19 de julio: el 'Freedom Day' en Reino Unido o esa mal llamada libertad

19 de julio: el 'Freedom Day' en Reino Unido o esa mal llamada libertad

Hubiera sido más efectivo el asegurarnos un sistema educativo que logre que la gente aprenda sobre la responsabilidad y el civismo.

Reino Unido, sin restricciones.REUTERS

Parece que el equipo de marketing y la dirección sanitaria de Reino Unido o están enfadados o no se hablan, y las consecuencias de vendernos este día de la “libertad” va a incrementar los casos de infecciones de COVID19… ¿volvemos a buscar la inmunidad de rebaño?

En España tenemos decisiones de ciertos tribunales que muchos nos alegramos de que lleguen ahora, tarde, no hace año y medio, ya que las consecuencias hubieran sido incluso mayores para nuestro país, y más concretamente para nuestros amigos y familias.

Cada vez que Boris Johnson ha salido a la palestra para explicarnos sus planes para las próximas semanas, el efecto ha sido nefasto. Aventurarse a decir que a partir del 19 de julio no se necesitan mascarillas ha hecho que muchos negacionistas, o gente con falta de luces para comprender la causa/efecto, dejarán de preocuparse por llevar protección, mientras que otros nunca la llevaron.

“La vacuna no significa tener protección total” es otro de los temas que han pasado desapercibidos, y parece que el rebaño, éste para el que buscamos la inmunidad, no lo entiende tras casi año y medio de pandemia.

Que los bares estén abiertos no significa que tengas que ir a los bares.

Que en la calle en Reino Unido no te exijan mascarilla no significa que en los barrios de estudiantes de Leeds como Hyde Park o Headingley se puedan hacer fiestas no en el parque, sino en calles estrechas y con cientos de personas que, o viven aún en el 2019, o no se merecen el oxígeno que respiran.

Las finales de las Euros han dejado clara la falta de consistencia y seriedad en el sistema de seguridad y protección sanitaria, así como los controles en grandes eventos. También ha demostrado la peor cara de una afición inglesa que ha sacado los colores al ciudadano medio del país con un comportamiento incívico y no acorde a la situación en la que llevamos demasiado tiempo.

La semana pasada explicaba cómo entré en Wembley sin llegar a demostrar que había recibido los dos ciclos de vacunación completa, y parece ser que en la final el problema se multiplicó exponencialmente y frente a multitud de medios de información del mundo cubriendo este evento.

La aplicación famosa (y carísima para los contribuyentes) para la frenar la propagación de infecciones durante las últimas semanas se está desinstalando de cientos de miles de teléfonos móviles y se ha informado de que un quinto de aquellos que la instalaron la han borrado por múltiples motivos.

El primero es el “peligro” de que te contacten y te digan que has estado en un lugar con gente infectada y te pidan que te quedes en casa para hacer la cuarentena de 10 días… olvídate de la responsabilidad cívica como miembro de la comunidad, y aporta tu granito de arena por la seguridad del resto de la sociedad. 

“Si vas a viajar pronto, te lo borras y así no dejas rastro” pensarán muchos, sin tener en cuenta que quizás entren en un avión e infecten a otros 100 viajeros.

En la prensa británica se explican casos de gente responsable y cuidadosa desde marzo de 2020 que se ha cansado de ver a población que se salta todas las reglas, y han decidido borrar la aplicación sabiendo que, de manera particular, seguirán actuando de manera responsable y cuidadosa. Pero no quieren que el Gobierno que nos regala estos estúpidos días de la “libertad” le envíen un sms exigiendo una cuarentena por haber ido a comprar a una u otra tienda a la hora equivocada.

Entre los más jóvenes, este quinto del total que se han borrado la aplicación sube hasta un tercio de la población, y demuestra que por mucho que alguien trabaje en una tecnología que funcione para ayudar a prevenir una pandemia, si la gente en la que va a repercutir el beneficio no actúa consecuentemente y sus intereses propios están por encima de los colectivos, entonces no hay ninguna posibilidad de lograr frenar nada de nada.

Luego el gobierno de Boris da lecciones al resto de países de Europa cambiándolos en su semáforo de peligro, y a Baleares le bajan de verde a ámbar. Esto tiene su impacto en la industria del turismo y en los ciudadanos y curiosamente nunca nos dice a través de sus voceros oficiales que Reino Unido debería estar en “rojo” siguiendo sus baremos. 

Debería preocuparse quizás de asegurarse que en su país no siga esta escalada de casos, y sigan con los planes para su ‘Freedom Day’ como si nada pasara. 50 mil casos diarios y se piensa que antes de que acabe el verano se llegará a 100 mil diarios, pero oigan, el día de la “libertad” es muy importante.

El uso de esa palabra para decir que vienes a hacer lo que te dé la gana, porque tu libertad es más importante de la seguridad de los demás, ha sido igualmente utilizada de manera vergonzosa en campañas políticas. En julio 2021 seguimos con nuevas olas y nuevas variantes gracias al incremento de esta “libertad”.

Los españoles que viajen a España este verano tienen que estar otra vez al tanto de los cambios en las imposiciones para salir de Reino Unido y entrar en España y viceversa. Si en la familia tienes ciudadanos no españoles entonces tendrás que invertir un tiempo en aclarar quién se tiene que hacer PCRs, quién tiene la suerte de poder usar prueba de antígenos, o quién no necesita nada si se ha puesto la vacuna hace más de 14 días y no fue la de AstraZeneca producida en la India… es como el voto rogado pero multiplicado por cuatro.

Las vacunas ayudan a reducir los riesgos en una pandemia, pero hubiera sido más efectivo el asegurarnos un sistema educativo que logre que la gente aprenda sobre la responsabilidad y el civismo.