Asúmelo ya: no vas a cobrar pensión

Asúmelo ya: no vas a cobrar pensión

Si tienes menos de 40 años, ve haciéndote a la idea...

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Por Miguel Camiña, cofundador de Micappital:

La sombra de un futuro escenario de jubilación en el que, después de toda una vida trabajando y cotizando a la Seguridad Social, no exista pensión alguna que cobrar, lleva tiempo planeando sobre nuestras cabezas. Sin embargo, aunque incluso las autoridades económicas animan a los ciudadanos a apostar por el ahorro privado en previsión de lo que pueda pasar, de momento nadie quiere dar el paso de asegurarlo con total certeza. 

En Micappital, tras realizar un análisis en profundidad, estamos en condiciones de afirmarlo. Si tienes menos de 40 años, ve haciéndote a la idea: no vas a cobrar pensión. Y no se trata de asustar ni de entrar en dramatismos, sino de anticipar una realidad que sí o sí se va a producir, y es importante tenerlo claro cuanto antes para poder tomar medidas. 

El cálculo en que sustenta nuestra afirmación es bien sencillo. El primer dato objetivo es que la pirámide de población en España se invierte cada vez más y la esperanza de vida es cada vez mayor. Por tanto, son cada vez más los ciudadanos que llegan a la edad de cobrar pensión y cada vez la cobran durante más años, mientras el número de trabajadores cotizantes que aportan al sistema nacional de pensiones no crece a la misma velocidad. 

En realidad, nuestras aportaciones a la Seguridad Social no son una hucha para nuestra propia jubilación, sino efectivo para que el Estado pague las pensiones a los jubilados de hoy. Pero, ¿quién pagará tu pensión de mañana?

Actualmente el sistema no se sostiene, el importe global que representan las pensiones es superior a los ingresos globales por cotización de los trabajadores. En 2018 el desfase era de 19.500 millones de euros, y para este año se prevé que la cifra aumente hasta rozar los 22.000 millones. Es decir, la Seguridad Social necesitaría ingresar 22.000 millones de euros más para pagar todo lo que tienen que cobrar hoy los pensionistas. 

Las previsiones apuntan que hacia 2050 habrá tan sólo un cotizante por pensionista, pero si hoy día cada trabajador contribuye al sistema de pensiones con un 28,3% de sueldo bruto, ¿cómo podría ese jubilado subsistir con esa cantidad, teniendo en cuenta los niveles salariales que hay en España?

¿Vivir con un 45% de tu sueldo?

La pensión se calcula con la tasa de reemplazo, es decir, el porcentaje respecto al último sueldo cobrado antes de jubilarnos. En España se sitúa en el 80%, aproximadamente. Por tanto, si tu último sueldo fuera de 2.500 euros tu pensión sería de unos 2.000 euros. No está nada mal, es una de las más altas de la Unión Europea, donde la media es del 50%; es decir, su pensión es la mitad del último sueldo que cobraron. Sin embargo, se estima que en 2050 la tasa de reemplazo en nuestro país habrá caído hasta el 45%, lo que quiero decir que para ese mismo último sueldo cobraríamos 1.125 euros en el mejor de los casos.

La gran diferencia es que en Europa esto no supone un problema social, mientras que en España puede derivar en una profunda crisis económica y social. ¿Por qué? Porque los europeos en general están acostumbrados a llevar un ahorro privado para financiar su jubilación, entienden su pensión pública como un pequeño complemento a la hucha que han ido construyendo año a año de forma privada. Pero aquí tradicionalmente no hemos tenidos esa cultura, carecemos de una educación financiera generalizada que nos haga verlo con esa perspectiva y considerarlo una necesidad. 

Sin embargo, con las perspectivas mencionadas conviene empezar a pensar cuanto antes en tomar medidas para acompasar nuestra cultura financiera a la de nuestros vecinos europeos y así poder alcanzar nuestro merecido descanso laboral con la tranquilidad económica que todos deseamos.

Consejos para una jubilación sin sobresaltos

  • Empieza a ahorrar cuanto antes. El tiempo es tu mejor aliado, cuanto antes empieces, menor será el esfuerzo a realizar.
  • No importa el importe, sino la constancia. Empieza con una cantidad pequeña que no afecte a tu día a día: 50 euros, 100, 200… Lo importante es hacerlo todos los meses de forma automatizada.
  • Pon a trabajar esos ahorros. El dinero parado pierde valor, la inflación es uno de los grandes enemigos de los ahorradores. Da el paso y conviértete en un pequeño inversor para obtener la máxima rentabilidad de una parte de esos ahorros. Hoy día, fintechs de asesoramiento financiero como la nuestra te ayudan a iniciar ese camino desde una cantidad mínima de 1.000 euros.
  • Diversifica. No apuestes, invierte. No pongas todos los huevos en la misma cesta. Cuidado con el marketing de las entidades financieras, todas te van a querer convencer de que su producto es el mejor, y lo mejor es creerlas a medias. Hay productos de inversión muy buenos en el mercado, pero nadie es adivino; lo importante es que cuando no acierten unos, lo hagan otros. La diversificación es la clave del éxito. 
  • Déjate asesorar. En las inversiones a largo plazo hay que estar pendiente del comportamiento de los productos de inversión, que va modificándose con el paso del tiempo. Si tú no te sientes preparado para tomar decisiones, tu asesor te dará las claves para ir haciendo los cambios necesarios en tu cartera.
  • No te dejes influir por el corto plazo. Lo que pase en un mes, o en un año, poco influye en el resultado final de una inversión de 20 o 30 años. Mira siempre al futuro y no te estreses cuando haya bajadas, que las habrá. Esto es una carrera de fondo, no un sprint. Este es el punto más complejo y donde la gran mayoría de inversores se equivoca.
  • No intentes arreglar todo en los últimos años. Si tu jubilación ya está cerca, ten cuidado con dónde y cómo arriesgas tus ahorros, pues no tienes tiempo para asumir muchos riesgos. No intentes acelerar el proceso de una inversión asumiendo un riesgo del que no puedas reponerte.

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