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Jugada maestra para expulsar a Polonia del juego con Talgo

Jugada maestra para expulsar a Polonia del juego con Talgo

Un consorcio presenta una oferta por hacerse con el 29,9% del fabricante ferroviario vasco, lo que blindaría el control nacional, dejando fuera a Pesa y Magyar Vagon.

Fachada de la planta de Talgo en Álava, País Vasco.Iñaki Berasaluce VIA EUROPA PRESS

El 14 de febrero, Día de San Valentín, se cumple el plazo fijado por el fondo Trilantic -que quiere deshacerse del 29,77% del capital de Talgo que controla, después de 19 años en la empresa ferroviaria vasca- para recibir todas las ofertas posibles para la adquisición de su paquete accionarial, para el que toma como referencia el precio de 5 euros por acción que llegaron a ofrecer los húngaros de Magyar Vagon, la opa que vetó el Gobierno.

Hasta el momento, las ofertas que ha recibido Trilantic por Talgo se centran en las que se han presentado, por un lado, el grupo industrial vasco Sidenor, que está acompañado por BBK, Vital y el Gobierno vasco, y por otro lado, la presentada por el Fondo Polaco de Desarrollo (PFR, en sus siglas en inglés). A estos dos podría unirse la india Jupiter Wagons.

El 5 de febrero, el grupo Sidenor -respaldado por BBK, Vital y el Gobierno vasco, a través de Finkatuz, fondo público de inversión del Instituto Vasco de Finanzas- presentaba una oferta por adquirir la participación del 29,9% que Trilantic tiene en Talgo. En principio, el pago por la transacción se cerraría por 177 millones, es decir, con un precio final por cada acción de 4,80 euros. Aunque la oferta no alcanza los 5 euros por acción que ofreció en su día la húngara Magyar Vagon, el movimiento del grupo empresarial vasco le permite cumplir con el deseo del Gobierno español, especialmente del ministro de Transportes, Óscar Puente, quien ha estado muy encima de la operación, porque quiere garantizar la españolidad de la compañía y apuesta por cerrar en un primer momento esta entrada.

La implicación del Ejecutivo vasco quiere garantizar el futuro de una compañía con una fuerte implicación en el territorio, ya que tiene su planta más importante en el municipio alavés de Rivabellosa, con 700 trabajadores. La otra está en Las Matas, en Madrid, con 500 empleados. De ahí la participación del fondo público vasco, Finkatuz, que tiene participaciones en otras compañías con sede en el País Vasco, como ITP Aero, CAF y Kaiku; además de las fundaciones de las antiguas cajas vascas.

Por su parte, el PFR polaco aspira a hacerse con el 100 % de Talgo aunque dice que está abierto a cooperar con un potencial "coinversor español minoritario", pero no ha revelado todos los detalles de su oferta. El fondo polaco reseñaba en un comunicado publicado el sábado, que su potencial OPA sobre la compañía vasca se inscribe dentro del marco del proceso de venta organizado por Pegaso Transportation International, la sociedad que mantiene un control del 40,2% del accionariado y está compuesta por un pacto entre los accionistas de Trilantic con la familia Abelló y algunos miembros de los Oriol.

Los polacos destacan la potencial combinación de las carteras complementarias y la exitosa trayectoria de Talgo y Pesa, que crearía un campeón europeo con una amplia gama de productos y experiencia en la mayoría de los mercados de la UE. Pesa está especializada en locomotoras, tranvías y vehículos regionales e interregionales, mientras que Talgo es líder en diseño, fabricación y mantenimiento de trenes de alta velocidad, con una tecnología única en el mundo, como es el ancho variable.

Entre sus objetivos, PFR apoyaría el crecimiento de Talgo y aumentaría su escala del negocio y producción, manteniendo la capacidad industrial y carga de trabajo actual de las fábricas españolas. Además, añade, ayudaría a la empresa ferroviaria vasca a extender su negocio hacia Europa Central y Oriental, donde se esperan importantes inversiones en la alta velocidad, especialmente en Polonia.

El viernes, fue el fabricante indio Jupiter Wagons, un fabricante privado de vagones de mercancías y de pasajeros, material para la alta velocidad además de piezas fundidas para ferrocarriles, entre otros productos, con clientes en la India y América del Norte, el que confirmó desde Nueva Delhi que prepara una oferta por Talgo aunque sin concretar ni cuánto está dispuesto a pagar ni qué parte del capital quiere comprar.

Según la propia compañía, en el último ejercicio, cerrado el 31 de marzo de 2024, recibió pedidos de 2.150 vagones de mercancías, otros 700 vagones militares para el Ministerio de Defensa de su país y 4.000 vagones más para el Ministerio de Ferrocarriles. La sociedad, que opera desde 1979 con sede en Calcuta, asegura tener una capacidad de producción de 8.000 vagones al año, que planea aumentarla en otros 1.000.

Un futuro incierto pese al control español

Los analistas no terminan de ver a Sidenor como la solución perfecta para Talgo. Según la web Merca2, el banco de inversión Renta 4 ha expresado sus dudas por la capacidad que tiene el consorcio para resolver los problemas de producción de la ferroviaria, que pasa por la entrega de los pedidos atrasados y la necesidad de cerrar nuevos contratos para garantizar la viabilidad a largo plazo. Mientras, Bankinter, sigue recomendando que se vendan las acciones de la compañía vasca. 

Sin embargo, la pelea por el control de Talgo parece gustarle a los mercados, donde este lunes las acciones del fabricante vasco se disparaban cerca de un 8% en bolsa después de que el fondo estatal polaco PFR confirmase a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su interés por presentar una oferta por la compañía española, si así lo autorizan sus órganos de gobierno. En concreto, los títulos del fabricante de trenes con fábricas en Álava y Madrid han cerrado la sesión bursátil de este lunes a un precio de 4,21 euros por acción, una revalorización del 7,67% respecto al cierre del viernes.

Talgo arrastra desde hace años dificultades para cumplir con los plazos de sus pedidos, un problema que ha lastrado su reputación y rentabilidad. Aunque la empresa tiene trabajo asegurado para los próximos años, su necesidad de captar nuevos contratos choca con su incapacidad para gestionar los actuales. Este escenario ha llevado a buscar un comprador, pero siempre con la condición de que sea español.

A pesar de que Polonia y Hungría han quedado fuera de la carrera por el control total de Talgo, no desaparecen del tablero. La empresa ha firmado recientemente acuerdos de colaboración industrial con Pesa y Magyar Vagon, lo que sugiere que, aunque no vayan a ser las dueñas, podrían seguir siendo unas aliadas clave en el futuro de la compañía.

La estrategia del consorcio vasco deja la puerta abierta a la entrada de otros accionistas. No sería raro que, después de asegurar el control nacional, se busque un socio adicional que ayude a reforzar la estabilidad financiera de Talgo, garantizando su viabilidad a largo plazo, además de ayude a resolver los problemas estructurales. Mientras, el pago de las sanciones de Renfe por los retrasos en la entrega de los trenes Avril y la urgencia de que se cierren nuevos contratos, seguirán marcando el futuro del fabricante. De momento, la jugada de Sidenor ha sido maestra, pero el partido por Talgo aún no ha terminado.