Ángela Rodríguez ‘Pam’: "Este 8-M va a ser también un no a la guerra"

Ángela Rodríguez ‘Pam’: "Este 8-M va a ser también un no a la guerra"

Entrevista con la secretaria de Estado de Igualdad: “Las leyes de violencia de género salvan vidas, es incuestionable”.

En el Ministerio de Igualdad siempre aparece una pregunta con dolor cuando se confirma un nuevo caso de violencia machista: qué se puede hacer para evitarlo, en qué se falla. Lo confiesa Ángela Rodríguez ‘Pam’, la secretaria de Estado a lo largo de esta entrevista. Lo que tiene claro es que las leyes contra la violencia de género salvan vidas. “Es incuestionable”, lanza, a la vez que exige no mercadear con estas normas en cualquier negociación política por parte del PP.

La secretaria de Estado ahonda en lo que significa este 8-M, que va a suponer también un “no a la guerra”. Opina: “Es un día en el que hay que hacer una reflexión muy importante de para qué sigue sirviendo el feminismo a día de hoy. Y en España tenemos muchas tareas aún pendientes, pero, sobre todo, hay que poner en valor que el feminismo ya está sucediendo”. Entre esos deberes está sacar adelante la ley del sí es sí, que espera que se apruebe en unos meses en el Congreso. Y señala, a la espera del informe sobre la ley trans, que el Consejo General del Poder Judicial “desgraciadamente va a la cola del progreso”.

¿Cómo llega a la Secretaría de Estado de Igualdad?

Ya estaba trabajando en el equipo de Irene Montero en el Ministerio. Estoy en Podemos, pero lo más importante es que vengo del movimiento feminista. Cuando Noelia Vera se va, que fue un momento que nos hizo reflexionar mucho a todas, pues Irene decide que yo ocupe el puesto. Aquí estoy intentando hacer todo lo que puedo para que los derechos de las mujeres sean realidad.

Estamos aquí en este edificio en la calle de Alcalá, en la sede de Igualdad. Un Ministerio sobre el que escuchamos constantemente por parte de la oposición que es un chiringuito. ¿Qué les dice?

El otro día se lo decía a la señora Toscano (Vox) en la Comisión en el Congreso: un chiringuito es una caseta de madera en la playa. Esto es un edificio público pagado con el dinero de los impuestos de toda la ciudadanía y que tiene la tarea, para nada menor, de garantizar que los derechos de las mujeres se cumplan. ¿Esto qué quiere decir? Por ejemplo, que ante los casos de violencia machista nosotras tengamos recursos que permitan a las mujeres salir de esa situación. No creo que eso sea un chiringuito. Hacemos muy mal cuando nos tomamos poco en serio las políticas de igualdad. Con eso estamos teniendo un problema últimamente, no sólo con la extrema derecha. Es una reflexión que es pertinente hacerla a día de hoy porque a veces en el Parlamento se frivoliza con cosas muy relevantes y que la ciudadanía no se las merece. Las políticas y los políticos tenemos que dar ejemplo. Y, en primer lugar, tomarnos muy en serio las cosas que hacemos, que son para la ciudadanía y para que se viva mejor. El Ministerio de Igualdad, como todos los departamentos, tiene tareas muy importantes. Y una es luchar contra la violencia.

  Ángela RodríguezEVA VILLASANTE

¿Qué siente cuando le dicen feminazi?

Bueno, creo que es un teatro. La verdad. Desgraciadamente se han normalizado los insultos en las redes sociales. No comparto esa forma de hacer política. Con quien más discrepas es con quien tienes que hablar más y encontrar una manera de debatir y de dialogar que te permita encontrar acuerdos, incluso creo que hay que intentarlo también con las diputadas de extrema derecha y de derecha. 

¿Por qué hay que celebrar el 8-M?

Es un día importantísimo para las mujeres en general y especialmente para el movimiento feminista. Es el día que habla de reivindicar todos nuestros derechos. Desde luego, más allá de la historia de cómo nace un día como este, creo que es un día en el que hay que hacer una reflexión muy importante de para qué sigue sirviendo el feminismo a día de hoy. Y en España tenemos muchas tareas aún pendientes, pero, sobre todo, hay que poner en valor que el feminismo ya está sucediendo. Hay cosas que son muy positivas en nuestra sociedad y que hablan de esos cambios que como país hemos acometido y que nos hacen vivir mejor. Por ejemplo, el hecho de que a día de hoy ya nadie cuestione que una mujer tenga que cobrar lo mismo que un hombre por el mismo trabajo es un logro del movimiento feminista o que nosotras no tengamos que quedarnos necesariamente cuidando de nuestros hijos mientras tenemos otros trabajos. O como veíamos en nuestro spot de que pueda presentarle a mi madre a mi novia y que se alegre por mí, esto también es un logro del feminismo. En un día como hoy nos reivindicamos como feministas y le decimos a este país que aquí estamos y que vamos a por más, no nos conformamos sólo con una parte.

