Villarejo: "Debo ser el único idiota de este país en denunciar al director del CNI"

Villarejo: "Debo ser el único idiota de este país en denunciar al director del CNI"

Arranca el juicio contra el excomisario por denunciar Sanz Roldán amenazó a la examiga del rey emérito, Corinna Larsen, para que callara sobre su relación.

El juzgado de lo Penal número 8 de Madrid ha dado inicio este viernes al primer juicio del excomisario José Manuel Villarejo como acusado por calumnias al exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, en el que está previsto que declare como testigo la empresaria Corinna Larsen. La Fiscalía pide para él dos años de prisión, menos tiempo del que lleva en preventiva.

Sí, el antiguo uniformado se ha sentado en el banquillo no por alguna de las innumerables piezas que se han ido abriendo en la Audiencia Nacional a partir de los audios intervenidos en su domicilio y con los que políticos y empresas querían investigar a sus competidores, sino por supuestamente decir lo que no era verdad. Tras cuatro anulaciones, hoy era el día.

El delito de denuncia falsa se basa en la que el propio Villarejo puso en 1 de junio del 2017 contra Sanz Roldán y un periodista de El País por un artículo. Argumentaba que la fotografía que ilustraba la información había sido obtenida en una operación antiterrorista en la que él había participado como agente encubierto. En ella se le veía bajando de un avión en el aeropuerto de Melilla.

Sostenía que le había sido proporcionada al periódico con el conocimiento y autorización de Sanz Roldán, lo que sería constitutivo de un delito de descubrimiento y revelación de secretos y colaboración con actividades de organizaciones terroristas. La denuncia se rechazó y acabó siendo él el denunciado, tanto por la Fiscalía como por la Abogacía del Estado.

La Fiscalía también le acusa de un delito de calumnias en relación con una entrevista que se emitió el 5 de junio de 2017 en el programa Salvados (La Sexta), donde Villarejo “manifestó que Sanz Roldán había amenazado de muerte a Corinna zu Sayn-Wittgenstein siendo consciente de que no era cierto”. Corinna, ahora Larsen tras su divorcio, la examante del rey Juan Carlos. En una declaración jurada ante notario, la alemana acusó a Sanz Roldán de estar detrás de una “campaña” en su contra y de amenazarla personalmente en un hotel del Reino Unido en el año 2012, después de que don Juan Carlos tuviera el accidente en Botsuana.

El “idiota” que denuncia al CNI

A poco de comenzar su declaración, Villajero ha dicho tajante: “Debo ser el único idiota de este país en denunciar al director del CNI”. Todo este lío judicial lo achaca a la animadversión personal de Roldán hacia “su persona” y a su valentía, dice, por señalar lo que no se hacía bien en la casa de los espías españoles. “Soy el más vilipendiado por eso (...), nunca se ha hablado de presunción de inocencia, vamos, condenado de antemano”, añade.

“Me han robado todo, me han quitado todo, pero no mi convencimiento de que tiene que haber justicia en este país”, ha dicho en otro momento, tras quejarse de que tiene las comunicaciones intervenidas, hasta los encuentros con su pareja, y hay dudas, insiste, sobre el respeto a su defensa. “A lo mejor es que hay un miedo atroz a lo que yo pueda decir algún día”, concluye.

Con mascarilla negra estampada con la bandera española, camisa blanca y chaqueta negra, Villarejo, entrando ya en materia, ha dicho que el CNI puso los medios para grabar el encuentro que mantuvo con Corinna Larsen en la casa de ella en Londres, en el que la empresaria le reconoció que estaba “aterrada” y amenaza de muerte por los servicios secretos españoles.

El comisario jubilado ha explicado que se acercó a Larsen con intención de ganársela. “Intenté convencerla, seducirla, engañarla, ganarme su confianza, lo que era mi trabajo”, ha dicho durante una declaración en la que ha manifestado que se reunió “en muchas ocasiones con ella” y le ha mantenido el título de “princesa” en varias ocasiones.

