Siete claves políticas de la Semana Santa

Siete claves políticas de la Semana Santa

No sabemos si esta Semana Santa nos traerá alguna sorpresa en el proceso de negociación política de cara a la formación de Gobierno. Pero, de momento, les propongo una cuantas curiosidades de Semana Santa nos pueden ayudar a sopesar nuestra realidad política y mirarla con más hondura.

Arranca ya la Semana Santa, ocasión que nos ofrece algunas claves para interpretar la vida política actual. No me refiero a cuestiones como el famoso Acuerdo de Viernes Santo de Irlanda del Norte en 1998 o a la legalización del Partido Comunista de España (PCE) acaecida también un Viernes Santo, en 1977. Simplemente quiero emplear siete imágenes típicas de Semana Santa para, a partir de ellas, ilustrar e interpretar otras tantas cuestiones políticas del momento.

1) Las TORRIJAS son uno de los elementos gastronómicos más conocidos de esta época del año, solo comparables en popularidad al potaje de vigilia. Las torrijas son dulces y jugosas. De manera sencilla se consigue un plato agradable a partir de pan duro; es una forma magistral de reciclar lo ya conocido, lo pasado, lo que íbamos a tirar. En estos tiempos en que la ciudadanía desea un cambio real y quiere desterrar la corrupción, ¿será la nueva política simplemente como una torrija, que recicla lo anterior y le da un nuevo aspecto, pero en realidad no ofrece nada sustancioso? ¿O será consistente como un buen potaje de vigilia?

2) Quizá no tan conocidos, pero muy populares en Cataluña y en Europa central, son los HUEVOS DE PASCUA. Pueden verse como un símbolo primaveral de la vida que renace y como una expresión pascual de la vida que resucita. Aquí sí estamos ante una verdadera renovación, ante un cambio profundo que trae nuevas realidades. No es solo que el huevo esté recubierto de chocolate o decorado con pinturas superficiales, sino que dentro trae nueva vida. ¿Nueva política en el cascarón de la vieja?

  5c8b3b1a22000033001a975f

Foto: niña refugiada en Idomeni (Grecia). Yannis Beharis /Reuters

3) Supongo que pocos lectores sabrán lo que es una MATRACA. Como mucho, algunos recordarán la expresión "dar la matraca" o la canción de Estopa. Se trata de un sencillo instrumento musical de madera, también llamado "carraca", que emite un sonido repetitivo y no demasiado agradable. El nombre viene del árabe "mitraqa", que significa martillo, y de "táraq", que significa golpear. Se empleaba en los pueblos para ambientar los días de Pasión. La matraca en política puede significar el hastío de quien ve que siempre están diciendo "más de lo mismo", pero también puede ser entendida como el golpe continuado que el grito de los refugiados lanza a Europa. Dan la matraca, pero no hacemos caso.

4) En un sentido semejante, podemos recordar las SAETAS. Un canto profundo y desgarrado que se ofrece como oración dolorida a Jesucristo o su Madre, la Virgen María. Sobre todo en Andalucía, la saeta es una canción que brota de lo más íntimo, con hondas resonancias humanas y religiosas. Por ejemplo, algunos autores señalan que los gritos del "Guernica" de Picasso son evocaciones de las saetas de la Semana Santa malagueña. Hoy en día podemos recordar, por ejemplo, la impresionante obra "Guernica en el Egeo", del artista búlgaro Jovcho Savov.

5) Tenemos también los NAZARENOS con sus vestimentas y, concretamente, con sus CAPIROTES. Cualquiera que haya tenido que enseñar la Semana Santa española a un amigo extranjero, sobre todo si es de Estados Unidos, habrá sudado tinta china para explicar que aquello no tiene nada que ver con el Klu Klux Klan. Claro que, el día que tengamos que explicar a algún visitante de otro país o de otra época qué hemos hecho los países europeos ante la crisis de refugiados (¡ay, el vergonzoso acuerdo UE-Turquía firmado el viernes 18 de marzo, Viernes de Dolores!), también sudaremos tinta china o se nos caerá la cara de vergüenza intentando explicar que no tenía que ver con el egoísmo, la comodidad, el racismo o la hipocresía.

  5c8b3b1a360000e01c6cc4c7

Foto: Salas/EFE

6) Las PROCESIONES siguen siendo, en conjunto, la principal expresión visible de la religiosidad popular en la Semana Santa hispana. Casi parece que la versión secular-vacacional (es decir, la Operación Salida y sus atascos) mueve a más personas, pero en realidad vemos cómo en las procesiones se moviliza la devoción de muchas personas. Algunos dicen que la historia de España se puede contar como un grupo de gente yendo detrás de un cura, sea con un cirio en procesión, sea con una antorcha para meterle fuego. El caso de Rita Maestre es uno de sus últimos episodios. Haríamos muy bien en superar una historia de clericalismo y anti-clericalismo que corresponde más al siglo XIX que a nuestra compleja y pluralista sociedad actual.

7) Un último detalle que quiero recordar es la costumbre de los INDULTOS. Siguiendo una tradición centenaria, también este año el gobierno español ha concedido trece indultos solicitados por varias cofradías de Semana Santa. Es cierto que, en cada caso, hay informes jurídicos exhaustivos y que se trata de una decisión gubernamental, no cofrade. Por otro lado, conviene recordar que el Gobierno concedió 75 indultos el año pasado, para un total de más de 10.000 indultos en el periodo 1996-2015. En todo caso, esta realidad remite a la necesaria relación entre la justicia y la misericordia, que tanto ha subrayado el papa Francisco en este Año de la Misericordia. La detención del terrorista yihadista Salah Abdeslam puede poner sobre el tapete ansias de venganza, pero debemos actuar desde la justicia y la racionalidad.

Termino ya. No sabemos si esta Semana Santa nos traerá alguna sorpresa en el proceso de negociación política de cara a la formación de Gobierno. Pero, de momento, estas curiosidades de Semana Santa nos pueden ayudar a sopesar nuestra realidad política y mirarla con más hondura.