La Corona no es en este momento una institución feminista

Hablaba del spot, que está basado en una canción de Rigoberta Bandini. Precisamente ella llevó una canción (Ay, mama) de corte feminista al festival de Benidorm para ir a Eurovisión. En cambio, ganó una canción con mucho escándalo, cuya letra está cuestionando mucha gente. ¿Le gusta Slomo de Chanel o habría que cambiar la letra para el festival?

Bueno, yo voté a Tanxugueiras. Lo reconozco. 

 Pero en el Ministerio han elegido a Bandini.

Fíjate, habla de cómo somos las feministas. Voté a Tanxugueiras, en el Ministerio había quien le gustaba Chanel o Rigoberta. Si se permite, bromeamos mucho de esto. Creo que el feminismo es libertad de expresión también. Es muy poco justo que no critiquemos la cantidad de veces que hay letras machistas en todos los tipos de música. A mí me gusta la música indie y el rock, creo que está lleno de hombres que hacen canciones que tienen referencias al machismo. Nunca escucho a nadie criticar esto y cuando una mujer sexy y poderosa hace un baile y una canción que a lo mejor no es explícitamente feminista pues de repente se le critica. Creo que es poco justo. Me parece que ser sexy y poderosa y cantar y bailar también puede ser feminista.

  Ángela Rodríguez 'Pam'EVA VILLASANTE

¿Es España todavía un país machista?

Sí, sin duda. De hecho, el feminismo y el machismo conviven. Hay un dato del último barómetro de juventud que dice que cada vez más hombres jóvenes se consideran feministas y a la vez que uno de cada cinco hombres jóvenes dice que la violencia machista no existe. Esto está pasando, el feminismo se ha convertido en una conversación de país. Todo el mundo tiene una opinión del Ministerio de Igualdad, sobre la violencia. Esto es muy positivo pero a la vez también tienes que escuchar opiniones a veces que dices ‘pero de verdad existen este tipo de opiniones a día de hoy’. Sí, existen. Es bueno porque están aflorando. Durante muchísimo tiempo había hombres que se comportaban así pero no se atrevían a opinar en público. El hecho de que ese tipo de opiniones sean puestas en cuestión y se debatan es muy positivo porque permiten al feminismo avanzar. Y, en definitiva, eso es que los derechos y la democracia avancen. Y, sí, claro que creo que este país es machista y por eso existe un Ministerio como este que tiene que intentar corregir esa situación.

La principal ley de nuestro país es la Constitución, que marca la vida de los españoles. Tiene un artículo totalmente machista que es la prevalencia de los hombres sobre las mujeres para ocupar la Jefatura del Estado. ¿Cuándo va a acabar eso?

Cuando decimos que tiene que haber una Constitución feminista, hablamos de cosas tan importante como que el Estado pueda ser feminista. ¿Eso qué quiere decir en lo concreto? Que pueda haber una jefa del Estado que sea una mujer y que eso represente a una institución democrática. Creo que la Corona no es en este momento una institución democrática, no es en este momento una institución feminista. Y ojalá podamos ver en el día de mañana no sólo una presidenta del Gobierno, sino también una presidenta de la República. Esto no pasa en la mayor parte de países, pero ojalá España mañana tenga una presidenta de la República. 

Estamos en 2022 y no ha habido ninguna mujer presidenta. ¿Cómo lo analiza? ¿Cómo lo explica?

Es que hasta hace muy poco las mujeres no éramos las primeras en casi nada. Hemos ido desbloqueando muchos lugares a los que hemos llegado y parece es que ahora ya es como si nada. Pero la realidad es que te sigues encontrando obstáculos. A nosotras nos pasa como políticas también. Cuandos las feministas son ministras, juezas, secretarias de Estado, diputadas o portavoces, que son las posiciones de poder, pero también cuando eres la jefa de una empresa, una conductora de taxi o cuando eres la que toma las decisiones importantes en tu casa, siempre se nos cuestiona. Porque de las mujeres se espera que estemos en una segunda posición y que sean los hombres los que tomen las decisiones. El hecho de que hayamos conseguido que empiecen a haber alcaldesas, que seamos mayoría en el Congreso y de ministras en el Gobierno, pues eso comienza a lanzar un mensaje muy poderoso a las mujeres de que se puede hacer política, tomar decisiones, tener poder y ejercerlo de manera feminista. Esto hará que antes que pronto tengamos una presidenta del Gobierno. Y espero que una jefa de Estado de la República.

