Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
China despliega un mar fotovoltaico que mide la mitad que España y capaz de alimentar a toda la población de Murcia

China despliega un mar fotovoltaico que mide la mitad que España y capaz de alimentar a toda la población de Murcia

Un proyecto monumental en el desierto de Kubuqi genera electricidad mientras transforma el paisaje y protege el medio ambiente.

Vista aérea de la central fotovoltaica con forma de "caballo" más grande del mundoCFOTO / Future Publishing

En el desierto de Kubuqi, en Mongolia Interior, China avanza en la construcción de lo que promete ser la mayor instalación de energía solar del mundo. Este "mar fotovoltaico", con una longitud de 400 kilómetros por 5 de ancho, ya tiene la capacidad de generar 5,4 gigavatios y, cuando esté completado en 2030, podrá alimentar a una población similar a la que vive en Murcia, consolidando al país como líder en energías renovables.

Las imágenes captadas por los satélites Landsat 8 y 9 de la NASA demuestran cómo el desierto de Kubuqi se ido transformado hasta albergar más de tres millones de paneles solares, entre los que llama la atención la gigantesca silueta de un caballo a galope hecha a partir de paneles, un guiño a la cultura mongola que ha obtenido un récord Guinness. 

El proyecto chino, que está instalado al sur del río Amarillo, entre las ciudades de Baotou y Bayannur, suministrando electricidad a cerca de 400.000 hogares en la actualidad, no solo beneficiará a todas las comunidades locales, sino que podría llegar a abastecer a una ciudad del tamaño de Pekín, con casi 22 millones de habitantes, así como a otros grandes enclaves del centro-norte de China, donde llegaría la energía con el corredor de Gansu. 

Los paneles están instalados al sur del río Amarillo, entre Baotou y Bayannur, un enclave que también contribuye a la protección del entorno al estabilizar las arenas y prevenir la desertificación de las zonas agrícolas vecinas.

La ubicación de la mayor instalación de energía solar del mundo tampoco es casual. Este proyecto no solo genera energía, sino que además transforma el desierto en un espacio más habitable. Los paneles solares contribuyen a la protección del entorno al estabilizar la arena y prevenir la desertificación de las zonas agrícolas vecinas. Además, favorecen que en las dunas se desarrollen las condiciones para el crecimiento de vegetación resistente y transformando el "mar de la muerte", como lo describía Marco Polo.

La integración de elementos culturales, como la figura del caballo construida con paneles solares, refuerza el vínculo del proyecto con la tradición mongola, lo que lo convierte en un ejemplo de cómo se puede combinar innovación con el respeto por el patrimonio o el medio ambiente para hacer frente a los retos energéticos que plantea el futuro.