La necesaria petición de una cajera de supermercado tras la "histeria, surrealismo y miedo" por el coronavirus

La necesaria petición de una cajera de supermercado tras la "histeria, surrealismo y miedo" por el coronavirus

“Es indescriptible. No sé cómo transmitiros lo que sentimos los trabajadores de supermercado”.

Imagen de archivo de un supermercado.Juanmonino via Getty Images

Las colas y la histeria han sido la tónica dominante estos últimos días en los supermercados de toda España. Productos arrasados, como el papel higiénico o el gel desinfectante, aglomeraciones y carros cargados hasta los topes han sido el panorama más habitual.

El personal de caja, reponedores, limpiadores y demás trabajadores del sector han trabajado a destajo para atender a los consumidores, reabastecer los expositores y no perder la cordura en determinados momentos.

La usuaria de Twitter Croqueta de Tupper, cajera de supermercado, ha plasmado en un hilo que lleva más de 23.000 me gusta las vivencias de estos últimos días para concienciar a la población de cómo está siendo el día a día de estos profesionales y pedir sensatez.

Movilizada para trabajar por su encargada porque, palabras textuales era “el fin del mundo” y ofreciéndose a cubrir a una compañera que estaba de vacaciones, su horario pasó a ser “de 9 a 15 y de 17.45 a cierre (sobre el papel). Tal y como ha sucedido todo, ese horario ha pasado a ser desde las 8.20 - 15.15 y 17.15 - 22.00. Y como yo, y peor, a saber cuántos compañeros del sector”.

A las horas de pie, el cansancio y el estar expuesta al virus le suma las situaciones y comentarios con los que le ha tocado lidiar, como quien les tose cerca, quien les dice que tienen que dar gracias por tener un trabajo o el no poder ir al baño, además de los sarpullidos en las manos por los guantes o el no poder dormir porque sigue escuchando la megafonía del súper en su cabeza:

Por todo lo anterior, define estos días como “irreales”: “Es indescriptible. No sé cómo transmitiros lo que sentimos los trabajadores de supermercado”.

Aún así, resalta que hay “seres de luz” que ayudan a montar pedidos, recoger carros, que ayudan a embolsar, que sonríen y desean ánimo y que les disculpan si se equivocan, aparte de quienes les envían apoyo en redes sociales. “Os estaremos eternamente agradecidos”, asegura.

“Las buenas palabras son un bálsamo para nosotros, en estos momentos de histeria, surrealismo y miedo”, añade.

Para terminar, lanza una reflexión con una petición para todos: “Solo pediros, aunque sé que la mayoría lo estáis haciendo fetén, que os cuidéis. Que os quedéis en casa. Que luchéis contra el virus, porque si no lo hacemos juntos, el esfuerzo no valdrá de nada”.