  Entrevista a Ángela RodríguezEVA VILLASANTE

Imagino que querrá que la primera presidenta sea Yolanda Díaz.

Por supuesto. No se me ocurre, ni creo que a ningún español o española, mejor candidata para la Presidencia, y por tanto mejor presidenta. Estoy segura de que es una opinión aplastante en nuestro país.

Es ahora secretaria de Estado de Igualdad, es una mujer empoderada y toca el poder, pisa la moqueta. ¿Sufre una mujer incluso como usted machismo en el día a día político?

Lo primero que diría es que puede que parezcamos mujeres empoderadas pero luego tenemos un síndrome de la impostora muy grande. Ese es el primer machismo que sufrimos. El dudar de si en realidad soy lo suficientemente buena o tengo las capacidades para tener esta responsabilidad. Yo dudo sobre si los hombres que están en política se preguntan lo mismo como lo hacemos nosotras. Creo que somos muy autoexigentes y tiene que ver con los comentarios y opiniones que habitualmente se hacen de las mujeres que estamos aquí. Pero claro que sufro aquí comentarios machistas. Sin ir más lejos, normalmente entre los ministros y los secretarios nos llamamos “hola, ministro” y “hola, secretario”. Pues yo normalmente no soy secretaria, ni siquiera me llaman Ángela. Esto tiene que ver con el estatus de poder que se reconoce a la otra persona, pero no sólo porque sea mujer, sino porque soy una mujer joven. Creo que les pasa a más mujeres en este Gobierno que estamos ocupando lugares que de un modo estaban reservados para los hombres. Con otro tipo de cuerpo, con otra manera de vestir, con otra manera de hablar, con otra procedencia social. Eso se nota.

Puede que parezcamos mujeres empoderadas pero luego tenemos un síndrome de la impostora muy grande, ese es el primer machismo que sufrimos

Ahora se tiene que dirimir un Gobierno en Castilla y León. Hay una negociación en la que Vox pide como principal exigencia la derogación de las normas de violencia de género. ¿Qué le parece?

Preocupante. Con esto siempre intento mandar el mismo mensaje: las leyes de violencia de género salvan vidas, es incuestionable. Tenemos que ser muy respetuosas con la información que manejamos en el Ministerio, pero somos conocedoras de que miles de mujeres al año salvan su vida gracias al 016, a que tienen una orden de protección o que tienen una casa de acogida. Si eso desaparece por culpa de que un partido se quiere mantener en el poder, estaríamos dando un paso adelante que tendría difícil retorno. Confío en que el PP, ahora que está pensando cuál es el futuro de su hipótesis política, reconsidere esta cuestión y se niegue a pactar con la extrema derecha. Creo que es fundamental. Conociendo al PP gallego, confío en que este sea el camino que elija. Sería una malísima noticia que empezáramos a derogar leyes de igualdad o de violencia de género para seguir en el poder. 

En su discurso habla del pacto contra la violencia de género como una política de Estado, ¿entraría dentro de eso establecer un cordón sanitario para que no dependan gobiernos del PP de Vox?

Es una decisión que tiene que tomar el PP. Los demás somos demócratas y hemos decidido que no vamos a hacer políticas de derechas y de extrema derecha. Es una decisión que tendrá que tomar el PP, tendrá que reflexionar, no es una decisión nuestra. En cualquier caso sí creo que la violencia machista es algo que debe hacer reflexionar a todas las personas que estamos ocupándonos de lo público. Cuando hablamos de políticas de Estado son aquellas que no pueden desaparecer independientemente de quien gobierne. Hablamos de la sanidad, de la educación, pues la igualdad tiene que ser otra política de Estado. No puede desaparecer en función de quién gobierne. Las mujeres no podemos estar en nuestras casas con la sensación de que si de repente hay un escaño más o menos quiera decir que el día de mañana no puedo llamar al 016. No puede ser, no se lo puede permitir una democracia como la nuestra. Por eso creo que hay que volverles a traer a la cancha de juego de la democracia. En primer lugar al PP, porque ellos han sabido pactar estas políticas. La ley de violencia de género se aprobó en su día por unanimidad, participaron en el pacto de Estado. Son ellos quienes tienen que solventar las dudas y los miedos que les entran. Sobre todo, son las mujeres del PP. He conocido a mujeres de derechas que se creen mucho los derechos de las mujeres y quieren que tengamos derecho a abortar. Y también son sufridoras de muchas de las violencias que sufrimos las mujeres, también sufren el machismo. Por tanto, son ellas las que tienen que convencer a sus dirigentes que esto no es una opción.