Cuando ya terminaba su comparecencia, y respondía a las palabras de su abogado, José García Cabrera, Villarejo ha insistido en que siempre ha tenido interés en proteger los intereses institucionales. “No me arrepiento en absoluto de lo que he hecho, aunque lleve casi cuatro años preso”, ha mantenido para subrayar después que había sido un “honor” servir a los gobiernos de PP y PSOE.

A lo mejor es que hay un miedo atroz a lo que yo pueda decir algún día
José Manuel Villarejo

Sobre la foto denunciada, dice que señaló Sanz Roldán porque entendía de una “gravedad inusitada” que hubiera filtrado a la prensa una fotografía en la que aparecía él en Melilla en una operación antiterrorista. Una foto que, según él, ”única y exclusivamente” podía tener el CNI. “Me pareció absolutamente aberrante que se filtrara esa foto y le mandé un correo personal a Sanz Roldán pidiendo explicaciones porque me parecía una locura lo que había hecho”, ha enfatizado, en respuesta a las preguntas del fiscal. “Con la madre y con la patria, con razón o sin ella”: así defiende Villarejo su “patriotismo” al dar este paso.

“No quería injuriar, mi ánimo era definitorio (...). Yo soy el primero que me fío del CNI (...), quería decirle que a mí no me asusta. En la vida uno tiene que vestirse por los pies”, ha señalado, defendiéndose de las acusaciones del general.

Al comienzo de la vista, el letrado del excomisario ha pedido al juez que sea el propio acusado quien interrogue a Sanz Roldán, en su condición de abogado, máxime cuando los problemas de comunicaciones derivados de la tormenta Filomena han impedido que hayan podido preparar la defensa durante más de 15 minutos. “No es procedente lo que se solicita”, le ha confirmado.

Villarejo, que dice que está “muy fastidiado físicamente”, ha sido trasladado desde la prisión de Estremera (Madrid) hasta los juzgados de lo penal de la capital, a los que ha llegado puntual, en torno a las 9.20 horas, y ha sido enviado de seguido a los calabozos, donde ha aguardado al inicio de la vista, informan a Efe fuentes jurídicas.

Corinna se sintió amenazada por Juan Carlos I

Uno de los asuntos que más expectación generaba de este juicio es la declaración como testigo de quien fuese amiga del rey emérito, que ha entrado por videoconferencia desde Londres. La alemana, de negro y muy sobria, ha elegido la “promesa” de decir la verdad sobre el juramento y declarar en inglés, aunque habla español con un buen nivel.

Ha confirmado que en la primavera de 2012 se sintió amenazada “como ciudadana, como persona normal y mujer” cuando sus oficinas y su apartamento en Mónaco fueron ocupados por una empresa de seguridad contratada por los servicios de inteligencia españoles. Pidió explicaciones al hoy exmonarca, que le dijo que se trataba de una operación para protegerla de los paparazzi. Ya entonces, su relación sonaba y empezaba a estar en la diana de los medios.

Corinna ha narrado que recibió un mensaje de texto avisando de que su casa de Mónaco estaba siendo ocupada. Llamó al ahora emerito y le dijo que Sanz estaba llevando a cabo una operación para “asegurarse” de que la protegían. Ella no había autorizado esa operación, “no veía razón para ella” y no iba a estar presente esos días así que, pese al supuesto buen propósito, se molestó. Y más. Según su relato, agentes españoles “entraban y salían” constantemente de su casa y oficinas de Mónaco. “Estaba aterrorizada. No entendía el motivo”, ha detallado.

Durante la declaración (bastante ralentizada al precisar la intervención de intérpretes: había tres y al final se han quedado con uno por agilizar, pero ha habido quejas con varias traducciones por parte de la interrogada), el abogado del excomisario, le ha preguntado si había tenido la sensación de ser “una ciudadana amenazada por un jefe de estado y de los servicios secretos y si eso le hizo sentir miedo”, a lo que la empresaria de origen alemán ha contestado afirmativamente.

Siempre querían hacer constar que el señor Sanz Roldán recibía los órdenes de Juan Carlos I, que las recibía desde arriba
Corinna Larsen

“Sí, estaba decididamente muy asustada. No entendía el motivo y no se me proporcionó una explicación adecuada como ciudadana, a una persona normal, una mujer que se encuentra enfrentada con unas personas tan poderosas en territorio extranjero”, ha contestado a la pregunta, calificando de “ilegal” la ocupación de sus oficinas y vivienda.

