington Post, el filósofo Pascal Chabot dice que el agotamiento mental es "la enfermedad de la civilización" y que es sintomático de la época moderna. "No es un mero trastorno individual que afecta a algunos que no se adaptan bien al sistema, o que se entregan demasiado, o que no saben cómo poner un límite a su vida profesional", escribe. "Es también un trastorno que, como si fura un espejo, refleja varios valores desemesurados de nuestra sociedad".

Los italianos también tienen sus propias respuestas al problema. Me gusta en especial su tradición del riposo, ese periodo de la tarde en el que cierran tiendas, restaurantes y oficinas. Y cuentan además con su paseo vespertino, la passeggiata, un rato en el que desconectan de los afanes de la jornada.

Italia ha creado asimismo uno de los más potentes movimientos de reacción contra nuestra manía de equiparar el éxito con la velocidad y el agotamiento. En 1989 nació allí el movimiento Slow Food, una forma de resistencia contra la expansión de la comida basura que se centraba en los alimentos locales, la sostenibilidad y la comida como acto de relación social. Desde entonces, el movimiento ha crecido y se ha diversificado, con el Slow Travel (viajes), Slow Design (diseño) y Slow Cities (ciudades).

"No es una declaración de guerra contra la velocidad", escribe Carl Honoré, autor de Elogio de la lentitud. "La velocidad ha ayudado a transformar nuestro mundo en aspectos maravillosos y liberadores". Pero añade que puede convertirse en "una especie de idolatría".

Es decir, en toda Europa existe la conciencia del problema y la lucha para encontrar soluciones. Y estoy deseando oír qué van a decir los participantes en nuestra conferencia. A uno de ellos, Mark Williams, lo conocí el año pasado en Davos, y he regalado su libro Mindfulness: Guía práctica para encontrar la paz en un mundo frenético, a todos los que trabajan en HuffPost. Mark Williams es catedrático de psicología en Oxford y ministro de la Iglesia de Inglaterra.

La descripción que él hace de su libro me parece particularmente útil:

"Este es un libro sobre cómo podemos encontrar paz y satisfacción en unos tiempos tan agitados y frenéticos como los actuales. O, mejor dicho, es un libro sobre cómo podemos redescubrirlas; porque existen profundos manantiales de paz y satisfacción en el interior de todos nosotros, por muy atrapados y desconsolados que nos sintamos. Están esperando a que los saquemos de su jaula".

La meditación, escribe Williams, puede tener profundos efectos en prácticamente todos los aspectos de nuestra salud y nuestro bienestar. Refuerza el sistema inmune, aumenta la memoria y la resistencia física y disminuye la depresión y la ansiedad.

"Se asombrarán", escribe, "de ver cuánta más felicidad y alegría se consiguen con unos cambios minúsculos en la forma de vivir el día a día". Para meditar hace falta tiempo, sin duda, pero, como dice él, "la meditación atenta libera más tiempo que el que cuesta practicarla".

Pero la atención no solo libera tiempo. Nos libera de una visión muy limitada del éxito, que lo define en función de dos parámetros: el dinero y el poder. Nos libera de estar en una actitud perpetua y destructiva de pelea o huye. Lo que podemos descubrir cuando nos bajamos de la rueda, escribe Williams, es "una felicidad y una paz que se meten hasta los huesos y fomentan un auténtico y profundo amor a la vida, que se trasmiten a todo lo que hacemos y nos ayudan a lidiar mejor con todo lo malo que la vida pueda depararnos".

Algunos pensarán que a los líderes británicos no les pega mucho dedicarse a la meditación, pero la verdad es que hay unos cuantos políticos muy importantes que la practican. El ministro de Exteriores, William Hague, declaró al Times que recurre a la meditación desde hace 30 años. Y el viceprimer ministro y líder de los demócratas liberales, Nick Clegg, ha dicho que la práctica le resulta "muy útil para afrontar las tensiones corrientes de la vida".

Uno de los usos más interesantes que se le ha dado a la meditación es el tema de un artículo escrito hace poco por Andrew Jones, un profesor del condado de Hertfordshire. Después de mencionar un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles que mostraba que la meditación permitía reducir la agresividad y la mala conducta en los niños, Jones escribe que muchos colegios del Reino Unido, incluido el suyo, han instituido un "periodo de tranquilidad" de 10 o 15 minutos en algún momento del día. Aunque, cuando se estableció el programa en el colegio de Jones, fueron sobre todo los profesores quienes se apuntaron, poco a poco se fueron sumando también los alumnos, incluidos los del programa de excelencia y de estudios avanzados de la escuela.

Volviendo a nuestra conferencia, el participante Rich Pierson es cofundador de Headspace, una aplicación de meditación calificada como "el primer club de entrenamiento de la mente en el mundo". La aplicación ha llamado la atención de varios famosos que le han prestado su apoyo espontáneo, como Emma Watson y Gwyneth Paltrow.

Pierson vino a hablar a la reunión con nuestros directores internacionales el viernes pasado y nos contó que, cuando puso en marcha Headspace, a su padre le costó mucho conectar con su nuevo proyecto. "No lo entendía", dijo. Pero entonces Pierson encontró la forma de engancharle. A su padre le gusta jugar al golf, así que Pierson le dijo que la meditación mejoraría su hándicap. No hubo la menor duda: su padre empezó a meditar y, en efecto, su hándicap mejoró.

En una entrevista con The Huffington Post UK, Pierson describió los beneficios de la meditación. "Aprendes a reaccionar de manera más eficaz en el momento", dice, "y eso, a su vez, te permite manejar y aceptar las cosas de la vida tal como vienen. Es la técnica más profunda que existe, pero también la de una sencillez más brutal".

Asimismo nos dio unas cuantas pistas para descansar de vez en cuando:

  • Tengo ratos en el día en los que me aparto por completo de la tecnología.
  • Nunca tengo el móvil ni el portátil en el dormitorio.
  • Nunca miro mi correo electrónico hasta que llego al trabajo.
  • Nunca miro el correo electrónico cuando estoy de vacaciones.

Y, a pesar de que es empresario del sector tecnológico, le preocupa mucho cómo hemos dejado que la recnología domine del todo nuestras vidas. "Tengo la genuina sensación de que de aquí a 10 años volveremos la vista atrás y pensaremos lo mismo que hoy pensamos de los cigarrillos, y la gente dirá: '¿Pero qué demonios hacíamos?' No cabe duda de que tiene un papel muy importante en el mundo actual, pero se ha perdido todo equilibrio".

Igual que Pierson, The Huffington Post piensa utilizar la tecnología para ayudarnos a hacer frente a todas las fuerzas, incluida la tecnología, que pueden hacer que perdamos el equilibrio. Tanto nuestra edición de Estados Unidos como todas nuestras ediciones internacionales van a centrar gran parte de nuestra atención editorial en la idea de redefinir el éxito.

Europa, como Estados Unidos, se enfrenta a inmensos problemas que nuestros sistemas políticos no parecen poder abordar en estos momentos. El Tercer Parámetro y la redefinición del éxito no van a sustituir a la obligación de rendir cuentas y el cambio a gran escala que los ciudadanos europeos y norteamericanos merecen. Pero unos líderes que estén más en sintonía con su propia sabiduría serán más capaces de tomar mejores decisiones, y eso, por supuesto, puede suponer una diferencia trascendentan en nuestras vidas personales.

Nuestra insostenible definición del éxito es un problema mundial, que necesitará una respuesta mundial. Espero que se sumen a nuestra discusión y nos cuenten cómo están redefiniendo ustedes el éxito en su vida y su rincón del mundo.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia