Así es Arancha González Laya, la nueva ministra de Exteriores

Así es Arancha González Laya, la nueva ministra de Exteriores

Jurista, es la actual directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, cargo en el que lleva desde 2013 por orden del secretario general de la ONU

Arancha González Laya, en un acto del World Economic Forum.WEF / IE

Pedro Sánchez ha dado la sorpresa de su alineación de ministros con la nueva titular de Exteriores y Unión Europea, Arancha González Laya, un nombre que no había salido en las quinielas más populares. El círculo del presidente había filtrado ya esta mañana que se iba a reforzar el enfoque económico de esta cartera y, visto el perfil de la elegida, queda clara la apuesta.

Criada en Tolosa (Navarra), aunque nacida en San Sebastián en 1969, es jurista y actualmente ocupaba el cargo de directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, la agencia de desarrollo conjunta con las Naciones Unidas y la Organización Mundial de Comercio. Fue asignada en este puesto directamente por el secretario general de Naciones Unidas en agosto de 2013. No milita en el PSOE, es independiente y su perfil es técnico.

González, titulada en Derecho por la Universidad de Navarra, posee además un postgrado en Derecho Europeo por la Universidad Carlos III de Madrid. Empezó su carrera en el sector privado, como asociada en el despacho de abogados alemán Bruckhaus Westrick Stegemann en Bruselas (Bélgica), asesorando a empresas en derecho de competencia, comercio y ayudas de estado.

Entre 2002 y 2005, fue portavoz de comercio para la Comisión Europea y asesora del Comisario de Comercio. Desempeñó diversas funciones en la Comisión Europea en las áreas de comercio internacional y relaciones exteriores, incluyendo negociaciones sobre acuerdos comerciales con Mercosur, Irán, el Consejo de Cooperación del Golfo, los Balcanes, y países mediterráneos. También apoyó a países en desarrollo a acceder el mercado europeo.

González, sucesora ahora de Josep Borrell, fue jefa de gabinete de Pascal Lamy durante su mandato como Director General de la Organización Mundial de Comercio entre 2005 y 2013. Durante ese periodo contribuyó de manera decisiva al lanzamiento de la iniciativa de la OMC Ayuda para el Comercio, así como al Marco Integrado Reforzado, una asociación entre diversas organizaciones internacionales cuyo objetivo es ayudar a los países más pobres del mundo a mejorar su incorporación en el comercio internacional. También ue la representante (o sherpa) del Director-General de la OMC en el G-20 entre 2008 y 2013.

Durante su mandato al frente del Centro de Comercio Internacional (CCI), González ha impulsado el comercio sostenible. En 2014, González inauguró el primer Foro de Comercio Sostenible del CCI reuniendo actores públicos y privados para desarrollar soluciones que aseguren una mayor coherencia entre el comercio y el cambio climático.

Y claramente feminista

La nueva ministra ha impulsado el empoderamiento económico de la mujer como uno de los ejes centrales de las acciones en el CCI. En 2015 lanzó la iniciativa SheTrades Initiative, con el objetivo de conectar a tres millones de empresarias con los diferentes mercados para el 2021.

También la adopción de la Declaración de Buenos Aires sobre Mujeres y Comercio durante la undécima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio en Buenos Aires, Argentina en diciembre del 2017. En 2019, González co-editó el libro Women Shaping Global Economic Governance, una colección de ensayos de 28 mujeres líderes en el campo de la gobernanza económica.

Preside además el Consejo Global de Campeones por la Igualdad de Género (International Gender Champions) y co-preside el Consejo sobre el Futuro del Comercio y de la Inversion del World Economic Forum (WEF).

Según la información facilitada por La Moncloa, habla euskera, inglés, francés, alemán e italiano. “Estudiante aplicada, cabezota y muy constante”, dice El País, abandonó joven su casa, y desde los 23 años vive en el extranjero (los últimos en Ginebra).

Preguntada por qué cambiaría de España, citaba acabar “con la cultura del pelotazo” y con la corrupción, y “promover el sentimiento del bien común”.