Violencia de género: ¿qué entiende por urgencia el PP?

Violencia de género: ¿qué entiende por urgencia el PP?

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Ni tiempo ha dado a finalizar el primer mes del año. Un nuevo asesinato por violencia de género se suma a una lista interminable. A finales de 2017 las estadísticas reflejaban 47. Desde 2003 un total de 918 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas. Otros tantos futuros truncados. Huérfanos y huérfanas marcados de por vida. Futuros como el de Jénnifer que denunció el pasado 8 de enero agresiones verbales y once días después era acuchillada por su marido en una localidad de Tenerife.

¿A qué espera el Gobierno del PP en un asunto de estado que exige recursos y voluntad política de manera inmediata?

Agotado el momento de las condenas y de las condolencias al uso ¿qué queda? Después del consenso alcanzado en julio del año pasado sobre la necesidad de un Pacto de Estado contra la violencia machista ¿dónde ha quedado la urgencia que lo motivó? ¿A qué espera el Gobierno del PP en un asunto de estado que exige recursos y voluntad política de manera inmediata?

En el mes de noviembre, es decir cuatro meses después del acuerdo, el grupo socialista, en una sesión de control, recordaba al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que de las 200 medidas incluidas no se había puesto en marcha ninguna. Las excusas y los lugares comunes esgrimidos entonces por el presidente ("aún queda por hacer", llegó a reconocer) son incompatibles con una lacra social que se cobra un número de víctimas que, en cualquier otro supuesto, merecería medidas extraordinarias y urgentes. Ni siquiera ese acuerdo de mínimos se ha puesto en marcha. Es más, en el mejor de los casos, solo el 12% de las medidas se activarán en este año. 26 de las 217 anunciadas. Menos es nada, pero más es convencerse de una vez de que la lucha contra la violencia de género es una prioridad absoluta.

El Pacto Valenciano contra la Violencia de Género equipara las ayudas económicas a las mujeres víctimas de maltrato machista con las de las víctimas por actos terroristas.

Hace mucho tiempo que las palabras no alcanzan. Esa dedicatoria del acuerdo por parte de la ministra de Sanidad a las víctimas en la última Conferencia Sectorial de Igualdad no pasa de un entrecomillado en un medio de comunicación. Y ya no hay lenguaje que esconda la necesidad de actuar. Así lo ha hecho, dentro de su ámbito de competencias, el gobierno del cambio de la Comunitat Valenciana. El 18 de septiembre del año pasado se suscribía el Pacto Valenciano contra la Violencia de Género que, por ejemplo, equipara las ayudas económicas a las mujeres víctimas de maltrato machista con las de las víctimas por actos terroristas. Hechos frente a palabras.

Y hechos son los índices de cribado de violencia de género en atención primaria que se han incrementado durante 2017. Así, la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública registró un total de 2.423 casos positivos de violencia de género sobre un total de 93.959 mujeres que realizaron el cribado, un 14% más que en el ejercicio anterior. Cuando se actúa, los resultados llegan. Cuando la voluntad política prevalece sobre la voluntad de aparentar que se resuelven los problemas con una foto, se dignifica la acción de gobierno entendida como lo que debe ser. Es decir, tomar las decisiones necesarias para solucionar los problemas de la sociedad y mejorarla. No hay ningún asunto más importante para demostrarlo que evitar los asesinatos de mujeres por el hecho de serlo.

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