Lo que Europa puede hacer por la igualdad de género

Lo que Europa puede hacer por la igualdad de género

Parlamento Europeo

Por diferentes motivos, hay cuestiones políticas para las que se pone el foco en los Estados y otras para las que se mira a la Unión Europea. Sin embargo, cada vez hay menos materias relevantes en las que Europa no tenga nada que decir. Y, desde luego, tiene un importante papel que desempeñar en materia de igualdad de género, que ha encendido un amplio debate en España y otros países sin que se preste demasiada atención a lo que desde Bruselas y Estrasburgo se puede y debe hacer. La comisión del Parlamento Europeo de Mujer e Igualdad de Género -de la cual soy miembro -ha elaborado un informe (Contribution to the Summary report 2018) en el que marca las que deberían ser las prioridades y las actuaciones para un futuro cercano. Se resumen en doce puntos que, a mi juicio, permiten abordar el desafío en sus diferentes aspectos:

1. Women on Boards. El proyecto de lograr la paridad en los puestos directivos de las empresas y organizaciones ha chocado con la hostilidad de algunos Estados miembros y se encuentra atascada. Se pide a las próximas presidencias de la UE que se esfuercen por reactivarlo.

2. Evaluación en materia de igualdad de género. Necesitamos saber en cada momento si se está aplicando el marco normativo de la UE para actuar cuando proceda.

3. Convenio de Estambul. Es el texto legal vinculante más ambicioso en la lucha contra la violencia de género, pero todavía se enfrenta a la desconfianza de muchos gobiernos. Se pide avanzar en las negociaciones y promover campañas contra los falsos mitos respecto al Convenio y a favor de la completa ratificación y aplicación.

4. Conciliación. La Comisión de Mujer celebra la propuesta que hizo la Comisión Europea al respecto, y ahora espera que se aplique lo antes posible y de forma completa.

5. Salud y derechos sexuales y reproductivos. En esta materia, preocupa el retroceso en países de la UE como Polonia, y se pide una actuación más decidida también fuera de la Unión, donde, en muchas ocasiones, abortar o acceder a medios anticonceptivos es una peligrosa aventura, si es que llega a ser posible.

6.Violencia contra mujeres y niñas. Es necesario apoyar con medidas legislativas la acción de los Estados miembros contra la violencia de género, así como dotarnos de una estrategia completa y la creación de un observatorio europeo.

7. Brecha digital. No se habla demasiado, pero existe una brecha digital de género que preocupa a la Comisión y sobre la que debe actuarse con el fin de empoderar a las mujeres.

8.Estrategia. Se reclama, más allá de medidas puntuales, una estrategia europea sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género.

9.Tratados internacionales. Pedimos a la Comisión Europea que incluya en los tratados comerciales y de inversión un capítulo específico sobre género con el fin de promover la igualdad en terceros países.

10. Presupuestos. Se pide que el proceso de elaboración de los presupuestos se aborde desde una perspectiva de género en todas sus líneas y partidas.

11.Nuevas formas de violencia de género. El ciberacoso y cierto discurso misógino no están adecuadamente perseguidos en la UE, y se pide atención a estas nuevas formas de violencia.

12. Brecha salarial. El informe incide sobre todo en la necesidad de mayor transparencia salarial. Es imprescindible saber lo que se está pagando y por qué funciones y conceptos si queremos conocer el verdadero alcance de esta brecha y combatir sus causas.

Aunque buena parte de la legislación de igualdad de género siga en manos de los órganos legislativos nacionales, la Unión Europea tiene la capacidad y la obligación de impulsar reformas y crear marcos dentro de los cuales los gobiernos deban actuar. Los puntos aquí expuestos abordan los más importantes aspectos de la cuestión, y por eso es imprescindible un compromiso de los grupos parlamentarios europeos y de los ejecutivos nacionales para avanzar rápida y eficazmente. En igualdad, como sucede en migración y en tantos otros ámbitos, no se demuestra verdadera voluntad de reforma si no se impulsa el cambio desde la Unión Europea.

Beatriz Becerra es vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos en el Parlamento Europeo y eurodiputada del Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa (ALDE).