También ha confirmado su encuentro personal con el ex responsable del CNI en mayo de ese año, quien se trasladó expresamente a Londres para ello según le informó el propio Juan Carlos I, y a lo que no podía negarse. “Siempre querían hacer constar que el señor Sanz Roldán recibía los órdenes de Juan Carlos I, que las recibía desde arriba”, ha dicho. “No me dio opción de rechazar esa reunión”, abunda. “El hecho de que el jefe de la inteligencia española se desplazara Reino Unido para verla ya le parecía “bastante escalofriante”, insiste.

“Denunciar a Roldán, sería denunciar al rey Juan Carlos por estar dando las órdenes. Al tener inmunidad diplomática y el rey estar protegido por la ley no tendría consecuencia y no podría garantizar mi seguridad”, ha repetido.

Corinna confirma que encontró en su casa familiar en Suiza un libro sobre la muerte de Lady Di y recibió una llamada diciendo que había “muchos túneles” en Londres, en Niza o en Mónaco y que lo que le decía supuestamente Sanz, que tanto miedo le daba, eran “instrucciones”. Si no las seguía, ”él no iba a poder asegurar mi seguridad física ni la de mis hijos”, le decía.

La empresaria, así, se ha ratificado en todo lo que contó en diversas entrevistas a la BBC y a OK Diario, antes de esta jornada en la Audiencia Nacional.

  Corinna Larsen, llegando a los juzgados de Londres.AGENCIA EFE

Sanz lo niega todo

Félix Sanz Roldán, por su parte, ha negado las acusaciones lanzadas por Villarejo y Larsen y ha repetido, insistente, que el policía no cooperó con la casa de los espías. Ha comenzado diciendo que nunca he tenido relación con el excomisario, al que ha visto hoy en los juzgados “por primera vez”.

Sobre la denuncia por la foto, sostiene que ver a Villarejo en Salvados le hizo pensar en “los más de 3.000 hombres y mujeres” del CNI que no podían defenderse de sus acusaciones de tratar de torpedear una operación. “Como quiero seguir mirando a la cara a mis subordinados, lo puse en manos de la justicia”, ha explicado. Tampoco había visto antes la fotografía publicada en El País, de la que, según él, no se deduce nada, “salvo que dos personas se bajan de un avión”.

“El CNI es uno de los servicios secretos más serios del mundo y no hace esas cosas”, ha enfatizado en un par de ocasiones, tanto al hablar de la polémica de Melilla como de la amiga del rey.

Interpelado precisamente sobre su reunión con Corinna en Londres, en la que ella asegura que se vertieron las amenazas, no aclara el objetivo de la cita. “No puedo hacer ninguna alusión sin caer en lo previsto en la ley reguladora del CNI”, se ha escudado. Una fórmula, la de la norma, que ha usado en varias ocasiones más para no responder con claridad a las preguntas.

“Yo ni lo hice ni hubiera podido tener ese ánimo”, se ha defendido Sanz sobre las supuestas amenazas a Corinna, ante la insistencia del interrogatorio. “Jamás, jamás” ha amenazado a una mujer y a un niño, repetía, cada vez en un tono más enfadado. Sí ha confirmado que estuvo en Londres en mayo de 2012, de cuando data el encuentro. “Es público”, dice.

Había dudas de por qué denunció a Villarejo pero no a Corinna, si los dos estaban, a su juicio, diciendo falsedades, pero ha dado a entender que lo ha hecho para no iniciar un proceso en el extranjero. “Lo que me preocupa es lo que pasa aquí. Aquí han dicho que abortamos una operación antiterrorista y que he amenazado a una mujer y a su hijo. Pido amparo aquí, no en Londres”, ha indicado, tras reconocer que le parece “muy mal” que se le acuse de amedrentar a nadie.

No se le ha consultado sobre si las presiones que supuestamente ejerció vinieron directamente señaladas desde La Zarzuela, como ha dicho Larsen.