Para mí también fue el primer día

Para mí también fue el primer día

El miércoles tomé posesión como diputado en el Congreso de los Diputados. Para mí fue el primer día, igual que para muchos otros de todos los grupos parlamentarios, aunque después de ver los gestos, muy medidos, parecía que solo estrenaban escaño en uno de los grupos parlamentarios de la Cámara.

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Foto: EFE

El miércoles tomé posesión como diputado en el Congreso de los Diputados. Para mí fue el primer día, igual que para muchos otros de todos los grupos parlamentarios, aunque después de ver los gestos, muy medidos, parecía que solo estrenaban escaño en uno de los grupos parlamentarios de la Cámara. Era un día importante para España y los españoles, y creo que por ello era bueno que los diputados, de forma individual, pasáramos desapercibidos. El miércoles, lo importante era la Cámara en su conjunto, todos los diputados en su conjunto, que representan a todos los españoles de las distintas ideologías y de las distintas formas de sentirse español, como bien dijo el nuevo presidente del Congreso, Patxi López, cuyo discurso, por cierto, a mí me pareció brillante, si tenemos en cuenta el contexto en el que estamos viviendo, y cuya emotividad consiguió levantar aplausos individuales también en grupos ajenos al socialista.

Para los que éramos nuevos, era un día para observar, para recordar que por esa casa han pasado algunas de las figuras más importantes de este país, teniendo muy presente que cuando se ocupa uno de esos escaños, los importantes no somos nosotros, sino los millones de ciudadanos a los que representamos. Cuando olvidamos eso, se pierde la perspectiva y la política deja de ser útil a la ciudadanía.

Hice mi promesa utilizando la fórmula habitual, sin llamar la atención, porque creo que era el día de la Cámara en su conjunto y no de las individualidades, la hice pensando en mis padres, que ya no están, un maestro y un ama de casa, gente normal como los miles de cacereños que votaron la lista del PSOE y a los que busco representar dignamente, sin estridencias y sin llamar la atención, donde lo importante no seamos los diputados, sino los problemas ciudadanos que consigamos solucionar a través de las iniciativas parlamentarias.

Es muy cierto que el Congreso de los Diputados necesita una actualización en sus formas y en sus dinámicas, y ello depende de la actitud de los que formamos parte de esa institución, y en esto no hay distinción entre los que pertenecen a partidos nuevos o los que pertenecemos a partidos con muchos años de historia. Sin ir más lejos, ahora se cumplen tres años de la publicación de mi libro #DemocraciaHacker: el poder de los ciudadanos, donde, entre otras cosas, se habla del replanteamiento del Congreso. Ya por entonces, incluso antes, éramos muchos los que defendíamos nuevas formas en la política, y lo podíamos hacer en partidos históricos sin necesidad de pertenecer a nuevos partidos.

Si tengo que resaltar algo de la sesión constitutiva del día 13 es la sensación de que Rajoy estaba fuera de lugar. Es un tiempo nuevo en la política, con actores nuevos y con actitudes nuevas. España ha cambiado y ha pedido cambio, y creo, desde mi humilde opinión, que ese cambio lo puede liderar fabulosamente Pedro Sánchez, pudiendo entenderse a izquierda y derecha, con Podemos y Ciudadanos, desde la moderación, desde la experiencia de pertenecer a un partido centenario y con nuevas actitudes que necesita este nuevo tiempo político.

También me quedo con los memes sobre Errejón, son buenísimos, demostrando que este país está lleno de gente creativa y con mucho talento a los que no se les está dando la oportunidad de desarrollarse. Aunque supongo que al diputado de Podemos no le hará mucha gracia que siempre se hable de él en los mismos términos, y más cuando creo que tiene una gran valía y se debería hablar de él también por ello.

Nadie duda de que esta legislatura va a ser distinta. Lo que todavía no sabemos es si va a ser mejor o peor. Eso depende de muchos factores y muchos actores. Lo que yo espero es que no se cumpla un tuit fantástico que leí en las redes: "La vieja política tenía asesores. La nueva política tiene guionistas".