Borrell, a examen en la Eurocámara para volver a Bruselas entre disputas partidistas

Borrell, a examen en la Eurocámara para volver a Bruselas entre disputas partidistas

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones se ha enfrentado este lunes a una audiencia pública para convertirse en el próximo Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE y vicepresidente de la CE.

Josep BorrellREUTERS

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, se ha enfrentado este lunes ante la Eurocámara a una audiencia pública en la que los eurodiputados evalúan su idoneidad para convertirse en el próximo Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE y vicepresidente de la próxima Comisión Europea, que tomará posesión el 1 de noviembre.

El candidato ha asegurado que cuando asuma este puesto su tarea no será “pronunciarse sobre los problemas internos” de cada uno de los Estados miembros. “No voy a decir nada sobre un problema interno de un país, aunque sea el mío”, ha dicho Borrell durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara, a preguntas del popular español Antonio López-Istúriz.

Los primeros retos

El socialista ha presentado entre sus prioridades para el cargo “restaurar” las relaciones con Estados Unidos. Para él es básico “restaurar las relaciones transatlánticas, como discutí en Nueva York recientemente con el secretario de Estado (de EEUU, Mike) Pompeo, la última vez que nos reunimos”, dijo en inglés ante la Comisión de Exteriores de la Eurocámara.

Además, Borrell mencionó también como prioridades su compromiso con las reformas y los procesos de integración de los Balcanes occidentales, apoyar la democracia y la integridad territorial de Ucrania, afrontar los retos de la vecindad sur, desarrollar una nueva estrategia integral para África, elaborar una estrategia política con Asia y reforzar la cooperación con América Latina.

“Me siento feliz de estar de vuelta en el Parlamento Europeo, honrado y humilde”, dijo ante la institución que presidió entre 2004 y 2007.

Borrell presentó sus propuestas para su nuevo cargo como jefe de la diplomacia comunitaria y vicepresidente de la Comisión Europea desde un punto de vista “conceptual” más que “geográfico”. En ese contexto, aludió además a las guerras comerciales, el cambio climático, las guerras híbridas o “el problema de los refugiados”.

“El orden internacional se ha visto puesto en tela de juicio por una política que es mucho más sensible, más impredecible y propensa a los conflictos”, comentó.

De hablar de “incertidumbre” sobre las relaciones con Washington, Borrell aludió a China como “un rival sistémico pero al mismo tiempo un socio económico para numerosas cuestiones”, y a Latinoamérica como un “aliado” para el multilateralismo. Sobre EEUU y China, pidió que la UE no acabe “encajonada entre estas dos superpotencias”. “Somos y seguiremos siendo aliados de EEUU, aliados fuertes”, dijo, al tiempo que reconoció que el “unilateralismo” de Washington arroja dudas.

Borrell aludió asimismo en su intervención ante los eurodiputados al “papel vital” del Parlamento Europeo en la Política Exterior de la Unión, y garantizó que será “informado, consultado y tenido en cuenta”.

“Una fuerte Política Exterior requiere un fuerte apoyo democrático”, concluyó.

El choque con Venezuela y Cuba

Borrellk defendió también a los contactos emprendidos por la Unión Europea con Cuba pese a la “falta de libertades democráticas básicas” en ese país, y respaldó las sanciones selectivas aplicadas contra autoridades venezolanas.

Durante la audiencia, rechazó no obstante sanciones “que puedan afectar aún más al pueblo venezolano”, que atraviesa una “terrible” situación humanitaria. “No apoyaremos sanciones colectivas”, aseguró, ya que “cualquier cosa que les impida tener un poco menos de comida o de medicinas, no es algo que se pueda aceptar”.

En cambio, Borrell defendió la imposición de sanciones individuales contra personalidades que tengan cargos de responsabilidad, y recordó que España fue el país que promovió recientemente la aplicación de medidas restrictivas contra siete personas acusadas de torturar y matar a un oficial de la Marina venezolana.

Señaló que la UE trabaja por “conseguir la única solución posible, que es una solución negociada entre venezolanos que permita una salida democrática” a la crisis que vive el país, a la vez que pidió “voluntad de negociación para que se celebren las elecciones presidenciales”.

“No apoyaremos sanciones colectivas en Venezuela (...), cualquier cosa que les impida tener un poco menos de comida o de medicinas, no es algo que se pueda aceptar

Sobre Cuba, recordó que en la UE ya hubo medidas de aislamiento al país que no tuvieron “ningún” resultado y que concluyeron cuando la unilateral “posición común” dio paso al primer acuerdo bilateral entre la Unión y la isla.

En ese nuevo contexto, dijo que “por Cuba se ha pasado hasta el papa, y (el entonces presidente de EEUU Barack) Obama y el presidente de la República francesa”. “El único que no ha ido todavía es el jefe de Estado de España, pero todos los demás han pasado por allí”, afirmó.

Según Borrell, Cuba es un país en el que “faltan las libertades democráticas básicas que nosotros ambicionamos para nosotros mismos y para los pueblos amigos”. Pero agregó: “Es mejor una política de contacto, que permita establecer relaciones pueblo a pueblo y gobierno a gobierno, que no un aislamiento que ya sabemos que no ha conducido a nada”.“Al menos, en Cuba no hay condenas a muerte, y tampoco las aplican por crucifixión”, concluyó.

