
Restaurando la esperanza
La gente ha perdido la confianza en que sus vidas pueden mejorar y en que las instituciones están de su lado. En consecuencia, esto ha llevado a la apatía, la depresión, la desesperanza y, en algunos casos, al desarrollo de puntos de vista radicales. Este ciclo debe ser detenido antes de que consuma nuestro futuro colectivo.