El verdadero significado de 'estar al cargo'

El verdadero significado de 'estar al cargo'

Getty Images/Caiaimage

Una húmeda tarde el verano pasado, una agencia de relaciones públicas mediana de la ciudad de Nueva York organizó un evento para graduados recientes, con el fin de atraer, conocer y contratar posibles becarios.

Presentaba una de las ejecutivas de más alto nivel de la agencia, una mujer de entre 45 y 50 años. Iba a iniciar el pase de diapositivas cuando presionó un botón que hizo que la pantalla se apagara. Se puso nerviosa mientras intentaba arreglarlo. Al ver que no lo conseguía, terminó pasándole el mando a distancia a una de sus colegas más jóvenes, mientras decía: "Esto demuestra que no soy yo quien puede estar al cargo".

Percibí la frase como un síntoma del "síndrome del impostor", pero también como un recurso típico al que acuden muchas mujeres cuando cometen un error –incluso uno tan insignificante como éste–.

No justifiques tus errores

A veces nos sentimos impulsados a justificar nuestros errores –"Le di al botón equivocado porque no soy yo quien puede estar al cargo"–.

Justificar un error te permite renunciar a tu responsabilidad. Como se suele decir, "La culpa la tiene el empedrado". Pero si no asumes tu errores, ¿serás capaz de asumir tus éxitos?

¿O es que también vas a justificar tus éxitos?

No te flageles

Las mujeres tienden a flagelarse cuando cometen errores. Este comportamiento demuestra dos cosas: primero, que dan por hecho que hay alguien que las está juzgando (y probablemente validando) –una figura de autoridad–, y segundo, que les da miedo que se las juzgue de manera negativa.

Lo primero implica que la mujer que se auto-flagela no está al cargo de su propio desempeño, sus logros, ni sus errores, porque piensa que alguien tiene que darle el visto bueno. Por lo tanto, esta mujer nunca será percibida como líder, puesto que necesita que alguien de más alto nivel la ratifique o niegue.

Lo segundo implica que solo podrá inspirar confianza al nivel más básico, el de Habilidad –el nivel "Yo Puedo", que nos hace confiar en un trabajado para que desempeñe tareas, pero no para que lidere–.

Asúmelo

Cuando alguien que tiene un sentido intrínseco de poder personal comete un error, lo asume y sigue adelante. Si es necesario pedir disculpas, las pide y sigue adelante.

¿Por qué seguir adelante es tan importante? Porque ser líder requiere ser visionario, es decir, mirar hacia el futuro.

Cuando una persona visionaria comete un error (y, créeme, los comete), busca formas de solucionarlo y aprende qué es lo que no debe hacer de ahora en adelante –palabra clave: adelante–.

Justificar un error o auto-flagelarse significa que nos situamos en el pasado. El perfeccionismo significa que no miramos hacia adelante ('perfecto' tienen que ver con la palabra latina que significa 'acabado', y las cosas que están acabadas pertenecen al pasado).

Qué impresión tan diferente habría producido esa profesional de las relaciones públicas si, aquella tarde de verano, hubiera dicho: "He pulsado el botón equivocado", y le hubiera pasado el mando a distancia a otra persona de su equipo, diciendo: "¿Te puedes encargar tú de las diapositivas, por favor?"

Habríamos visto a una profesional que puede estar al cargo –de la agencia, de sus clientes, sus equipos, y becarios–.

En otras palabras, habríamos visto a un líder.