El popular Antonio López-Istúriz le insistió especialmente con este tema, como con el papel del nacionalismo y el populismo en los países miembros y los candidatos. También Hermann Tertsch se ha referido a esta cuestión, provocando un choque dialéctico con el ministro socialista.

El ministro español ha corroborado también, en otro orden de cosas, que repatriará a los presuntos yihadistas en Siria, conocidos como combatientes extranjeros, que sean de nacionalidad española.“Tenemos unos cuantos en España y los vamos a repatriar, creemos que un ciudadano español es un ciudadano español y tiene derecho a ser protegido como tal, y si tiene cuentas con la justicia se las pediremos aquí”, ha dicho en respuesta a una pregunta del diputado francés Thierry Mariani.

Niega la mayor

Uno de los momentos más tensos de la jornada ha sido cuando Borrell ha rechazado todo uso de información privilegiada para la venta de unas acciones cuando era consejero de la compañía Abengoa. “Siempre he rechazado que haya hecho uso de ninguna clase de información privilegiada”, indicó Borrell a una pregunta de la eurodiputada popular letona Sandra Kalniete sobre la venta de las acciones.

Borrell reconoció que fue objeto en España de una sanción por esa transacción, pero aclaró que se trataba de “una operación por 9.000 euros, que era el 7 % de mi cartera de acciones”, y que mantuvo el resto “hasta que perdió completamente su valor, soportando pérdidas de 300.000 euros”. ”¿Cree usted que alguien que tiene información privilegiada se limita a utilizarla para vender sólo el 7 % de su cartera, y asume perder el 93 % restante?”, comentó Borrell, que reconoció, no obstante, que aquella operación se produjo “en un momento inapropiado”.

Sé que ha sido motivo de gran preocupación en la comisión jurídica que yo tenga 12.000 euros en acciones de Iberdrola. Créanme, si tanto les preocupa, mañana voy a dar orden de que se vendan. Francamente, no creo que eso sea ningún problema de ninguna clase, pero si cree que lo es, mañana lo voy a zanjar definitivamente

Preguntado de nuevo más adelante sobre sus operaciones bursátiles, Borrell anunció que venderá un paquete de 12.000 euros en acciones de Iberdrola que parece preocupa a los europarlamentarios.

“Sé que ha sido motivo de gran preocupación en la comisión jurídica que yo tenga 12.000 euros en acciones de Iberdrola. Créanme, si tanto les preocupa, mañana voy a dar orden de que se vendan. Francamente, no creo que eso sea ningún problema de ninguna clase, pero si cree que lo es, mañana lo voy a zanjar definitivamente”, señaló.

Hasta su última declaración

Borrell se sometió durante tres horas a una audiencia ante la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, que deberá respaldar al conjunto del Ejecutivo comunitario, y en la que los eurodiputados le preguntaron sobre varias declaraciones suyas que han causado polémica en el pasado.

La primera, relativa a una intervención en un foro organizado a finales de 2018 por la Universidad Complutense de Madrid sobre el futuro de Europa, donde Borrell argumentó que Estados Unidos tiene mayor nivel de integración política por dos motivos principales que no se dan en Europa. De entrada, porque todos tienen el mismo idioma y, el segundo, dijo, “porque tienen muy poca historia detrás. Nacieron a la independencia prácticamente sin historia, lo único que habían hecho era matar a cuatro indios, pero aparte de eso... fue muy fácil”. Borrell recordó ante la comisión parlamentaria que ya pidió disculpas a propósito de esa cita.

“Fue una expresión desafortunada a través de la cual quería simplemente decir que los Estados Unidos de Europa nunca serán como los Estados Unidos de América porque tenemos una historia demasiado grande de enfrentamiento entre nosotros”, indicó.

Borrell contestó también a otra pregunta acerca de su posición sobre la venta de armas a un país con problemas con los derechos humanos como Arabia Saudí y al hecho de que España haya efectuado alguna de esas transacciones, asunto sobre el que dijo: “no vengo a dar cuenta de la política de mi país”. Como referencia, contestó que España “cumplió con los compromisos adquiridos” del anterior gobierno, pero desde el Ejecutivo del que forma parte “no se ha autorizado ninguna nueva venta de armas a Arabia saudí”.

Los eurodiputados cuestionaron a Borrell por el roce con Moscú tras haber calificado a Rusia de “viejo enemigo” y de “amenaza” el pasado 23 de mayo en una entrevista, declaraciones que provocaron que el embajador español en Rusia, Fernando Valderrama, fuera citado al Ministerio de Asuntos Exteriores en Moscú.

El político catalán respondió a los eurodiputados que en aquella entrevista no calificó a Rusia de enemigo, sino que quiso subrayar que existen nuevas amenazas que vienen del este.

”¿Es o no es cierto que en el este aparecen nuevas amenazas? Y si no es cierto, ¿qué hacen allí nuestros aviones de combate F-18 y nuestros carros de combate Leopard del Ejército español desplegados en Estonia y en Lituania? ¿Han ido allí a tomar café o han ido porque existe una amenaza?”, preguntó retóricamente Borrell.