Trucos simples para aliviar un resfriado de forma natural

Trucos simples para aliviar un resfriado de forma natural

Como profesional del deporte y apasionado de la nutrición, me encuentro a menudo con clientes afectados por el catarro. Al hablar con ellos, siempre me sorprende su reacción cuando cogen un resfriado. Desde los primeros síntomas, se precipitan a la consulta de su médico y a la farmacia más cercana para atiborrarse a medicamentos.

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La llegada del frío ya está aquí, lo cual también es motivo de la aparición de virus y malestar. El constipado es uno de los casos más frecuentes, y en él se reagrupan enfermedades como la rinofaringitis o la bronquitis. Aunque a menudo son benignas, se traducen por síntomas bien conocidos (pero no por ello menos incómodos).

Los síntomas habituales del catarro son:

  • Mocos
  • Tos
  • Estornudos
  • Congestión de las vías nasales
  • Fiebre

Cuando sabemos lo desagradable que puede llegar a ser es cuando pensamos lo bien que nos vendría conocer los medios para una cura rápida y natural.

Como profesional del deporte y apasionado de la nutrición, me encuentro a menudo con clientes afectados por el catarro. Al hablar con ellos, siempre me sorprende su reacción cuando cogen un resfriado. Desde los primeros síntomas, se precipitan a la consulta de su médico y a la farmacia más cercana para atiborrarse a medicamentos.

Pese a que la mayoría demuestre su eficacia, algunos fármacos son totalmente ineficaces (o incluso malos para la salud).

Una de mis clientas, que trabaja en el sector médico, me confesó un día que prefería utilizar métodos más naturales para las enfermedades no graves, como el constipado. Me contó que prefiere utilizar la homeopatía con este tipo de males, siempre y cuando no sea una enfermedad importante, en cuyo caso es indispensable acudir a la consulta de un médico.

Como la naturaleza es sabia, proporciona algunos remedios útiles para tratar el catarro. Por ejemplo:

Un antibiótico natural: el ajo

Aunque no sea lo mejor para el aliento, el ajo tiene muchas virtudes antibacterianas. Ya en el antiguo Egipto se utilizaba para el tratamiento de una veintena de enfermedad. Y es que contiene alicina, uno de los antibióticos naturales más potentes que se conocen.

Para potenciar los efectos de la alicina, el ajo debe ser fresco y al cocinarlo debe consumirse en el momento. Recomiendo dos soluciones simples:

1. Sopa con ajo fresco

Coge una patata, una cebolla y algunas hortalizas verdes, y añade entre 5 y 7 cabezas de ajo cortadas en láminas. Echa todo a una cacerola de agua hirviendo y mezcla una vez que las verduras estén tiernas. Salpimenta y la sopa estará lista (y deliciosa).

2. Ajo fresco consumido crudo

Si sois de los duros, es posible maximizar los efectos del ajo consumiéndolo directamente triturado. Aunque, claro está, es mejor acompañarlo de una ensalada. También en los bocadillos se puede añadir ajo cortado en trocitos, lo cual contribuirá a reforzar el organismo y el sistema inmune.

Infusión de tomillo para calmar la tos

Esta planta de origen mediterráneo ya se usaba en la Antigüedad por sus virtudes purificantes. El tomillo es un antiséptico natural que, además, tiene un aroma muy bueno.

Gracias a esta propiedad, esta planta reduce la inflamación de las vías respiratorias y calma la tos seca. Para aprovechar sus beneficios, se puede consumir de dos maneras:

Como tisana: deja infusionar una cucharilla de tomillo en una taza de agua hirviendo tapada durante 8 o 10 minutos. Fíltrala antes de tomártela. Para mejorar el efecto, añade una cucharada de miel. No hay que subestimar este remedio de abuela.

Inhalando aceite esencial de tomillo: como todo aceite esencial, concentra las virtudes de las plantas. Es bueno para descongestionar las vías nasales.

Cebolla para la congestión

El método puede parecer insólito, pero basta simplemente con cortar una cebolla en dos y ponérsela debajo de la nariz. Inspira durante varios minutos y notarás que la nariz se desatasca.

Mi abuela aconsejaba dejar una cebolla cortada en dos sobre la mesita de noche. Decía que eso ayudaba a respirar mejor durante el sueño... aunque el olor sea de lo más peculiar.

La miel alivia el dolor de garganta

Por sus propiedades antisépticas, la miel se emplea incluso en algunos hospitales como cataplasma. Esto se debe a que la miel contiene glucosa oxidasa, una enzima que producen las abejas de forma natural.

En una taza de agua caliente o hirviendo, mezcla tres cucharaditas de miel con un limón exprimido. Esta solución permite calmar la tos más irritante.

El propóleos: un antibacteriano natural

Otro producto que proviene de la colmena: el propóleos. Esta sustancia resinosa se crea para proteger a la colmena contra los numerosos ataques bacterianos.

Para potenciar sus efectos antiinfecciosos, yo la prefiero en extracto líquido. En una tisana, bastan un par de gotas para aprovechar sus beneficios.

Inhalación de eucalipto

Existen numerosas preparaciones a base de eucalipto debido a sus muchas virtudes medicinales, y no es raro encontrar medicamentos que lo contengan. Es antivírico, antiinflamatorio y antiinfeccioso. También puede llegar a bajar la fiebre.

Esta planta debe sus beneficios al cineol, uno de sus componentes naturales. Basta con echar tres gotas de aceite esencial de eucalipto en un bol de agua caliente o en un inhalador y respirar los vapores durante varios minutos. Repite la operación al menos tres veces al día.

Conclusión

Estas soluciones, ecológicas y responsables, son sanas y pueden servir cuando estamos enfermos. Sin embargo, en caso de que los síntomas persistan, se recomienda encarecidamente consultar con un médico.

Este post fue publicado originalmente en la edición francesa de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano