Palestinos, a Finlandia

Palestinos, a Finlandia

La OLP, que gobierna en Cisjordania (acosada por Israel) y Hamas, que gobierna Gaza (bombardeada por Israel) han logrado, tras diversos intentos durante siete años, ponerse de acuerdo para formar un Gobierno de coalición y celebrar elecciones legislativas en seis meses. A Israel -que, siguiendo el divide y vencerás, pretende la división perpetua de los palestinos- le ha sentado fatal.

GTRESONLINE

La OLP, que gobierna en Cisjordania (acosada por Israel) y Hamas, que gobierna Gaza (bombardeada por Israel) han logrado, tras diversos intentos durante siete años, ponerse de acuerdo para formar un Gobierno de coalición y celebrar elecciones legislativas en seis meses.

A Israel -que, siguiendo el divide y vencerás, pretende la división perpetua de los palestinos- le ha sentado fatal. Ha dicho que no proseguirá las conversaciones de paz (¿qué conversaciones, qué paz?) y se dispone a impulsar su estrategia de siempre, que podría sintetizarse en "Tomemos el pelo a la comunidad internacional, que se lo deja tomar tan a gusto, incluidos nuestros amigos norteamericanos".

A estas alturas de la película hay que estar ciego para no ver que Israel no quiere un Estado palestino y por lo tanto no quiere la paz, salvo que se trate (vae victis!) de una paz unilateralmente impuesta de acuerdo a sus condiciones. Israel viola permanentemente el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas y no sólo no ha cesado sino que ha incrementado la construcción de colonias en los Territorios Palestinos ocupados. La más reciente en el puro centro del Hebrón palestino (23-4-14), donde un líder judío local ha declarado: "Me alegro de que esta nueva colonia torpedee las conversaciones de paz" (¿Qué conversaciones, qué paz?).

Las acciones y declaraciones de los dirigentes israelíes desde hace décadas pueden ayudar a abrir los ojos a muchos que los tienen, si no cerrados, entreabiertos. Tomen nota. Ariel Sharon, también conocido como el carnicero de Sabra y Chatila: "Los palestinos deben sufrir mucho más hasta que sepan que no obtendrán nada mediante el terrorismo. Si no sienten que han sido vencidos, no podremos regresar a la mesa de negociaciones".

"¿Y qué hemos obtenido por otras vías?", se preguntarán muchos palestinos, ahítos de comulgar con piedras de molino, hartos de no divisar -porque no se les ofrece- ningún genuino horizonte político. Bien se encargó de remacharlo Dov Weisglass, hombre de confianza de Sharon y negociador con la administración Bush: "El significado de lo que hemos acordado con los americanos es la congelación del proceso político, lo que impide el establecimiento de un Estado palestino y la discusión sobre los refugiados, las fronteras y Jerusalén. Todo eso ha sido eliminado definitivamente, con el visto bueno del presidente y del Congreso de los Estados Unidos. Los palestinos tendrán su Estado cuando se conviertan en finlandeses". (Haaretz, 8-10-04).

En 2010, en un ejercicio de cinismo y con ocasión del enésimo intento (nueva tomadura de pelo) de "relanzar el proceso de paz", Netanyahu, digno sucesor de Sharon, dijo a Obama en la Casa Blanca que le "sería muy difícil detener la construcción de colonias". Historia repetida a la menor ocasión. A Angela Merkel le dijo en diciembre de 2012 que la construcción de 3.000 nuevas viviendas en los territorios ocupados "forma parte de una política consistente" que Israel continuará bajo cualquier versión de un eventual proceso de paz. Pero es justamente la proliferación de asentamientos (más Jerusalén) lo que impide la paz.

En el siglo X antes de Cristo, el gran rey Salomón, hijo del rey David, contribuyó a una de las primeras formulaciones de una paz internacional que la Biblia recoge: "Yavé dictará sus leyes a numerosos pueblos, que de sus espadas harán rejas de arado y de sus lanzas, hoces. No alzarán la espada gente contra gente ni se ejercitarán para la guerra" (Isaías, 2-4). A pesar de la loa y la fanfarria con que se le obsequia en Israel, no parece que Salomón haya gozado de excesivo predicamento a este respecto.