  Ángela Rodríguez 'Pam'EVA VILLASANTE

A escasos metros de aquí está el despacho de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha creado mucha polémica al criticar que se haya puesto el nombre de Almudena Grandes a la estación cuando ya Atocha era una Virgen mujer. 

La verdad es que me quedo sin palabras. Me parece impresionante. Luego, además, creo que es torpe no querer reconocer lo que ha supuesto Grandes para nuestro país. Es una figura incontestable para la literatura, para la memoria democrática y para las mujeres. También es importante que entendamos el valor simbólico que tiene el utilizar los nombres para llamar a cosas. Durante muchísimos años, y sigue sucediendo, hay calles que reciben nombres de coroneles franquistas que era responsables de asesinatos. Eso lo hacían para mandar un mensaje muy determinado y nosotros, como democracia, tenemos que aprender a dar el mensaje contrario. Hay que recrear una historia de nuestro país en la que nadie sobre y en la que nos alegremos de las cosas buenas y positivas. Almudena Grandes nos hace ser un mejor país. Por lo tanto, ojalá no sólo la Estación de Atocha lleve su nombre, sino que haya muchas calles que lleven el nombre de Almudena y otras escritoras. Esto nos hace mejorar.

La igualdad tiene que ser otra política de Estado, no puede desaparecer en función de quién gobierne

En pleno 2022 todavía hay gente que no considera mujeres a las mujeres trans. ¿Qué les dice?

Que se siente con ellas y las conozcan. Muchas veces el problema es que no las conocen. 

Está en un Ministerio y lo que cambia realmente la vida es publicar en el BOE las leyes. Primero me gustaría hablar de la ley trans, ¿en qué situación se encuentra?

Está ahora mismo paralizada en el Consejo General del Poder Judicial. No es la primera vez que este Consejo, caducado desde hace bastante tiempo, paraliza las leyes de igualdad o emite informes contrarios. Lo ha hecho con todas las leyes feministas de la historia de la democracia en nuestro país. Bueno, espero que por una vez los jueces tengan a bien desbloquear esta ley y emitir un informe, ya da igual si es negativo o positivo honestamente. Han demostrado en numerosas ocasiones que no tienen interés por proteger los derechos de las mujeres o del colectivo LGTBI. Lo vimos con la ley de violencia de género, con la de libertad sexual, con el matrimonio igualitario o la ley del aborto. Es evidente que el Consejo General del Poder Judicial desgraciadamente va a la cola del progreso en España. Ojalá puedan emitir el informe cuanto antes porque lo que sucede mientras tanto es que hay personas que sus derechos a día de hoy no son una realidad. Esto nos preocupa evidentemente.

Sabe que hay preocupación en el colectivo por ese alargamiento de ese proceso de tramitación. ¿Se compromete, aunque haya un informe negativo, a llevar a las Cortes la ley trans como se ha hecho con la de Vivienda?

Por supuesto. El informe tiene que ser solicitado, según establece la ley del Gobierno, pero el resultado no es vinculante. No me cabe duda de que la llevaremos a las Cortes.

El Consejo General del Poder Judicial desgraciadamente va a la cola del progreso en España

Una vez conozcan el informe, ¿tienen pensado algún cambio para esa segunda vuelta del texto en el Consejo de Ministros o piensan aprobarlo según se vio en primera lectura?

Nuestra apuesta, y también porque fue una negociación difícil la ley trans, todo el mundo sabe las reticencias de la parte socialista, es que se mantenga el texto como está hasta que llegue a las Cortes. Pero siendo muy conscientes de que faltaban cosas. Por ejemplo, la situación de las personas migrantes del colectivo LGTBI, como la posibilidad de solicitar asilo o refugio por motivo de la identidad de género. Son cosas que van a ser debatidas en el Congreso, que hay grupos políticos, como Esquerra, Bildu y UP, que van a reivindicar que estas cuestiones estén dentro de la ley. Ahí es donde se debe de dar el debate. Lo importante es que llegue cuanto antes al Congreso.

