¡Qué cucada!

¡Qué cucada!

Nos invade un ejército de mujeres blandiendo el estandarte de lo "mono". Cientos de páginas webs y blogs confeccionados en colores lavados y con una dulce caligrafía venden productos y ofrecen talleres para ingresar dentro del universo de lo cute.

Nos invade un ejército de mujeres blandiendo el estandarte de lo "mono". Cientos de páginas webs y blogs confeccionados en colores lavados y con una dulce caligrafía venden productos y ofrecen talleres para ingresar dentro del universo de lo cute.

Gran parte de las chicas jóvenes padece una imparable fiebre por las frases bonitas. Los muros de Facebook son empapelados con eslóganes de autoayuda, de afirmación o de optimismo escritos con armoniosos caracteres: "Si puedes soñarlo, puedes hacerlo", "Hoy es un buen día para sonreír", "Lo único imposible es aquello que no intentas", "Hoy voy a conseguir todo lo que me proponga", "Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste".

Encontrar en dos líneas una bocanada de confort, de aliento o de fuerza es la ambición de muchas mujeres. Estas simples aseveraciones se estampan en tazas de desayuno, en láminas enmarcadas, en bolsas de papel o de tela a la venta en páginas como Mr. Wonderful Shop o Delipapel (un escaparate de lindas manualidades). Espacios en Internet abanderados de un movimiento creciente basado en la sencillez, la creatividad y la fantasía, es decir, en el perdido mundo infantil que, al parecer, muchas chicas ansían recobrar al entrar en la treintena y, especialmente, en la maternidad.

Quizá el suplemento de responsabilidades adquirido con un niño, y con ello la renuncia a muchas aspiraciones profesionales y vitales, lanza a numerosas chicas a este paraíso de romanticismo e invención. Pero a esa desasosegante sensación de ingreso irrevocable en la madurez se suma al mismo tiempo la inauguración de un territorio de sueño y gozo, de figuración e ilusionismo representado en el hijo pequeño. Y es posible que atraídas por esa puerta filial a una dimensión de ternura y suavidad, una nutrida porción de mujeres se entregue a los proliferantes cursos de "Iniciación al fieltro", de macramé, a talleres para aprender a elaborar guirnaldas o tarjetas "chulas" de invitación a cumpleaños, baby showers o bautizos.

Están en boga las manualidades. Cobra un inmenso valor la originalidad, la manofactura, el ingrediente de cariño otorgado a los objetos confeccionados por una misma como macetas o manteles. Siempre bajo la premisa de crear algo cuco y especial. La exclusividad y ese carácter casi sobrenatural de la unicidad es claramente propio de un paraíso infantil donde muchas mujeres creen que reside la felicidad perdida. Aún confían en refugiarse, en ocasiones a través del medium de sus niños pequeños, en un oasis de ingenuidad y verdad, de armonía y paz que no encuentran en el mundo real manchado por la rutina, las convenciones, las obligaciones y, por qué no, los hombres.

El lenguaje que emplean esas chicas para comunicarse en los blogs o para presentar sus páginas web delatan esa complicidad pueril: "Libreta con superpoderes para que las recetas salgan igual que las de mi madre" reza la portada de un block en venta en Mr. Wonderful. "Ya termina la semana y mi bebé cumple una semana más en mi tripota (....¡¡¡¡Bien!!!! Lo vamos consiguiendo!!!!)", dice el blog de Delipapel, web que vende cajas, sellos y tarjetas en forma de corazón (entre muchas otras monerías) y que recibe de este modo al visitante: "Bienvenidos a nuestro blog, donde encontrarás un poco de todo: manualidades, sorteos, punto, telas, detalles, tutoriales, flores, recetas, decoración,... todo hecho con muchísimo cariño para que con pocas cositas cada día sea un poco más especial... único". El blog Sweet Cotton, que explica cómo hacer diferentes tipos de trenza, dice así en su último post: "El invierno nos ha llegado casi de 'sopetón' este fin de semana. Yo ya he sacado mi súperabrigo calentito preferido, que aquí en el norte el frío es muy frío".

Alma, la chica de 28 años que ha creado el sitio web Objetivo: cupcake perfectos, a parte de confesar que se pasó toda la infancia queriendo ser Ana de las Tejas Verdes y que sus animales preferidos son las ardillas, explica: "Me gustan todas las cosas bonitas y sin funcionalidad aparente como los papeles de colores o con estampados, el washi tape, las cajitas de cartón, las pincitas, los lazos...". El (¿la?) washitape es uno de los objetos de moda dentro de esta "pocho comunidad". Se trata, simplemente, de un celo decorado con infinidad de motivos que estas chicas utilizan, a su vez, para decorar otras cosas que, muchas veces, decoran unas terceras.

En general, treintañeras que utilizan adjetivos infantiles como "súper" y "preferido", un arsenal de diminutivos, algún aumentativo cómplice y una redacción ¿deliberadamente? cándida. Se ha desatado una imparable pasión por los objetos bellos, por el ornamento, por la personalización, por rodearse de un planeta de tonos pastel con los que están pintadas las páginas web de, por ejemplo, Studio Cuatro (tienda de chapas, calendarios o cajitas cursis), The craftcake mama (quien tiene en su sección "Top Venta" botellitas de leche vintage, blonda blanca de 10 cm y bolsita para galletas autoadhesiva) o Wikimums, un espacio virtual que ofrece, entre otras cosas, "planes diferentes y divertidos para hacer con los peques".

Mientras los hombres hemos sido acusados de inmadurez por nuestra incurable adicción adolescente al fútbol, a la cerveza, al porno o a la Play Station; muchas mujeres, sin embargo, tras alcanzar una sólida y admirable madurez están regresando de manera visible a una etapa mucho más primaria. Se zambullen hoy en una infancia de merengue y pompones sin reprobación ni complejos. Nosotros observamos atónitos y silenciosos. Dicen, además, que calladitos estamos más monos.