España necesita a Monica Lewinsky

España necesita a Monica Lewinsky

Imagine que un acto sexual lo convirtiese en el héroe de una nación o que un simple fellatio logrará salvar un país entero de la crisis. España no necesita denuncias de tramas interminables de corrupción, este país lo que necesita es un buen escándalo sexual dentro de la política.

Imagine que un acto sexual lo convirtiese en el héroe de una nación o que un simple fellatio logrará salvar un país entero de la crisis.

No soy de un lado ni de otro -hablo de derechas o izquierdas, aunque en sexo sospecho, es el mismo tema- pero viendo cada día las noticias frente al telediario hace dos días tuve una revelación.

España no necesita denuncias de tramas interminables de corrupción, este país lo que necesita es un buen escándalo sexual dentro de la política.

Dirán: ¿Qué significa eso? ¿Cómo puede un simple acto sexual terminar con la existencia de un Gobierno? Muy fácil; recuerden aquellos escándalos sexuales que han logrado que se tambaleara el Gobierno de un país, de una pequeña comunidad o hasta el perfil de un deportista de élite como nunca una muchedumbre molesta lo ha logrado.

Una de las parejas más famosas fueron Clinton-Lewinsky con su famoso desliz en el despacho oval de la Casa Blanca, que logró que toda una nación se conmocionara de manera extravagante por unos cuernos. Gracias a este incidente Bill perdió el respeto de Estados Unidos. En Europa, la famosa historia que llenó los telediarios del primer ministro italiano Silvio Berlusconi y sus prostitutas menores de edad en aquellas maravillosas fiestas a donde todo el Gobierno italiano quería asistir. A nivel deportivo, Tiger Woods y su veintena -igual nos quedamos cortos- de parejas sexuales que le costaron su matrimonio. Sin ir muy lejos, aquí en España, la concejal Olvido Hormigos y su vídeo sexual, o lo que es lo mismo la historia de como hacer sexting con tu marido te hace ganar fama de guarra para terminar en el Mira quien salta.

El pueblo español aguanta tramas de enriquecimiento ilícito en la política, corrupción dentro de la casa real, recortes a la sanidad o educación, palizas en plazas, pero creo que no soportaría ni por lo cerca un escándalo sexual. Puede ser por una tradición arraigada de moralismo extremo de aquellas épocas de fondos obligatorios y matrimonios consensuados o simplemente el reflejo brutal del motivo que nos llevó a esta situación tan extrema: la inocencia llevada a límites de estupidez.

Y tenemos dos opciones, o el pueblo español se deja de manifestaciones -que ya parecen las amenazas de una mujer manipuladora- y contratan a un detective privado que busque en el pasado sexual de Rajoy o le pagan a una prostituta para que entre a hurtadillas en La Moncloa y se asegure de dejar una buena pista en un vestido.

La realidad es que si todos teníamos trapos sucios antes de los smarthphones, ahora con el uso extremo de chats, redes sociales, emails o cualquier medio que exponga un poco nuestra intimidad, hasta los políticos tendrán trapos sucios, ¿no?

¿Es que Anonymous no tiene un buen hacker que averigüe si Rajoy manda fotos frente al espejo en calzoncillos? ¿O si contrata prostitutas en alguna página? Igual descubrimos que Rajoy utiliza esa famosa red -junto con su esposa- para tener sexo fuera del matrimonio.

Y es que en un país donde la corrupción está a la orden del día, en los hospitales no hay espacio ni para morirse, la gente no tiene trabajo, te quitan el piso por el cual trabajaste una vida entera, se niegan a admitir la identidad de Comunidades Autónomas y se enriquecen con el dinero del trabajador, imagino que podríamos hacer sextorsión sin ningún tipo de problema.

Que yo se los estoy diciendo, que aquí hay tela que cortar. Lo único que pido si se consigue material de Mariano y termina saltando de un trampolín en la televisión, por favor, publíquenlo censurado, por respeto al sexting.