  Ángela Rodríguez 'Pam'EVA VILLASANTE

En el Parlamento ha pasado, por ejemplo, con la reforma laboral que se llegó a un gran acuerdo fuera y luego fue boicoteada por los socios del Gobierno como Esquerra y el PNV. Dijeron que tenía que haber habido un cierto trato antes, ¿están preparando ya el terreno con esos grupos para tener los votos suficientes?

Este ministerio tiene muy claro que la única manera de sacar las leyes feministas adelante es a través del apoyo de ese bloque de investidura plurinacional porque no hay otro bloque posible de apoyo.

¿Descarta que pudiera entrar el PP?

Sería una novedad. Bienvenido sea si lo hace. De hecho constantemente les tendemos la mano. En breve veremos la votación de la ley de libertad sexual. Ojalá el PP vote a favor, pero está claro que tenemos que intentar garantizar que hay un bloque feminista que apoya estas leyes. Es importante para el futuro de nuestro país, tiene que haber un bloque de dirección de Estado que garantice que no retrocedemos. Por supuesto tenemos relaciones con todos los grupos políticos, las hemos mantenido en el tiempo con la ley de libertad sexual y con el pacto de Estado, como con la ley trans. De hecho, la propuesta del Ministerio, en los peores momentos de la negociación, fue presentada por Esquerra en el Congreso. Están muy de acuerdo con el texto y confiamos en que votarán a favor.

Sobre la ley del sí es sí, está ahora mismo en el Congreso. ¿Cómo está la tramitación exactamente?

En Ponencia, es algo por lo que tienen que pasar todas las leyes. Hay que hacer mucha pedagogía con esto. Después de aprobarse en el Consejo de Ministros, las leyes tienen que tener un tiempo de tramitación en las Cámaras. Ahora mismo están en la Comisión, hay diputados discutiendo cada parte del texto. Se están debatiendo las enmiendas y esperamos que en las próximas semanas, meses como mucho, pueda ser aprobada de una vez por todas. Recordemos que fue la primera ley que llevó el Gobierno a Consejo de Ministros, el 8 de marzo de 2020. 

Han pasado dos años, ¿de quién es la culpa de que lleve este tiempo?

Se volvió a retrasar por el Poder Judicial, se retrasó más de seis meses en la emisión de ese informe.

¿Qué le parece esa imagen cuando arranca el curso judicial en la que hay apenas mujeres en la cúpula?

Lamentable.

¿La Justicia es machista en este país?

Desde luego no es feminista. Es muy injusto decir que todos los jueces son machistas o que toda la Justicia es patriarcal, porque no es verdad. Y hay operadores y operadoras jurídicas que han hecho mucho por los derechos de las mujeres. Tenemos a una en la casa, Victoria Rosell, pero hay más. Se me ocurre, por ejemplo, Lucía Avilés. También Teresa Peramato, Ángeles Carmona. Ahora bien, es evidente que el Consejo General del Poder Judicial, en este momento, con las mayorías que tiene o la forma antidemocrática que siguen para mantener su posición, creo que están demostrando que están a la cola del progreso. No están en condición de garantizar los derechos de las mujeres y feministas. De hecho, cada vez que tienen la oportunidad hacen lo contrario.

  Ángela Rodríguez 'Pam'EVA VILLASANTE

Mientras hacemos esta entrevista, está sucediendo una terrible guerra en Ucrania, una invasión por parte de Vladimir Putin, uno de los rostros más duros de la homofobia. Tiene una cruzada dentro de Rusia contra el colectivo LGTBi, y no es que sea tampoco feminista precisamente. ¿Qué se puede hacer?

