Carta de un médico de urgencias a domicilio en plena crisis del coronavirus

Carta de un médico de urgencias a domicilio en plena crisis del coronavirus

"Hay casos en que los propios pacientes mienten y exageran los síntomas para que vaya uno de nosotros a descartar el virus".

ER Productions Limited via Getty Images

Soy un médico que atiende urgencias a domicilio de las aseguradoras médicas como Sanitas o Adeslas en Córdoba. Desde que empezó lo del COVID-19 se habla mucho, y con razón, de los compañeros que se enfrentan a este problema a diario en los hospitales, en los centros de salud etc., pero poco o nada se ha dicho de los que estamos también en primera línea, los que vamos a las casas donde no sabemos si hay pacientes con coronavirus o no, y que estamos en contacto no solo con el paciente sino con toda la familia, y visitamos diariamente unos 10 o 15 domicilios.

A nosotros, médicos y enfermeras que realizamos este trabajo a domicilio, nuestra empresa no nos ha proporcionado ni una triste mascarilla ni un par de guantes ni siquiera un mínimo protocolo de actuación. Cuando lo hemos pedido nos contestan que somos “autónomos” y que nos busquemos la vida.

Lo triste es que si realizamos este trabajo es porque tenemos que comer y dar de comer a nuestras familias, y si nos negamos por seguridad o por miedo y no lo hacemos, no cobramos.

Hay casos en que los propios pacientes mienten y exageran los síntomas para que vaya uno de nosotros a “descartar el virus”, como si lleváramos en nuestro parco maletín la prueba definitiva del sí o el no, y así vamos a visitar a pacientes sin patología alguna, lo que hace perder tiempo y energías que otro paciente podría necesitar.

Poco o nada se ha dicho de los que estamos también en primera línea, los que vamos a las casas.

Pero también hay pacientes que esconden los síntomas, y cuando llegamos y vemos que es un caso sospechoso, damos indicaciones para llamar a los teléfonos correspondientes de atención y consulta del coronovirus, y no responde nadie o hacen un test de 4 preguntas que el propio paciente puede responder la verdad o no, y ya te diagnostican si tienes o no coranovirus. Yo mismo ayer tuve un caso claramente sospechoso y le dije al paciente que llamara al 900 400 061, pero no llamó por miedo a tenerlo, por lo que he intentado avisar yo esta mañana y después de llamar a más de cuatro teléfonos no me han contestado en ninguno.

Esta es la auténtica situación que vivimos en Córdoba, y sobre todo el colectivo de sanitarios que vamos a los domicilios en las circunstancias que acabo de describir. Estamos más expuestos al contagio y en su caso somos potenciales focos de propagación.