La paz ucraniana y la decadencia europea

La paz ucraniana y la decadencia europea

Las ambiciones imperiales de Putin seguirán creciendo en una progresión geométrica. Y cualquiera podrá desafiar a Europa, porque no demostró su capacidad de responder a los retos del desvergonzado presidente ruso. Putin le ha hecho un corte de mangas y se ha marchado sonriendo. Y Europa se ha quedado parada a pesar de haberse indignado.

Considerando la cantidad cambios importantes que han ocurrido recientemente tanto en la esfera de las relaciones ucraniano-rusas como en los asuntos interiores de Ucrania, me gustaría hacer algunos comentarios y dar voz a algunas opiniones del pueblo ucraniano. Al menos, de esta parte que apoya la unidad territorial de Ucrania y está en contra de la agresión rusa.

En junio de 2014, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, formuló un plan de paz para el conflicto en el este de Ucrania. El documento estableció un alto el fuego, el desarme, la descentralización de Ucrania y la organización de elecciones locales en las regiones bajo del control de tropas separatistas.

En agosto y septiembre tuvieron lugar un par de encuentros de representantes ucranianos con la Administración rusa en Minsk. Como resultado de estas cumbres, surgieron acuerdos de cooperación entre Ucrania y Rusia en el proceso de solución del conflicto y alto el fuego.

Estas medidas del presidente fueron percibidas con cierto escepticismo por parte de los ucranianos. Sin embargo, se da la paradoja de que Rusia no reconoce su participación en la crisis ucraniana y sigue insistiendo en que es un problema interno del país. No es una guerra. Es un conflicto dentro de las fronteras de Ucrania. A la vez, los separatistas rechazan cualquier clase de acuerdos y no paran de disparar y bombardear las ciudades.

Mientras, Vladimir Putin sigue inventando sus propios planes de paz para resolver una situación problemática. Todos estos incluyen la autonomía de regiones orientales y el fin de las operaciones antiterroristas del Gobierno ucraniano.

La UE, igual que la OTAN con todas sus fuerzas, apoyan el plan de paz de Petro Poroshenko. La escalada en el conflicto es extremadamente desfavorable para los países miembros de estas organizaciones. Es mucho más seguro limitar el conflicto al territorio ucraniano y no permitir que se extienda a escala regional o global. Nadie tiene prisa por comenzar la Tercera Guerra Mundial.

Está completamente claro que Ucrania no puede contar con ayuda de la Unión Europea o de la OTAN, porque ambos tienen sus intereses como la base de política exterior. Nadie va a poner bajo amenaza el bienestar de su pueblo para ayudar al otro.

A la vez, esta situación es como un papel de tornasol - permite revelar las posiciones verdaderas de muchos países del mundo en el sistema global-. La decadencia de Europa es obvia. Aquí me refiero a la Europa unida como la organización superestatal. De momento, los Gobiernos nacionales poseen más poderes que el europeo.

Y la prueba suficiente de esta opinión es ausencia de una voluntad política conjunta como respuesta eficaz al conjunto de acciones beligerantes por parte de la Federación Rusa.

Rusia no está luchando contra Ucrania. Está luchando contra Europa. Y contra los Estados Unidos también. Está luchando por su potencia geopolítica, por el título del centro mundial del poder. ¿Para que necesita una economía ucraniana ruinosa? Tiene la suya, poco distinta.

Pero permitir a Ucrania ser el miembro de la UE o de la OTAN significaría un acercamiento directo del mundo occidental al límite de las fronteras rusas. Esto es totalmente inaceptable. Todos, que tienen unos conocimientos básico en la Historia de la geopolítica, conocen el enfrentamiento antiguo entre culturas y valores de dos mundos - el oriental y el occidental. Una vez Rusia cometió este error - los países bálticos fueron aceptados como los miembros de la UE y la OTAN. Según la estrategia rusa, Ucrania debe quedarse como un freno entre estos dos mundos.

Regresando a la idea previa, Europa no se atrevió aceptar un reto de Putin. Las relaciones económicas estrechas entre la Unión Europea y Rusia en general, y la dependencia energética en concreto, hacen a la primera tragar su indignación y soportar el plan pacífico del Presidente Poroshenko.

En este contexto, vale mencionar que el 16 de septiembre, el parlamento ucraniano adoptó una serie de leyes impopulares que habían sido impulsadas por el presidente. Una de estas toca al orden especial del funcionamiento del Gobierno en dos regiones orientales y la organización de elecciones locales. Todos sabemos bien que, como el resultado de estas elecciones, los militares separatistas y sus jefes llegarán al poder. En realidad, esto significa el proceso de legitimación de los grupos terroristas en los territorios del Este de Ucrania.

La siguiente ley también es muy discutible, porque implementa una amnistía a todos los separatistas, que van a desarmarse voluntariamente y terminar su actividad militar, excepto los culpables en los crímenes más graves y en la tragedia del avión de Malaysia Airlines. Este punto causa un resentimiento extremo por parte de ucranianos.

¿Es Ucrania un Estado del perdón absoluto? ¿Podemos hoy invitar a tropas rusas a nuestro país y destruirlo y que la patria nos perdone al día siguiente? ¿Tenemos los ucranianos sólo derechos y no deberes ante el Estado?

No, esto no debe ser así. El crimen de alta traición debe ser pagado. Pero las decisiones de Poroshenko recibieron la aprobación europea. Porque son pacíficas. ¡Todo en nombre de la paz! Aún hay miles de muertos en el conflicto. Sabemos bien que los soldados rusos van a los ejercicios tácticos por la tarde, y aparecen bajo el fuego en territorio ucraniano a la mañana siguiente. Y que entierran a los caídos en campo abierto sin pena ni gloria. Porque oficialmente no hay ni un soldado ruso en Ucrania.

Claro que se me puede acusar de propaganda. Pero lo único que yo sé es que nuestros soldados muertos están tratados como héroes. Y los rusos, peor que los perros. Porque para Vladimir Putin no existen.

Nadie en el mundo merece este destino. Y los madres de cualquier Estado tampoco merecen la pérdida de sus hijos. ¿Y por qué razón? ¿Porque alguien quería vivir en Rusia?

Sin embargo, la Federación Rusa no se da prisa para tomar estas regiones. ¿Para qué va a recuperar los territorios de dos repúblicas? Su propia población vive de puro milagro.

Y ahora tenemos la pregunta clave y más interesante: ¿y después qué? Después en las regiones orientales de Ucrania llegarán al poder los culpables de las muertes tanto de militares ucranianos como de los rusos. Y van a hacer una política beneficiosa para Putin&Co. Es lo que merece Ucrania con su presidente y el plan de paz.

La vida en Rusia no va a cambiar mucho. Porque la gente en Kamchatka va a vivir como vivía antes - bajo el nivel de pobreza-. Pero las ambiciones imperiales de Putin seguirán creciendo en una progresión geométrica.

Y cualquiera podrá desafiar a Europa, porque no demostró su capacidad de responder a los retos del desvergonzado presidente ruso. Putin le ha hecho un corte de mangas y se ha marchado sonriendo. Y Europa se ha quedado parada a pesar de haberse indignado.