Lo primero: la solidaridad absoluta con el pueblo ucraniano. La situación es muy difícil, nos conmueve a todas. ¿Qué se puede hacer? En primer lugar, creo que las feministas también tenemos que tener una opinión en todo esto. Siempre hemos sido gentes de paz, el feminismo siempre se ha caracterizado por ser pacifista. Tenemos que poner encima de la mesa algunas cuestiones que son relevantes. En primer lugar, son las mujeres y los niños los colectivos más vulnerables, como el LGTBI. Los que más sufren en un conflicto, lo estamos viendo en los medios de comunicación con las historias de madres con sus hijos son muy duras. El feminismo tiene que estar aquí también en España poniendo encima de la mesa cómo van a ser dispositivos que se creen para acoger a todas las personas que vayan llegando. Tiene que haber una mirada feminista y estoy convencida de que este 8-M también va a ser un ‘no a la guerra’. Va a ser un no a la violencia y un sí a la paz, a entendernos y a cuidarnos y a intentar hacer política de diálogo y de acuerdo, de intentar por todos los medios de que pare la guerra. El feminismo es, por encima de todas las cosas, un no a la violencia. Tenemos cosas que decir sobre cómo debe darse la política internacional. Pararle los pies a Putin también significa pararle los pies a la homofobia y al machismo más recalcitrante. Las vulneraciones de derechos humanos que ha habido en Rusia en todos estos años son gravísimas. Hemos visto a mujeres lesbianas represaliadas por el simple hecho de ser lesbianas. Hay que pasar a la acción.

Dos mujeres feministas como Ione Belarra y Yolanda Díaz difieren a la hora de decir si hay que enviar material militar a la resistencia ucraniana. ¿Cuál es su posición?

Desde luego es la que está defendiendo en estos momentos Podemos. Creo que el envío de armas es muy probable que no sirva para desescalar la tensión. Hay que apostar por las vías diplomáticas. No sólo es una cuestión que esté defendiendo Podemos, también algunos expertos en la materia, veíamos a algunos exmilitares y el propio Julio Rodríguez. También líderes europeos como Melenchon o Corbyn, que están señalando que la escalada bélica no se va a solucionar con más armas, sino apostando definitivamente con el diálogo y por la negociación.

El feminismo siempre se ha caracterizado por ser pacifista

¿Cree que Putin apuesta por el diálogo? Esa es la gran pregunta. Viendo lo que ha hecho con el colectivo LGTBI, ¿cree que Putin apuesta por el diálogo?

Creo que la pregunta no es esa, no es preguntarse si Putin es diálogo y si no lo es, enviemos armas. Eso es una disyuntiva falsa. La realidad es que lo que España puede aportar con algunas armas u otros países desgraciadamente no va a cambiar la balanza. El Ejército ruso tiene mucho más poder, está más armado, tiene más poder desgraciadamente que el que tienen las gentes ucranianas que están defendiéndose. No vamos a cambiar esa correlación de fuerzas por muchas armas que enviemos, no se va a solucionar así. Sin embargo, sí creo que podemos intentar reforzar las posibilidades de negociación y diálogo que se están dando. Ya está empezando a haber alguna posibilidad de negociación. Creo que nosotras tenemos que apostar radicalmente por eso. De verdad, quiero dejar este mensaje encima de la mesa: todo este Gobierno está de acuerdo en apostar por la diplomacia, por la paz, por una desescalada bélica. Es normal que en una cuestión tan delicada haya diferencias tácticas. Pero de lo que estamos hablando es tan relevante que es mejor que nos quedemos con lo que estamos de acuerdo. Es importantísimo apostar por una desescalada y por las vías de negociación. El no a la guerra tiene que ser un no a la violencia y sí al diálogo. Ahí tenemos que estar.

Si hubiera más líderes mundiales que fueran mujeres, ¿cree que el mundo sería mucho más pacífico?

Decir que sí es un poco esencialista sin que haya alguna reflexión que lo acompañe. Pero sí creo que las mujeres tenemos muy presente la reflexión sobre cómo hacer política. Eso no quiere decir que todas las mujeres necesariamente apuesten siempre por la paz, porque no es verdad, y no creo que todas las mujeres necesariamente apuesten por el diálogo. Pero sí creo que tenemos muy presente la reflexión sobre el poder porque no hay ninguna mujer que llegue al poder sin ninguna reflexión sobre los obstáculos, porque son dobles. Esta reflexión sirve a veces como una especie de bálsamo para aprender que te tienes que sentar a negociar, especialmente con quien piensa diferente a ti. La cultura del pacto, que no es que sea blanda, sino todo lo contrario, es lo que hemos tenido que hacer siempre las feministas. Por tanto, no sólo creo que si hubiera más mujeres habría más pactos, sino que es importante que el feminismo ocupe el poder también y que haya más mujeres feministas.

Ya que están en el Gobierno, lanzo una crítica también. Pasan los años y en este país el tema de la conciliación, tanto en las familias como la de horarios, no se consigue solucionar. ¿Por qué?

