10-N: volver al pasado o apostar por el futuro

10-N: volver al pasado o apostar por el futuro

Otra legislatura fallida confirma que la democracia española no está suficientemente madura.

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El comportamiento humano está bastante estudiado y los responsables de la repetición electoral sí tenían una ligera idea sobre cómo afectaría su decisión al conjunto de la sociedad. Por lo tanto, que nadie crea que abrir las urnas el 10 de noviembre es únicamente fruto del desacuerdo entre Unidas Podemos y PSOE, pues hay otras oscuras intenciones detrás de todo lo que estamos viviendo. Los socialistas y los populares son sin duda los máximos interesados en la repetición de los comicios y no se han esforzado ni lo más mínimo para evitarlo.

Es obvio que, en un espacio tan corto de tiempo, el volver a acudir a las urnas puede crear una sensación falsa o ficticia de que nuestro voto fue inútil o poco relevante. Dicho de otra manera, que el voto no sirvió para su fin, no logró transformarse en iniciativas políticas que transformen nuestro país. El elector se podría preguntar: ¿qué problemas hemos conseguido solucionar desde la última vez que acudimos a las urnas? De hecho, para algunos la respuesta a esta pregunta puede derivar en una sensación de descrédito hacia la clase política y decidan transformar su voto en abstención, y otros incluso podrían considerarse culpables de la situación de bloqueo y ahora opten por las formaciones políticas que aglutinen más apoyos según las cocinadas encuestas, el mal llamado voto útil.

España el 28 de abril acudió en masa a las elecciones y decidimos que no queremos un sistema bipartidista y sí seguir la senda que permita modernizar y regenerar la democracia. Los ciudadanos, a través de nuestros votos, pedimos acuerdos entre formaciones políticas con el único objetivo de mejorar nuestras vidas, nuestra sociedad y nuestro país. ¿Por qué habría que renunciar a ello ahora?

Otra legislatura fallida confirma que la democracia española no está suficientemente madura. Algunos dirigentes han demostrado que les falta altura de miras y que no han entendido que exigimos un cambio en la forma de hacer política. La modernización y la pluralidad política implican dejar atrás las viejas prácticas del sistema bipartidista y avanzar hacia la regeneración de la democracia. Dicho de otra manera, a los que pretenden vendernos el voto útil, hay que decirles que no vamos a retroceder al modelo en el que rojos y azules se tapaban mutuamente la corrupción, colocaban a sus amiguetes, y se dedicaban a esperar cómodamente a que les tocase su turno de mandar. Y a los que quieren servirse de la pluralidad para vendernos mensajes de corte populista, sean de extrema izquierda o de extrema derecha, decirles que tenemos suficiente capacidad intelectual para no caer en soluciones falsas o fáciles a problemas tremendamente complejos.

¿Qué problemas hemos conseguido solucionar desde la última vez que acudimos a las urnas?

Volver a votar significa que hemos perdido el tiempo e implica un importante coste económico para las arcas del Estado. Este derroche de tiempo y dinero es el castigo que impone Sánchez a los españoles por no otorgarle la mayoría absoluta en abril. El presidente en funciones se olvida que los electores no estamos para dar mayorías sino para decidir sobre el futuro que queremos construir, las reformas que queremos emprender y qué siglas tienen el mejor proyecto para proporcionarnos prosperidad y bienestar.

Para mí sin duda el mejor proyecto político para España parte desde el centro. Potenciar a un PSOE ligado a Podemos o a un PP encantado con Vox, solo serviría para seguir las políticas de la confrontación. Impulsar reformas ambiciosas para garantizar empleos de calidad y el apoyo a los autónomos, para fomentar una economía competitiva y menos vulnerable, que las pensiones sean dignas y estén garantizadas en el futuro, que la educación sea de máxima calidad, que seamos capaces de apoyar a todo tipo de familias, etc., solo se puede hacer bien desde la serenidad y lejos de los enfrentamientos entre izquierda y derecha.

Por eso progresistas y liberales, UPYD y Ciudadanos, hemos sumado fuerzas entorno a la candidatura a presidente del gobierno de Albert Rivera. El 10 de noviembre no caigamos en las trampas de los que estaban muy cómodos en un sistema de reparto entre rojos y azules y pongamos en marcha un país que sea cada día mejor.

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