Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, acudió este miércoles al Instituto Castle Rock de Leicestershire para hablar sobre el asunto que ahora mismo preocupa a todos los gobiernos del mundo: la vuelta al colegio en plena pandemia de coronavirus.
Al bueno de Johnson le prepararon el atril con el emblema del Gobierno británico junto a la librería de la escuela y allí que fue él, a dar su discurso.
Can anyone identify the fifth book along on the top shelf? Because apart from that one, top shelf from left to right goes: The Subtle Knife, Fahrenheit 451, Betrayed, The Resistance, The Toll, Crisis Point, Glass Houses, and The Twits. Supreme trolling from the school librarian. pic.twitter.com/z0I2vJValB
Algunos de estos títulos no dejan lugar a la interpretación y otros requieren más explicación. Como Éxodo, una distopía en la que el cambio climático ha provocado el aumento del nivel del mar y los protagonistas son migrantes que buscan refugio en barco. O Fahrenheit 451, otra distopía sobre una sociedad en la que los libros están prohibidos.
La imagen se ha hecho viral y muchos han pensado en el ingenio del responsable de la biblioteca que colocó los ejemplares de tal modo que mandaran un claro mensaje político sobre Johnson.
Vivan los bibliotecarios.
Los libros tras Johnson: La daga sutil (gobierno apoya conspiración en la que mueren niños); Fahrenheit 451; "Traicionados"; "La Resistencia"; "Recuento de bajas"; "Crisis"; "Piedras a tu tejado"; Los Cretinos"; "Éxodo" (distopia, calentamiento global) https://t.co/m5aMul99pK
Todo fue fruto de la casualidad ya que los libros llevaban puestos de esa manera desde hace seis meses.
¿Entonces no era ningún mensaje? Sí, pero no para Jonshon, sino para el equipo directivo de la escuela. La responsable fue la anterior bibliotecaria, que dejó así los libros en el mes de febrero y que, al ver el revuelo provocado por lo que hizo, reconoce sentirse “un poco culpable” por lo que le ha pasado al primer ministro británico.
La mujer, que ha preferido mantenerse en el anonimato, dice que no tuvo más remedio que dejar el puesto por la falta de apoyo de la dirección del centro. “Por eso decidí dejarles un mensaje durante mi última semana. Evidentemente no se enteraron nunca y por eso no lo tocaron durante seis meses”.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.