Probablemente es una de las brechas más profundas de género que existen. Esto es lo que evidencia que el patriarcado existe. El hecho de que sea más importante estar en el trabajo que cuidar de tu hijo es lo que demuestra que las cosas que siempre hacen las mujeres tienen menos importancia. Ya se le está dando la vuelta a esto y ahora es el momento para que este país tome la iniciativa de tener políticas públicas. El plan Corresponsables, que es la política que ha iniciado este Gobierno, es modesto porque el problema es enorme. Pero es un buen paso decir que, además de las escuelas públicas y la de cero a tres, pueda haber bolsas de cuidado. Pero no es el único problema, yo no soy madre y también tengo un problema de conciliación. A las mujeres siempre se nos exige cuidar. Si hay una persona enferma en tu familia, lo que se espera de ti es que cuides. Si trabajas muchas horas y no atiendes a tu pareja, eso también es un problema de conciliación. Es el momento de hacer una reflexión mucho más profunda. Uno de los sectores en los que hay que apostar por crear empleo público son los cuidados, que haya empresas públicas. Es una política de largo recorrido.

También lo tienen en sus manos con las sesiones plenarias o en la agenda del Gobierno, plagada de actos al final de la tarde y casi en la noche por parte de casi todos los ministros.

Es supersensato lo que dices, siempre se lo digo a mi equipo. Lo digo también por la ciudadanía. Los políticos tenemos que dar ejemplo, tenemos que ser ejemplares con lo que hacemos. En el caso de la conciliación no sólo son importantes las horas, sino evidenciar también que tenemos tareas de cuidados, que los políticos somos personas normales. Tengo una madre que vive a 600 kilómetros y casi nunca la puedo visitar, me gustaría verla más. Tengo una novia que me espera en casa todos los días, tengo compañeras con hijos. Y esto también lo tenemos que atender, es lo que le pasa a la ciudadanía normal. Creo que es importantísimo que hablemos y tomemos medidas. Vamos tardísimo. Tienes toda la razón en la crítica.

Aquí al lado está el barrio de Chueca, el gran emblema de la diversidad. Hace meses vimos aquella manifestación de neonazis, ¿le preocupa este clima de LGTBIfobia que parece acrecentarse?

Sí, mucho. Creo que hay que ponerlo en contexto, probablemente no sea una cosa masiva ni que esté creciendo. Pero luego, después de las palabras grandilocuentes, la realidad es que yo me pienso mucho con mi novia cuando me doy la mano o cuando nos hacemos muestras de cariño en público. Esa es la realidad. Por tanto, no sólo tiene que ver con que se manifiesten neonazis en Chueca diciendo que damos asco, sino que al final ha habido una reacción al avance de los derechos LGTBI que ha hecho que a veces se vuelvan a castigar cosas que estaban asumidas en nuestro país. España es el país de la cultura Almodóvar, de la Movida, del Destape, del amor libre. Las manifestaciones del Orgullo son siempre las más inmensas en todo el año, y son por el derecho a ser. Es impresionante. Eso atraviesa toda nuestra sociedad. Es lo que hay que poner en valor, pero mentiría si no te dijera que estamos preocupadas. En términos políticos y en términos de cómo las personas LGTBI no en todos los lugares te atreves a mostrarlo. Por eso es un acto público de primer nivel decirlo públicamente.

En toda la esfera internacional se ven corrientes negacionistas en temas de violencia machista o LGTBi. No es una cosa sólo de la extrema derecha española, de Donald Trump a Orban y el Gobierno polaco. ¿Qué está pasando? ¿Están organizados?

Sí, sí. Por supuesto. No es menor que el Gobierno de Putin tiene mucha relación con estos grupos de extrema derecha, que tienen como uno de sus principales ejes el odio al colectivo LGTBi y a las mujeres. Es una realidad. Pero no es la primera vez que sucede en la historia de nuestro planeta. El antifeminismo es un discurso político que se ha utilizado en otras ocasiones como en los noventa en EEUU para desactivar la capacidad que tenemos los demócratas de avanzar. El feminismo a día de hoy es uno de los vectores más democráticos que la política tiene. Es decir, somos más capaces de avanzar cuanto más feministas somos. Es normal que eso provoque más reacción, pero lo más importante es intentar señalar esos discursos y desmontarlos. Es cansado e injusto, pero hay que hacerlo. Con pedagogía, con paciencia, a veces más enfadadas, a veces menos. Tenemos derecho a que esto nos enfade porque está cuestionando nuestras propias vidas, pero hay que demontarlos. Y decir con rotundidad que no vamos a desaparecer las personas LGTBi, las mujeres. Cada vez hay menos gente que piensa que el hecho de que tengamos derechos sea malo. Son una minoría, pero ruidosa. Por eso hay que intentar desactivar sus discursos. Y eso pasa por hacer narrativas alternativas que permitan a la gente identificarse con lo que estamos defendiendo.

