Cachondeo con los libros que aparecen detrás de Boris Johnson en este acto oficial

Cachondeo con los libros que aparecen detrás de Boris Johnson en este acto oficial

Aunque algunos pensaban que fue un troleo dirigido al primer ministro, no es así.

Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, acudió este miércoles al Instituto Castle Rock de Leicestershire para hablar sobre el asunto que ahora mismo preocupa a todos los gobiernos del mundo: la vuelta al colegio en plena pandemia de coronavirus.

Al bueno de Johnson le prepararon el atril con el emblema del Gobierno británico junto a la librería de la escuela y allí que fue él, a dar su discurso.

Pero el escritor, actor y director Nicholas Pegg se fijó en un detalle: los libros que había tras Johnson: La daga, Fahrenheit 451, Traicionados, La Resistencia, Recuento de bajas, Crisis, Piedras a tu tejado, Los Cretinos... Y hasta Éxodo, que el propio Pegg no conseguía identificar.

Algunos de estos títulos no dejan lugar a la interpretación y otros requieren más explicación. Como Éxodo, una distopía en la que el cambio climático ha provocado el aumento del nivel del mar y los protagonistas son migrantes que buscan refugio en barco. O Fahrenheit 451, otra distopía sobre una sociedad en la que los libros están prohibidos.

La imagen se ha hecho viral y muchos han pensado en el ingenio del responsable de la biblioteca que colocó los ejemplares de tal modo que mandaran un claro mensaje político sobre Johnson.

Pero nada más lejos de la realidad, según informa la edición británica del HuffPost, que se ha puesto en contacto con el instituto donde dio el discurso el primer ministro.

Todo fue fruto de la casualidad ya que los libros llevaban puestos de esa manera desde hace seis meses.

¿Entonces no era ningún mensaje? Sí, pero no para Jonshon, sino para el equipo directivo de la escuela. La responsable fue la anterior bibliotecaria, que dejó así los libros en el mes de febrero y que, al ver el revuelo provocado por lo que hizo, reconoce sentirse “un poco culpable” por lo que le ha pasado al primer ministro británico.

La mujer, que ha preferido mantenerse en el anonimato, dice que no tuvo más remedio que dejar el puesto por la falta de apoyo de la dirección del centro. “Por eso decidí dejarles un mensaje durante mi última semana. Evidentemente no se enteraron nunca y por eso no lo tocaron durante seis meses”.