El partido de las corbatas

El partido de las corbatas

Rajoy tuvo tiempo de cambiar la que vistió para ofrecernos su visión gloriosa del rescate. Subraya que la mejor manera de celebrar una súper millonaria línea de crédito es irte a ver un partido de la Eurocopa.

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Se suponía que teníamos que ver el partido de España e Italia con el ánimo de tuitear algunas referencias estilísticas entre los jugadores. Que si sus peinados, que si sus equipamientos. Pero fue la línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros lo que transformó la visión del partido. La presencia de Rajoy alteró cualquier observación del mismo. Y convirtió lo que debía ser un comentario sobre deportistas en el partido de las corbatas.

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Foto: EFE / JUAN CARLOS CÁRDENAS.

Como puede observarse en todas las fotos eufóricas de los presentes en el palco de honor, es abrumadora la profusión de corbatas. Incluso, se descubre que Rajoy tuvo tiempo de cambiar la que vistió para ofrecernos su visión gloriosa del rescate llamado línea de crédito, en la rueda de prensa obligada. Un mérito importante y que subraya el deseo del presidente de tranquilizarnos y de que la mejor manera de celebrar una súper millonaria línea de crédito es irte a ver un partido de la Eurocopa, en tiempo récord y avión si no oficial, desde luego privado. Aunque ahora ya no sepamos nadie qué es público, privado, rescate o línea de crédito.

La corbata de Rajoy en la rueda de prensa, que también podría llamarse comparecencia o "vengo porque os habéis puesto muy pesados con que no vengo y os guindo a Guindos", era blanca y celeste de rayas vertiginosas, porque iban transversales, como su sentido de la verdad. Se puede entender que repetir la misma corbata en el partido crearía un mensaje visual extraño, porque el celeste y el blanco eran los colores de la selección italiana. Esa persona que tiene el don de encontrar la palabra exacta para que el rescate sea línea de crédito tuvo ojo también para este pequeño detalle. También es cierto que Rajoy tuvo aplomo al vestirla en una de sus comparecencias de mayor calado histórico. Porque el celeste y blanco es la combinación de la bandera gallega, de donde es oriundo. Se puede entender entonces que Rajoy, o sus estilistas, tienen sentido de lo histórico. Saben que esa foto de la rueda de prensa, victoriosa pero símbolo de su día más amargo, será reproducida una y otra vez hasta que la Academia de la Historia consiga erradicarla de sus enciclopedias.

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Foto: EFE / JAVIER LIZÓN.

Quizás por esto, Rajoy tuvo tiempo en el avión que le trasladó a Polonia para cambiarse de corbata. Y probablemente lo tuvo también Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Rajoy, que viajó lógicamente en el mismo avión. Ahora que todo el mundo se pregunta, ¿puede saberse quiénes más viajaban para ver el partido? En una situación como esa, la de acudir a un partido en un país centroeuropeo, después de explicar una línea de crédito de aúpa, ¿se entiende que nos interese saber quiénes más viajaban? ¿Qué tipo de nombre tiene un viaje de ese estilo? ¿"Comitiva de apoyo representarial del más alto nivel para los campeones de Europa"? Quizás un pelín largo, ¿no? "Línea de representación abierta y talante eufórico". No, de nuevo un pelín farragoso.

Esta clarísimo que el Partido Popular tiene un sentido de la sintaxis privilegiado. Saben convertir cualquier escollo en triunfo. Esto puede explicar que estuvieran tan exaltados ante ese único gol previo al empate marcado por Cesc Fábregas.

Hay que subrayar que Cesc posee también el don de ejemplificar una belleza masculina casi a la antigua. A veces es guapísimo, otras normalísimo, generalmente profesionalísimo. Y quizás camaleónico, porque como se sabe, Cesc sabe jugar al estilo Barca pero también al estilo Chelsea, un poco como el propio Gobierno, que sabe enmarcar todo al ritmo que mejor les suena.

Es cierto que la euforia ante ese único gol de España fue compartida hasta por el primer ministro polaco, Donald Tusk, que, todo sea dicho, tiene nombre de millonario neoyorquino de origen polaco. Y también es cierto que la propia Princesa de Asturias dejo ver su lado mas español, celebrando ese gol como si fuera la luz al final del túnel. Pero es el gesto de Rajoy y el de Moragas lo que de verdad nos asombra. Moragas, que es más joven y con una reserva capilar que ya podría poner como garantía de cualquier línea de crédito, levanta los brazos con una especie de puño entreabierto, como su boca, que dibuja una sonrisa ideal para promover la ortodoncia nacional. Rajoy, siempre más gallego y de una generación anterior a la de su jefe de Gabinete, abre la boca exageradamente y cierra los puños como si de alguna manera se autoconveciera de su rol histórico en esta puñetera crisis. Curiosamente, tanto él como Moragas han escogido la corbata del mismo color: roja. Como nuestra selección, desde luego, solo que Rajoy no la pudo encontrar lisa y la adornó por unos desdibujados símbolos en amarillo, quizás para homenajear nuestra insignia. Lo que de verdad sorprende es que el reloj de Rajoy esta al revés.

Si, al revés, mirando hacia el suelo. Esto tiene varias consideraciones: Rajoy estaba participando del movimiento solidario de llevar algo al revés. Solo que esta campaña era efectiva el viernes pasado. Con todo lo de la línea de crédito, Rajoy ya no sabe en que día vive. Y prefiere ver la hora al revés, para no reconocer cuál es la verdadera. Si la del rescate o la de la línea de crédito.