Este acuerdo del Brexit es una capitulación que llevará al Partido Conservador británico a la derrota

Este acuerdo del Brexit es una capitulación que llevará al Partido Conservador británico a la derrota

Henry Nicholls / Reuters

Este miércoles, la primera ministra presentó en el Parlamento británico el resultado de dieciocho meses de negociaciones con la Unión Europea (UE). No fue ninguna sorpresa que no tuviera muy buena acogida en la Cámara de los Comunes.

El acuerdo de retirada propuesto es una capitulación, francamente. El pueblo británico votó en 2016 de manera abrumadora para recuperar el control de sus fronteras, sus leyes y su dinero. Este acuerdo no cumple con esas premisas.

Este acuerdo de retirada implica que el Reino Unido en realidad no abandonará la UE en marzo. En la práctica, el Reino Unido seguirá permaneciendo a la unión aduanera tanto tiempo como la UE decida mantenernos dentro, lo que contrasta con el compromiso alcanzado en el manifiesto electoral conservador de 2017. El Tribunal Europeo de Justicia seguirá teniendo el control de nuestras leyes y Sabine Weyand, asistente jefa de Michel Barnier (jefe negociador de la UE) lo ha resumido muy bien: "Deben ajustar sus normas, pero la UE seguirá manteniendo todo el control". Intuyo que es este el motivo por el que Dominic Raab dimitió como exministro del Brexit. Básicamente porque esto se pasa de castaño oscuro.

Estamos maniatados en el acuerdo de seguridad y estamos maniatados con los vínculos con las instituciones de la Unión Europea. Este acuerdo, en la práctica, nos mantiene bajo el mando del Tribunal Europeo de Justicia.

No cumpliremos ninguna de las exigencias del referéndum ni nuestras promesas electorales.

No solo lo opino yo. Carl Baudenbacher, expresidente del Tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio y supervisor del Acuerdo EEE (Espacio Económico Europeo), ha criticado la decisión del Reino Unido de aceptar semejante nivel de control por parte del Tribunal Europeo de Justicia.

Dijo: "Este no es un verdadero tribunal de arbitraje. El Tribunal Europeo de Justicia lo decide todo. Esto se ha tomado del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea. Es absolutamente increíble que un país como el Reino Unido, que fue el primer país en aceptar tribunales independientes, se someta ahora a esto".

Tendremos que pagar 39.000 millones de libras (unos 44.000 millones de euros) a la UE como "factura de divorcio" a cambio de prácticamente nada. Y eso que la UE nos ha atado con el acuerdo de seguridad, con las normativas laborales, con las leyes de competencia y con las ayudas públicas. ¿Quién sabe qué más nos exigirán? El plan de Chequers ofreció de forma voluntaria que nuestras empresas se sometieran a las normas de la UE; la redacción del plan hace esperar que estas exigencias llegarán muy pronto. Por tanto, no cumpliremos ninguna de las exigencias del referéndum ni nuestras promesas electorales.

El Gobierno ha iniciado un camino, en colusión con la UE, para engañar a los británicos.

Por eso no es ninguna sorpresa que se hayan producido reacciones de indignación entre los diputados, entre los miembros del Partido Conservador y entre el pueblo británico. En vez de asumir estas preocupaciones y reiniciar las negociaciones para alcanzar un acuerdo de libre comercio como el de Canadá que prácticamente todo el mundo desea en el Reino Unido, el Gobierno ha iniciado un camino, en colusión con la UE, para engañar a los británicos.

Todo lo que desea la UE ha quedado escrito en el acuerdo de retirada, que es legalmente ejecutable y tiene la misma validez que un tratado internacional. Ahora nos están dando las migajas en una declaración política que no es vinculante para nadie.

No engañan a nadie. Todo el mundo sabe que esa declaración política no tiene ninguna validez legal, frente a las obligaciones de un tratado internacional. Es una simple declaración política susceptible de ser modificada. Ha costado 39.000 millones de libras del dinero público y el Gobierno del Reino Unido ha fracasado a la hora de exigir a cambio una remuneración progresiva con vistas a avanzar en las negociaciones comerciales. ¿Por qué no hicimos que esos 39.000 millones de libras estuvieran condicionados a alcanzar un acuerdo así?

Todo lo que desea la UE ha quedado escrito en el acuerdo de retirada, que es legalmente ejecutable, y nos están dando las migajas en una declaración política que no es vinculante para nadie.

En vez de eso, hemos dilapidado las oportunidades que tenía nuestra futura economía, nos hemos lastrado a nosotros mismos a la hora de reducir barreras comerciales para ayudar a los países más pobres y nos hemos maniatado a la hora de establecer nuevos acuerdos comerciales con Estados Unidos y con el resto de mercados emergentes de todo el mundo. ¿Cómo vamos a hacer exportaciones, crecer comercialmente, mejorar el empleo, prosperar y alcanzar una mejor normativa que necesita nuestro país como motor de crecimiento?

Esta declaración no encaja con las promesas de un marco ambicioso e integral que garantizó la primera ministra en numerosos discursos. Podríamos y deberíamos haber incluido un borrador de acuerdo de comercio y un compromiso legal en la declaración política.

Esto significa que la UE se ha garantizado casi todos sus objetivos estratégicos en el acuerdo de retirada, que tiene validez legal, mientras que los objetivos fundamentales del Reino Unido solo aparecen recogidos en una declaración política sin validez legal. Es más, la declaración también recoge que el Reino Unido establecerá un nuevo acuerdo pesquero sobre el acceso a las aguas y al cupo asignado.

En palabras simples: tenemos que ceder el control de nuestras propias aguas si no queremos echar por tierra toda esperanza de alcanzar un acuerdo de comercio.

Por todo esto critiqué las negociaciones desde el comienzo tras la invocación del Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. Nos ha llevado la delantera la UE desde el primer momento y de forma demasiado predecible.

Los británicos están cansados de estar sometidos a la UE y de estas negociaciones unilaterales. Los británicos esperan de nosotros que ofrezcamos un futuro ambicioso y creativo a nuestro país, libre de las restricciones innecesarias de la UE.

Si se permite que esta declaración sea definitiva y se apruebe el acuerdo de retirada, no nos perdonarán fácilmente y estaremos inevitablemente abocados a la derrota electoral en las próximas elecciones generales.

Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.