  Entrevista a Ángela RodríguezEVA VILLASANTE

Los datos de violencia machista son dramáticos. 

Oficialmente este año hay cinco mujeres asesinadas y cuatro huérfanos por violencia de género.

¿En qué falla la sociedad para que esto siga pasando?

Es la pregunta que más preocupa en este Ministerio. Cada vez que hay un asesinato nos atraviesa, pensamos qué podríamos estar haciendo que no estamos haciendo para llegar a tiempo. Además, uno de los problemas que tenemos es que hay veces que esas mujeres sí pidieron ayuda. 

¿Qué sucede?

Creo que las herramientas administrativas a veces están anquilosadas. Hay que intentar afinarlas lo máximo posible. En la violencia de género no puede haber errores nunca. No puede haber que de repente un policía meta mal un dato, que en un juzgado se quede una carpeta tirada, no puede pasar que un trabajador social no diga que a esta mujer hay que darle inmediatamente un recurso habitacional, no puede pasar que un político diga que la violencia no existe, no puede pasar que exista algún Gobierno autonómico que diga que esto no es lo más importante, no podemos permitirnos mercadear con derogar estas leyes. Esto traslada mensajes muy poderosos a la sociedad y hace que haya chavales jóvenes que dicen que la violencia no existe. Claro que existe. Y no desaparecen las cifras. Tenemos que ser muy rigurosos. Tenemos que seguir empujando, nunca hay buenas noticias de violencia machista. 

El 8-M es un día reivindicativo, pero también hay que decir lo que se ha hecho bien. ¿De qué se siente orgullosa de su país?

De que la huelga del 2018 consiguiera cambiar la conversación de este país. Era diputada, recuerdo esos días en el Congreso, hubo muchas asambleas. Había muchas dudas, por ejemplo, sobre si había que hacer huelga o no en el Congreso. Al final la hicimos, sólo la apoyó UP en aquel momento. Ese mes recuerdo a Pepa Bueno en Callao diciendo que las periodistas iban a la huelga, recuerdo los silencios en la Cadena Ser porque no había periodistas que pudieran hablar en ese momento, los hombres en los bares haciéndote cafés para que ese día no trabajaras, mi madre diciendo ‘hija cómo participo’… Fue tan importante que hizo que todo el país reflexionara sobre esto. A día de hoy ya no hay nada que se pueda pensar sin el feminismo. Esto me hace sentir muy orgullosa como ciudadana española. Pero, además, el hecho de que estemos a punto de aprobar una ley de libertad sexual, que nos devuelve la capacidad a las mujeres de vivir nuestra vida sexual como queramos, es importantísimo. Es lo que dice que somos ciudadanas de igual a igual, esto me hace ser patriota. Por qué no decirlo. Soy una patriota. Y soy una patriota porque soy feminista. 

Se echa de menos poder discutir con Carmen Calvo de feminismo a veces

¿Trabajan de manera más fluida aquí desde que no está Carmen Calvo en Moncloa?

Carmen Calvo es una mujer a la que todas las feministas de este país respetamos profundamente. Y creo que tenemos que agradecerle muchas cosas a la vicepresidenta. Se echa de menos poder discutir con ella de feminismo a veces. Carmen tiene una posición en el feminismo que es diferente a la nuestra, ella y otras compañeras, y agradezco siempre el debate. Me interesa mucho pensar en el ordenamiento jurídico desde el feminismo, a Carmen también. Es una mujer muy inteligente y siempre que haya debate es bueno.

¿Cuáles son las mujeres referentes para usted en el feminismo?

Tengo muchas. Hay una escritora que me marcó mucho, Roxane Gay, que escribió Hambre. Habla de cómo ella no dejaba de comer para intentar protegerse de no seguir sufriendo agresiones sexuales. Me hizo entender muchas cosas de mí misma. Probablemente sea uno de los mejores referentes. Aprecio mucho a las mujeres que piensan el Estado desde el feminismo. Irene Montero, Yolanda Díaz o Ione Belarra son ejemplos de eso, pero también ha habido otras mujeres muy interesantes como María Teresa Fernández de la Vega. Ha habido muchas políticas que han intentado hacer feminismo pensando en el Estado. Y también Justa Montero.