Cáncer de mama y medicina de precisión

Cáncer de mama y medicina de precisión

Este gran avance se está traduciendo en mejores resultados y nuevas opciones terapéuticas también en tumores más agresivos como los triple negativos.

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Un año más nos sumamos a la iniciativa propuesta por la Organización Mundial de la Salud para celebrar el Día Internacional contra el Cáncer de Mama dentro del mes de octubre dedicado a este tipo de tumor, el más frecuente entre las mujeres. Una fecha que tiene un objetivo muy concreto: sensibilizar a la población y fomentar un mayor acceso a pruebas de diagnóstico y a tratamientos efectivos.

Según los cálculos de la Sociedad Española de Oncología Médica, nuestro país podría acabar 2019 con unos 32.500 nuevos casos. Un problema de salud pública en el que el diagnóstico precoz es un interesante aliado, junto con el estudio genómico del tumor, útil para poder ofrecerle a las pacientes un tratamiento personalizado con mayor posibilidades de éxito. De hecho, el de mama es uno de los cánceres con mejor pronóstico: la supervivencia neta a cinco años ronda el 90%.

Aunque existen franjas de edad de mayor riesgo, entre los 40 y los 75 años, el cáncer de mama puede llegar en cualquier momento de la vida adulta de la mujer (aunque también se han dado casos en hombres). Otros factores de riesgo pueden ser llevar una mala dieta y una vida sedentaria. No obstante, las características genéticas y hereditarias juegan un papel crucial en este tipo de tumores.

Por todo ello, para encontrar el tratamiento más apropiado desde el principio y poder realizar un seguimiento completo, el oncólogo puede recomendar realizar análisis genómicos, tanto de una biopsia de tejido como de biopsias liquidas (con muestras de sangre). Sus resultados ofrecen al especialista una información más completa sobre el tumor, al igual que nuevas opciones de tratamiento que se adapten mejor a las características genéticas y genómicas del tumor de la paciente, aumentando no sólo las posibilidades de supervivencia, sino también evitando tratamientos innecesarios y su posible toxicidad. Este gran avance se está traduciendo en mejores resultados y nuevas opciones terapéuticas también en tumores más agresivos como los triple negativos.

Aunque existen franjas de edad de mayor riesgo, entre los 40 y los 75 años, el cáncer de mama puede llegar en cualquier momento de la vida adulta de la mujer.

En este proceso de diagnóstico y seguimiento, existen herramientas útiles en el entorno del big data, válidas tanto para el cáncer de mama como para cualquier otro proceso oncológico. Se trata de plataformas capaces de interpretar de forma rápida los datos en bruto del paciente y transformar estos datos genómicos en informes útiles para el oncólogo.

Nosotros utilizamos herramientas bioinformáticas personalizadas que integran e interpretan datos genómicos procedentes de distintas áreas de estudio (patología molecular, estudios de expresión, genéticos, clínicos, etc). El sistema los procesa y organiza para dar a los oncólogos informes útiles para la elaboración de planes de tratamiento que puedan determinar la diana más eficaz para cada una de sus pacientes.

Algunos casos ofrecen también la posibilidad de contactar con otros profesionales que trabajan en la misma red en cualquier punto del planeta, compartir y analizar con ellos en remoto casos concretos con datos y resultados anonimizados. Una vía de trabajo útil para compartir experiencias, ver nuevos puntos de vista y encontrar entre todos la solución adecuada para cada afectada.

Éstas son sólo unas pocas de las interesantes novedades que han aparecido y que se han ido desarrollando en los últimos años. Tanto para el diagnóstico como para el tratamiento del cáncer de mama, prácticamente sin excepción, relacionadas con la medicina personalizada y la oncología de precisión. Dos variables interconectadas que nos van a acompañar durante muchos años en la lucha contra el cáncer.

De hecho, ya lo están haciendo, cada vez en mayor medida, ofreciendo información objetiva sobre la enfermedad a los especialistas, permitiéndoles así poner a sus pacientes en tratamiento con una mayor agilidad. Algo que no sólo es beneficioso para las afectadas, también para los sanitarios y para el propio sistema de salud, que puede ser más eficiente gracias a todas estas nuevas herramientas.

Adriana Terrádez es directora de OncoDNA en España y Portugal.